/ jueves 23 de abril de 2020

La victoria pírrica contra la OPEP y la degradación crediticia de Pemex

Con bombos y platillos el presidente López Obrador celebró la victoria (pírrica) de su Secretaría de Energía ante la OPEP y productores de petróleo al lograr una “histórica” reducción de sólo 100 mil barriles diarios de producción.

Para mitigar el desplome del precio del crudo los socios de la OPEP y demás países petroleros agregados decidieron bajar su producción diaria en un 23%, lo cual aceptaron todos… ¡menos México!

Con desplantes ridículos como levantarse de la mesa de negociaciones y regresar después para mantener su postura, Rocío Nahle al parecer quiere superar al encargado de la política energética con López Portillo que llevó a nuestro país a la grave crisis de 1982.

El asunto es que tuvo que intervenir Trump para ofrecer que su país disminuiría los 300 mil barriles diarios que le tocaban a México, anticipando que después le pagaríamos tan “amigable” gesto.

Bueno, con todo y la prometida disminución en la producción diaria de petróleo hasta el momento no se han incrementado los precios. No lo harán en un buen periodo, pues el problema es que la demanda no aumentará hasta que se reactive la economía global, sobre todo la de las potencias como Estados Unidos, China y Alemania.

Los vaticinios del FMI son de que la economía norteamericana caerá en un 3%, mientras la China lo hará en más de un 6% en este año. La mexicana, según el organismo, tendrá una contracción de un 6.6%.

Las erráticas políticas del Gobierno Federal y la crítica situación financiera de Pemex llevaron a que dos agencias calificadoras degradaran una vez más la calidad crediticia de esta empresa para colocar sus bonos en calidad de “basura”.

Fitch Ratings bajó el rango crediticio de Pemex a BB- mientras Moody’s lo redujo en dos escalones a Ba2. Esta última agencia además degradó la deuda mexicana a Baa1.

En pocas palabras, México está a un paso de ser declarado insolvente para los organismos financieros internacionales y desde luego para los inversionistas. Una buena parte de los fondos de inversión tienen como norma que no pueden tener deuda que esté calificada por dos agencias con grado especulativo.

Debido a lo anterior, en un análisis JP Morgan advertía que se podían vender bonos y deuda de Pemex por 14 mil 500 millones de dólares. Como consecuencia, los bonos de Pemex irán a la baja.

Petróleos de México es la empresa petrolera más endeudada del mundo con débitos de unos 105 mil millones de dólares. Además, las pérdidas del año pasado fueron de 658,130 millones de pesos, por lo que las de este 2020 podrían superar el billón de pesos.

La equívoca política energética aplicada en este sexenio podría no sólo ocasionar la quiebra de Pemex sino la de todo el país debido a la conjunción de la crisis económica, la sanitaria y la de seguridad pública.

Un cambio radical en la política nacional es necesario para confrontar la agudización de las anteriores crisis, para lo cual se requiere el concurso no sólo de los niveles de Gobierno sino también de la participación activa de todos sectores y sobre todo de la sociedad civil. ¿Podrá arriesgarse a llevarlo a cabo el jefe del Ejecutivo a tiempo y no terminar en el basurero de la historia como algunos de sus antecesores?


Con bombos y platillos el presidente López Obrador celebró la victoria (pírrica) de su Secretaría de Energía ante la OPEP y productores de petróleo al lograr una “histórica” reducción de sólo 100 mil barriles diarios de producción.

Para mitigar el desplome del precio del crudo los socios de la OPEP y demás países petroleros agregados decidieron bajar su producción diaria en un 23%, lo cual aceptaron todos… ¡menos México!

Con desplantes ridículos como levantarse de la mesa de negociaciones y regresar después para mantener su postura, Rocío Nahle al parecer quiere superar al encargado de la política energética con López Portillo que llevó a nuestro país a la grave crisis de 1982.

El asunto es que tuvo que intervenir Trump para ofrecer que su país disminuiría los 300 mil barriles diarios que le tocaban a México, anticipando que después le pagaríamos tan “amigable” gesto.

Bueno, con todo y la prometida disminución en la producción diaria de petróleo hasta el momento no se han incrementado los precios. No lo harán en un buen periodo, pues el problema es que la demanda no aumentará hasta que se reactive la economía global, sobre todo la de las potencias como Estados Unidos, China y Alemania.

Los vaticinios del FMI son de que la economía norteamericana caerá en un 3%, mientras la China lo hará en más de un 6% en este año. La mexicana, según el organismo, tendrá una contracción de un 6.6%.

Las erráticas políticas del Gobierno Federal y la crítica situación financiera de Pemex llevaron a que dos agencias calificadoras degradaran una vez más la calidad crediticia de esta empresa para colocar sus bonos en calidad de “basura”.

Fitch Ratings bajó el rango crediticio de Pemex a BB- mientras Moody’s lo redujo en dos escalones a Ba2. Esta última agencia además degradó la deuda mexicana a Baa1.

En pocas palabras, México está a un paso de ser declarado insolvente para los organismos financieros internacionales y desde luego para los inversionistas. Una buena parte de los fondos de inversión tienen como norma que no pueden tener deuda que esté calificada por dos agencias con grado especulativo.

Debido a lo anterior, en un análisis JP Morgan advertía que se podían vender bonos y deuda de Pemex por 14 mil 500 millones de dólares. Como consecuencia, los bonos de Pemex irán a la baja.

Petróleos de México es la empresa petrolera más endeudada del mundo con débitos de unos 105 mil millones de dólares. Además, las pérdidas del año pasado fueron de 658,130 millones de pesos, por lo que las de este 2020 podrían superar el billón de pesos.

La equívoca política energética aplicada en este sexenio podría no sólo ocasionar la quiebra de Pemex sino la de todo el país debido a la conjunción de la crisis económica, la sanitaria y la de seguridad pública.

Un cambio radical en la política nacional es necesario para confrontar la agudización de las anteriores crisis, para lo cual se requiere el concurso no sólo de los niveles de Gobierno sino también de la participación activa de todos sectores y sobre todo de la sociedad civil. ¿Podrá arriesgarse a llevarlo a cabo el jefe del Ejecutivo a tiempo y no terminar en el basurero de la historia como algunos de sus antecesores?