/ lunes 21 de septiembre de 2020

La unidad, la única manera congruente de celebrar a México

El aniversario número 210 de la Independencia Mexicana fue celebrado ante un contexto complejo en todo el país. Este año no fue posible festejar como tradicionalmente lo hacemos, reunidos en las plazas públicas de cada ciudad como una sola Nación. Sin embargo, las problemáticas que estamos viviendo también han sido ocasión para refrendar la unidad entre los ciudadanos chihuahuenses y, sin duda, no hay mejor manera de celebrar la Patria que unirse con una causa común.

Los retos que estamos atravesando como país no sólo se reducen a la pandemia y la crisis económica que ésta produjo; actualmente existe un ambiente de división y confrontación que se acentúa con los discursos que se promueven desde el centro del país. La Nación se encuentra profundamente dividida por conflictos que, en muchos casos, son sólo imaginarios en la cabeza de algunos y no hacen más que fortalecer sus propósitos electorales.

Siempre he estado convencida de que los tratos políticos tienen consecuencias reales en la vida de los ciudadanos. El actual problema que estamos atravesando en nuestro estado con la apertura de la presa La Boquilla es un claro ejemplo de esto.

Está claro que este es un problema de gran complejidad, pues consiste en un tratado internacional firmado hace mucho tiempo. Esto lo podemos comprender, sin embargo, los ciudadanos se sienten traicionados, no porque el gobierno federal pretenda cumplir con una obligación legal, sino porque no defiende sus intereses, sus preocupaciones y sus necesidades, y porque no hay apertura al diálogo para encontrar una mejor solución a este problema.

Pero sobre todo, el dolor más grande de los chihuahuenses radica en que la fuerza pública sea utilizada para reprimir las expresiones de la sociedad y no para defender sus intereses. Desde que la Guardia Nacional fue puesta en las calles con funciones de policía surgió la preocupación en la población; sabíamos que ellos no cuentan con los protocolos y con la capacitación para atender problemáticas de este tipo, lo dijimos desde aquel momento y lamentablemente lo hemos corroborado con los sucesos acontecidos en la presa La Boquilla en días pasados.

Es una tragedia y nos sentimos profundamente lastimados por estos hechos, sin embargo, la indignación, la rabia y el sentimiento de traición funcionan también como un motivo de unidad entre nuestra gente. Los chihuahuenses de todos los rincones del estado entendemos la gravedad de no contar con agua, entendemos el alcance de un conflicto como éste y entendemos que si no nos protegemos entre nosotros nadie lo hará.

Por eso fuimos muchos los que nos unimos para alzar la voz y protestar, para pedirle al gobierno que cumpla su función y que represente los intereses de los ciudadanos, que se abra al diálogo y podamos buscar una mejor solución en la que no se desampare a las familias de los agricultores, en la que no se condene al fracaso el próximo ciclo agrícola, una solución en la que se ofrezca una alternativa viable y segura para todos.

Esa es la única manera congruente de celebrar nuestra Patria, comprendiéndonos unos a otros, siendo solidarios como hermanos mexicanos, entendiendo las causas comunes y luchando juntos por el bien de todos. Sí, estamos atravesando tiempos complejos, pero es ante la adversidad donde surge la cohesión de una nación, como sucedió en 1810, y como lo hemos vivido en Chihuahua recientemente; esa es la única manera congruente de celebrar a México.

El aniversario número 210 de la Independencia Mexicana fue celebrado ante un contexto complejo en todo el país. Este año no fue posible festejar como tradicionalmente lo hacemos, reunidos en las plazas públicas de cada ciudad como una sola Nación. Sin embargo, las problemáticas que estamos viviendo también han sido ocasión para refrendar la unidad entre los ciudadanos chihuahuenses y, sin duda, no hay mejor manera de celebrar la Patria que unirse con una causa común.

Los retos que estamos atravesando como país no sólo se reducen a la pandemia y la crisis económica que ésta produjo; actualmente existe un ambiente de división y confrontación que se acentúa con los discursos que se promueven desde el centro del país. La Nación se encuentra profundamente dividida por conflictos que, en muchos casos, son sólo imaginarios en la cabeza de algunos y no hacen más que fortalecer sus propósitos electorales.

Siempre he estado convencida de que los tratos políticos tienen consecuencias reales en la vida de los ciudadanos. El actual problema que estamos atravesando en nuestro estado con la apertura de la presa La Boquilla es un claro ejemplo de esto.

Está claro que este es un problema de gran complejidad, pues consiste en un tratado internacional firmado hace mucho tiempo. Esto lo podemos comprender, sin embargo, los ciudadanos se sienten traicionados, no porque el gobierno federal pretenda cumplir con una obligación legal, sino porque no defiende sus intereses, sus preocupaciones y sus necesidades, y porque no hay apertura al diálogo para encontrar una mejor solución a este problema.

Pero sobre todo, el dolor más grande de los chihuahuenses radica en que la fuerza pública sea utilizada para reprimir las expresiones de la sociedad y no para defender sus intereses. Desde que la Guardia Nacional fue puesta en las calles con funciones de policía surgió la preocupación en la población; sabíamos que ellos no cuentan con los protocolos y con la capacitación para atender problemáticas de este tipo, lo dijimos desde aquel momento y lamentablemente lo hemos corroborado con los sucesos acontecidos en la presa La Boquilla en días pasados.

Es una tragedia y nos sentimos profundamente lastimados por estos hechos, sin embargo, la indignación, la rabia y el sentimiento de traición funcionan también como un motivo de unidad entre nuestra gente. Los chihuahuenses de todos los rincones del estado entendemos la gravedad de no contar con agua, entendemos el alcance de un conflicto como éste y entendemos que si no nos protegemos entre nosotros nadie lo hará.

Por eso fuimos muchos los que nos unimos para alzar la voz y protestar, para pedirle al gobierno que cumpla su función y que represente los intereses de los ciudadanos, que se abra al diálogo y podamos buscar una mejor solución en la que no se desampare a las familias de los agricultores, en la que no se condene al fracaso el próximo ciclo agrícola, una solución en la que se ofrezca una alternativa viable y segura para todos.

Esa es la única manera congruente de celebrar nuestra Patria, comprendiéndonos unos a otros, siendo solidarios como hermanos mexicanos, entendiendo las causas comunes y luchando juntos por el bien de todos. Sí, estamos atravesando tiempos complejos, pero es ante la adversidad donde surge la cohesión de una nación, como sucedió en 1810, y como lo hemos vivido en Chihuahua recientemente; esa es la única manera congruente de celebrar a México.