/ sábado 9 de abril de 2022

La tiranía digital

.:ULTIMALETRA ES COMPOL:.

Por: Luis Rubén Maldonado Alvídrez

¿Por qué están ganando terreno los antipolíticos en México y el mundo? En un mundo tan revolucionado como el que vivimos, el lenguaje ha sufrido transformaciones gracias a la llegada de internet a los espacios más íntimos de nuestras vidas.

Las redes sociales llegaron a lo más íntimo de íntimo y a exponer esa intimidad al infinito público de mirones que están en Facebook, Instagram, YouTube o Snapchat, aplicaciones que están en los teléfonos inteligentes de millones de personas en México y el mundo, gracias al poder del internet, herramienta fundamental hoy en día para realizar el trabajo académico de jóvenes y niños, transacciones comerciales y reducir las distancias de aquellos que se encuentran separados por la distancia.

Es cierto que internet trae muchas cosas buenas con su libertad absoluta de expresión, sin embargo se ha convertido en el muro de las frustraciones y odios, en vez de ser ese espacio idealizado de intercambio serio de información y de crecimiento social.

Internet es inmenso, las redes sociales son a lo que me refiero. Parece que las redes sociales no es tierra fértil para nada bueno, pero sí para todo lo malo, y eso influye en la autoestima de una sociedad y por ende, del electorado.

Para ser popular en las redes sociales hay que ser intransigente e intolerante. Si usted busca ser cortés y educado, adiós a la popularidad virtual. Nadie lo tomará en cuenta. Si usted quiere discutir de manera seria y razonada, las redes sociales no son el lugar adecuado. La tiranía del odio y el pesimismo acabarán aniquilando sus buenas intenciones.

Es cierto, internet ha democratizado el acceso a la información; las redes sociales han democratizado el debate. En contraste, todo se ha vuelto opinable, ya nada es verdad y todo es mentira o, para otros, todo es verdad y nada mentira. Los hechos, materia prima del periodismo, se han vuelto opinables desde la perspectiva de los miles de millones de usuarios de internet.

Las redes sociales han venido a destruir la verdad de los hechos. De ahí el éxito de las noticias falsas, el arma más poderosa en estas campañas electorales, porque a pesar de que la gran masa de usuarios cuestiona todos los contenidos que no se ajustan a sus preferencias o creencias, a la hora de filtrar la información, esa gran masa de críticos y revolucionarios de buró se convierten en una sola flojera que no quiere batallar ni pensar, mucho menos analizar y dan por hecho cualquier cosa que leen en las redes, por más fantasioso que parezca.

En las redes hay furia por todas partes. El enojo constante por todo y por nada. La inconformidad absoluta. No es tierra fértil para el debate cortés, pero sí es caldo de cultivo para que obtengan respaldo popular antipolíticos como Donald Trump en Estados Unidos y

otros casos en nuestro país.

La gente cada vez confía menos en sus instituciones. Desde años atrás ha venido gestándose esta furia social que hoy en día sale sin tapujos en las redes sociales y alguien le saca provecho.

Es cierto. Alguien ha alimentado desde el pasado esta insatisfacción colectiva, esta ira social buscando cosechar triunfos o por saciar sus deseos de venganza.

La ira ha crecido entre más acceso a la información se tiene, entre más plataformas para expresarse se tienen y eso ha permitido que estos antipolíticos puedan romper con los esquemas establecidos de comunicarse y ganar popularidad y arraigo entre la gente.

Si ahorita, estamos en un escenario social deprimente, ¿cómo estaremos el día de mañana que los hijos de esta tiranía digital sean los que manden?

ULTIMALETRA

En tiempos de guerra, recuerde no alimentar la violencia desde nuestra tableta o teléfono inteligente.

lrmaldonado@uach.mx


.:ULTIMALETRA ES COMPOL:.

Por: Luis Rubén Maldonado Alvídrez

¿Por qué están ganando terreno los antipolíticos en México y el mundo? En un mundo tan revolucionado como el que vivimos, el lenguaje ha sufrido transformaciones gracias a la llegada de internet a los espacios más íntimos de nuestras vidas.

Las redes sociales llegaron a lo más íntimo de íntimo y a exponer esa intimidad al infinito público de mirones que están en Facebook, Instagram, YouTube o Snapchat, aplicaciones que están en los teléfonos inteligentes de millones de personas en México y el mundo, gracias al poder del internet, herramienta fundamental hoy en día para realizar el trabajo académico de jóvenes y niños, transacciones comerciales y reducir las distancias de aquellos que se encuentran separados por la distancia.

Es cierto que internet trae muchas cosas buenas con su libertad absoluta de expresión, sin embargo se ha convertido en el muro de las frustraciones y odios, en vez de ser ese espacio idealizado de intercambio serio de información y de crecimiento social.

Internet es inmenso, las redes sociales son a lo que me refiero. Parece que las redes sociales no es tierra fértil para nada bueno, pero sí para todo lo malo, y eso influye en la autoestima de una sociedad y por ende, del electorado.

Para ser popular en las redes sociales hay que ser intransigente e intolerante. Si usted busca ser cortés y educado, adiós a la popularidad virtual. Nadie lo tomará en cuenta. Si usted quiere discutir de manera seria y razonada, las redes sociales no son el lugar adecuado. La tiranía del odio y el pesimismo acabarán aniquilando sus buenas intenciones.

Es cierto, internet ha democratizado el acceso a la información; las redes sociales han democratizado el debate. En contraste, todo se ha vuelto opinable, ya nada es verdad y todo es mentira o, para otros, todo es verdad y nada mentira. Los hechos, materia prima del periodismo, se han vuelto opinables desde la perspectiva de los miles de millones de usuarios de internet.

Las redes sociales han venido a destruir la verdad de los hechos. De ahí el éxito de las noticias falsas, el arma más poderosa en estas campañas electorales, porque a pesar de que la gran masa de usuarios cuestiona todos los contenidos que no se ajustan a sus preferencias o creencias, a la hora de filtrar la información, esa gran masa de críticos y revolucionarios de buró se convierten en una sola flojera que no quiere batallar ni pensar, mucho menos analizar y dan por hecho cualquier cosa que leen en las redes, por más fantasioso que parezca.

En las redes hay furia por todas partes. El enojo constante por todo y por nada. La inconformidad absoluta. No es tierra fértil para el debate cortés, pero sí es caldo de cultivo para que obtengan respaldo popular antipolíticos como Donald Trump en Estados Unidos y

otros casos en nuestro país.

La gente cada vez confía menos en sus instituciones. Desde años atrás ha venido gestándose esta furia social que hoy en día sale sin tapujos en las redes sociales y alguien le saca provecho.

Es cierto. Alguien ha alimentado desde el pasado esta insatisfacción colectiva, esta ira social buscando cosechar triunfos o por saciar sus deseos de venganza.

La ira ha crecido entre más acceso a la información se tiene, entre más plataformas para expresarse se tienen y eso ha permitido que estos antipolíticos puedan romper con los esquemas establecidos de comunicarse y ganar popularidad y arraigo entre la gente.

Si ahorita, estamos en un escenario social deprimente, ¿cómo estaremos el día de mañana que los hijos de esta tiranía digital sean los que manden?

ULTIMALETRA

En tiempos de guerra, recuerde no alimentar la violencia desde nuestra tableta o teléfono inteligente.

lrmaldonado@uach.mx