/ lunes 27 de septiembre de 2021

La unidad también es mi bandera

Por: Marco Bonilla

El pasado martes 21 de septiembre, la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, nos invitó a los alcaldes y alcaldesas de los 67 municipios del estado grande a un encuentro con ella, invitación atendida por todos.

Un servidor tuvo la oportunidad de hacer uso de la palabra, en mi calidad de presidente municipal de Chihuahua capital. En ese momento hice un llamado a la unidad; la unidad más allá del discurso, la unidad aplicada en el diálogo, en la toma de decisiones, en la conciliación de los diversos puntos de vista, la unidad por encima de banderas políticas o agendas ideológicas; la unidad que lleva por nombre Chihuahua.

Ahí mismo dejé claro que tanto Chihuahua como muchos mexicanos reconocemos en María Eugenia Campos Galván a la lideresa que el norte y nuestro estado necesitan. Las presidentas y presidentes municipales también lo reconocemos, y lo hacemos desde una posición que supera la casa política a la que pertenecemos, porque es imposible no ver las virtudes de una líder que reconoce las particularidades de cada municipio, pero aún más, que logra reconocer los puntos de encuentro y hace de ellos el motor de su proyecto.

Si a Juárez le va bien, le va bien a Chihuahua, si a Satevó le va bien, le va bien a Chihuahua; si a Meoqui, Aldama, Aquiles Serdán, a Delicias y a todos los demás municipios del estado nos va bien, también le irá bien a Chihuahua.

En momentos de profunda división, vayamos en unidad. En momentos de duda, trabajemos en equipo. En momentos de debilidad, tendámonos la mano. Nuestra gobernadora es ejemplo de autoridad y fortaleza, teniendo en cuenta que la autoridad es el poder que armoniza la vida en comunidad, que acota los excesos y las deficiencias. Que la verdadera autoridad es como nuestra gobernadora, dialogante, conciliadora y de resultados.

Nosotros, alcaldes y alcaldesas, somos la primera autoridad en nuestros municipios, los más cercanos con quienes las familias pueden hablar, y por eso mismo somos los primeros en actuar.

Debemos trabajar por evitar la impunidad, trabajar por alejarnos del autoritarismo, no imponer con intransigencia nuestra propia visión, opinión o datos propios, jamás abusar de la autoridad que nos ha sido conferida; antes que pedir, está el qué vamos a dar nosotros, el qué vamos a hacer nosotros por nuestra gente, por las familias de nuestros municipios.

Sabemos las condiciones difíciles en que se han entregado las finanzas del estado y, nosotros, presidentes municipales, hemos quedado de común acuerdo en apoyar y esperar de forma proactiva la recuperación de la situación económica del gobierno del estado, resultado de la toma de decisiones efectivas y eficientes que la gobernadora ya ha puesto en marcha.

No me cabe la menor duda de que con trabajo, en unidad y con la determinación que nos caracteriza, creciéndonos ante las adversidades y apoyándonos entre nosotros, lograremos excelentes resultados.


Por: Marco Bonilla

El pasado martes 21 de septiembre, la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, nos invitó a los alcaldes y alcaldesas de los 67 municipios del estado grande a un encuentro con ella, invitación atendida por todos.

Un servidor tuvo la oportunidad de hacer uso de la palabra, en mi calidad de presidente municipal de Chihuahua capital. En ese momento hice un llamado a la unidad; la unidad más allá del discurso, la unidad aplicada en el diálogo, en la toma de decisiones, en la conciliación de los diversos puntos de vista, la unidad por encima de banderas políticas o agendas ideológicas; la unidad que lleva por nombre Chihuahua.

Ahí mismo dejé claro que tanto Chihuahua como muchos mexicanos reconocemos en María Eugenia Campos Galván a la lideresa que el norte y nuestro estado necesitan. Las presidentas y presidentes municipales también lo reconocemos, y lo hacemos desde una posición que supera la casa política a la que pertenecemos, porque es imposible no ver las virtudes de una líder que reconoce las particularidades de cada municipio, pero aún más, que logra reconocer los puntos de encuentro y hace de ellos el motor de su proyecto.

Si a Juárez le va bien, le va bien a Chihuahua, si a Satevó le va bien, le va bien a Chihuahua; si a Meoqui, Aldama, Aquiles Serdán, a Delicias y a todos los demás municipios del estado nos va bien, también le irá bien a Chihuahua.

En momentos de profunda división, vayamos en unidad. En momentos de duda, trabajemos en equipo. En momentos de debilidad, tendámonos la mano. Nuestra gobernadora es ejemplo de autoridad y fortaleza, teniendo en cuenta que la autoridad es el poder que armoniza la vida en comunidad, que acota los excesos y las deficiencias. Que la verdadera autoridad es como nuestra gobernadora, dialogante, conciliadora y de resultados.

Nosotros, alcaldes y alcaldesas, somos la primera autoridad en nuestros municipios, los más cercanos con quienes las familias pueden hablar, y por eso mismo somos los primeros en actuar.

Debemos trabajar por evitar la impunidad, trabajar por alejarnos del autoritarismo, no imponer con intransigencia nuestra propia visión, opinión o datos propios, jamás abusar de la autoridad que nos ha sido conferida; antes que pedir, está el qué vamos a dar nosotros, el qué vamos a hacer nosotros por nuestra gente, por las familias de nuestros municipios.

Sabemos las condiciones difíciles en que se han entregado las finanzas del estado y, nosotros, presidentes municipales, hemos quedado de común acuerdo en apoyar y esperar de forma proactiva la recuperación de la situación económica del gobierno del estado, resultado de la toma de decisiones efectivas y eficientes que la gobernadora ya ha puesto en marcha.

No me cabe la menor duda de que con trabajo, en unidad y con la determinación que nos caracteriza, creciéndonos ante las adversidades y apoyándonos entre nosotros, lograremos excelentes resultados.