/ lunes 29 de noviembre de 2021

La seguridad social al servicio de la ciudadanía

Por: Lilia Aguilar Gil

Los servicios de seguridad social que el Estado brinda a la población no son los deseables, ni los que quisiéramos y a los que tenemos derecho todas las personas. El deterioro y descuido, además de insuficiencia presupuestal, es evidente. Este problema tiene décadas, no es de hace 3 años. Y si a eso le sumamos la crisis que provocó la pandemia del Covid-19, entonces ese panorama se vuelve más complejo.

Uno de los entes que brinda servicios de salud es el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Su misión es contribuir a satisfacer los niveles de bienestar integral de los trabajadores del Estado y otorgar seguros, prestaciones y servicios a casi 3 millones de servidores públicos, principalmente en el ámbito federal.

Entendiendo la importancia de este Instituto y en congruencia con la que el Ejecutivo federal ha señalado, en días pasados los diputados del Partido del Trabajo y Morena aprobamos un presupuesto al ISSSTE de 396,948’621,994 pesos para este 2022, que en contraste con el año pasado tuvo un aumento de 6% para servicios de salud, créditos para la vivienda y financieros, tiendas, servicios turísticos, centros deportivos, servicios funerarios y administración del sistema de pensiones.

Como muchos mexicanos fui hija del ISSSTE, ya que mi madre era maestra federal, por lo que gocé de los centros deportivos que este instituto ofrece como parte de los servicios para sus derechohabientes, además de los múltiples beneficios familiares otorgados. Por eso, preocupa y ocupa el camino que esta institución ha llevado y el camino que ha tratado de recomponer.

Así, como parte de la Glosa del 3er Informe de Gobierno, compareció el director general del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez, a quien le expresé lo que todos vemos y somos testigos: el deterioro y la falta de servicios en nuestros hospitales, situación que llevó a hacer uso de los servicios subrogados y de los cuales también se abusó.

Por lo anterior, esta administración determinó revertir la práctica de la privatización de los servicios del ISSSTE y recuperar la capacidad de atención en las unidades médicas mediante la corrección de sus deficiencias estructurales.

El objetivo era terminar las obras inconclusas y poner en condiciones dignas los espacios de salud; privilegiar la transparencia para evitar corrupción y disminuir, poco a poco, las prácticas de subrogación; mejorar la atención a los derechohabientes; sanear las finanzas del Instituto; cumplir con las deudas contraídas con los proveedores y, en particular, reducir el déficit en el seguro de salud.

Otra de las problemáticas que tiene el ISSSTE son los adeudos con las entidades que asciende a 7 mil millones de pesos, y hasta la fecha sólo hay 4 estados con los que se han firmado convenios para regularizar los pagos.

Aún falta ver los resultados de estas acciones, pero es un paso importante reconocer desde el ISSSTE que se cuenta con infraestructura rebasada que no permite contar con la capacidad suficiente para atender el número de derechohabientes debido a una deficiente planeación de décadas. La respuesta está en camino, confiamos en que el ISSSTE continúe evitando que algunas empresas se sirvan de él y vuelva a sus orígenes y prioridades: atender y velar por el bienestar de sus derechohabientes.


Por: Lilia Aguilar Gil

Los servicios de seguridad social que el Estado brinda a la población no son los deseables, ni los que quisiéramos y a los que tenemos derecho todas las personas. El deterioro y descuido, además de insuficiencia presupuestal, es evidente. Este problema tiene décadas, no es de hace 3 años. Y si a eso le sumamos la crisis que provocó la pandemia del Covid-19, entonces ese panorama se vuelve más complejo.

Uno de los entes que brinda servicios de salud es el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Su misión es contribuir a satisfacer los niveles de bienestar integral de los trabajadores del Estado y otorgar seguros, prestaciones y servicios a casi 3 millones de servidores públicos, principalmente en el ámbito federal.

Entendiendo la importancia de este Instituto y en congruencia con la que el Ejecutivo federal ha señalado, en días pasados los diputados del Partido del Trabajo y Morena aprobamos un presupuesto al ISSSTE de 396,948’621,994 pesos para este 2022, que en contraste con el año pasado tuvo un aumento de 6% para servicios de salud, créditos para la vivienda y financieros, tiendas, servicios turísticos, centros deportivos, servicios funerarios y administración del sistema de pensiones.

Como muchos mexicanos fui hija del ISSSTE, ya que mi madre era maestra federal, por lo que gocé de los centros deportivos que este instituto ofrece como parte de los servicios para sus derechohabientes, además de los múltiples beneficios familiares otorgados. Por eso, preocupa y ocupa el camino que esta institución ha llevado y el camino que ha tratado de recomponer.

Así, como parte de la Glosa del 3er Informe de Gobierno, compareció el director general del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez, a quien le expresé lo que todos vemos y somos testigos: el deterioro y la falta de servicios en nuestros hospitales, situación que llevó a hacer uso de los servicios subrogados y de los cuales también se abusó.

Por lo anterior, esta administración determinó revertir la práctica de la privatización de los servicios del ISSSTE y recuperar la capacidad de atención en las unidades médicas mediante la corrección de sus deficiencias estructurales.

El objetivo era terminar las obras inconclusas y poner en condiciones dignas los espacios de salud; privilegiar la transparencia para evitar corrupción y disminuir, poco a poco, las prácticas de subrogación; mejorar la atención a los derechohabientes; sanear las finanzas del Instituto; cumplir con las deudas contraídas con los proveedores y, en particular, reducir el déficit en el seguro de salud.

Otra de las problemáticas que tiene el ISSSTE son los adeudos con las entidades que asciende a 7 mil millones de pesos, y hasta la fecha sólo hay 4 estados con los que se han firmado convenios para regularizar los pagos.

Aún falta ver los resultados de estas acciones, pero es un paso importante reconocer desde el ISSSTE que se cuenta con infraestructura rebasada que no permite contar con la capacidad suficiente para atender el número de derechohabientes debido a una deficiente planeación de décadas. La respuesta está en camino, confiamos en que el ISSSTE continúe evitando que algunas empresas se sirvan de él y vuelva a sus orígenes y prioridades: atender y velar por el bienestar de sus derechohabientes.