/ jueves 19 de abril de 2018

Las broncas del Bronco y del TEPJF

El gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez el Bronco, se inconformó con la negativa del INE para registrarlo como candidato independiente y recurrió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), al cual metió en una verdadera bronca al fallar a su favor.

En plena campaña electoral presidencial cuatro de los siete magistrados del Tribunal Electoral aprobaron la demanda del Bronco y ordenaron al INE que lo registrara en la boleta. La presidente del Trife no sólo votó en contra, sino que expresó públicamente su oposición a la admisión de candidatos que no tienen el perfil político y ético.

La alusión de Janine Otalova era porque el INE le detectó a Jaime Rodríguez un 52% de firmas apócrifas (1 millón 198 mil 892), de las cuales 810 mil 995 no estaban en la lista nominal, 205 mil 644 eran fotocopias y 23 mil 644 eran documentos inválidos.

Debido a lo anterior el consejo general del organismo electoral no aprobó la candidatura, pues sólo acreditó 835 mil511 firmas de las poco más de dos millones presentadas por el Bronco por lo que le faltaron solamente 16 mil 656 firmas, el 1.6 por ciento, para cubrir el requisito legal.

Este fue el aspecto que consideraron los magistrados del TEPJF para fallar en favor del neoleonés, pues tomaron en cuenta que el margen de error del INE en la revisión de firmas era de un ocho por ciento, debido a lo cual era altamente probable que si se revisaban de nueva cuenta las invalidadas se podría cumplir con el uno por ciento del padrón electoral nacional.

El problema no fue tanto el criterio aplicado por los jueces, sino el hecho de que no tomaron en cuenta la postura del INE, pues como lo expresara indignado el consejero Ciro Murayama, cómo iban a constatar las firmas de 7 mil muertos incluidos en las listas del Bronco.

El asunto se les complicó a los integrantes del Trife, quienes a pesar del linchamiento mediático cerraron filas y seis de sus integrantes, incluida su presidente, respaldaron el fallo. No es el primer pleito (y al parecer tampoco el último) entre el INE y el TEPJF por casos polémicos, pues ahí están las resoluciones a favor del cuestionado candidato priista en Coahuila y de las tarjetas rosas repartidas por Del Mazo en Edomex el año pasado.

La versión jurídica del tribunal electoral sería creíble si le hubieran dado al Bronco el mismo tratamiento que a Ríos Piter, al cual le otorgaron un plazo de diez días para que el INE revisara si podría completar el monto de firmas requeridas por la ley electoral.

El asunto se limitaría a una bronca más entre estos dos organismos electorales si no fuera porque el Trife es quien emitirá el último fallo sobre los resultados de los comicios de julio. Con el descrédito y el desprestigio provocados por ordenar el registro del polémico Jaime Rodríguez el máximo tribunal pone en seria duda e incertidumbre la legalidad de todo el proceso electoral.

En cuanto al Bronco el único que debe preocuparse es López Obrador, pues a un populista que está en el primer lugar nada mejor que un populachero que le reste votos de quienes aborrecen todo lo que huela a un régimen político caracterizado por su corrupción e ineficiencia para combatir la violencia, misma que amenaza con llegar a un nuevo récord histórico en este sexenio.

El gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez el Bronco, se inconformó con la negativa del INE para registrarlo como candidato independiente y recurrió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), al cual metió en una verdadera bronca al fallar a su favor.

En plena campaña electoral presidencial cuatro de los siete magistrados del Tribunal Electoral aprobaron la demanda del Bronco y ordenaron al INE que lo registrara en la boleta. La presidente del Trife no sólo votó en contra, sino que expresó públicamente su oposición a la admisión de candidatos que no tienen el perfil político y ético.

La alusión de Janine Otalova era porque el INE le detectó a Jaime Rodríguez un 52% de firmas apócrifas (1 millón 198 mil 892), de las cuales 810 mil 995 no estaban en la lista nominal, 205 mil 644 eran fotocopias y 23 mil 644 eran documentos inválidos.

Debido a lo anterior el consejo general del organismo electoral no aprobó la candidatura, pues sólo acreditó 835 mil511 firmas de las poco más de dos millones presentadas por el Bronco por lo que le faltaron solamente 16 mil 656 firmas, el 1.6 por ciento, para cubrir el requisito legal.

Este fue el aspecto que consideraron los magistrados del TEPJF para fallar en favor del neoleonés, pues tomaron en cuenta que el margen de error del INE en la revisión de firmas era de un ocho por ciento, debido a lo cual era altamente probable que si se revisaban de nueva cuenta las invalidadas se podría cumplir con el uno por ciento del padrón electoral nacional.

El problema no fue tanto el criterio aplicado por los jueces, sino el hecho de que no tomaron en cuenta la postura del INE, pues como lo expresara indignado el consejero Ciro Murayama, cómo iban a constatar las firmas de 7 mil muertos incluidos en las listas del Bronco.

El asunto se les complicó a los integrantes del Trife, quienes a pesar del linchamiento mediático cerraron filas y seis de sus integrantes, incluida su presidente, respaldaron el fallo. No es el primer pleito (y al parecer tampoco el último) entre el INE y el TEPJF por casos polémicos, pues ahí están las resoluciones a favor del cuestionado candidato priista en Coahuila y de las tarjetas rosas repartidas por Del Mazo en Edomex el año pasado.

La versión jurídica del tribunal electoral sería creíble si le hubieran dado al Bronco el mismo tratamiento que a Ríos Piter, al cual le otorgaron un plazo de diez días para que el INE revisara si podría completar el monto de firmas requeridas por la ley electoral.

El asunto se limitaría a una bronca más entre estos dos organismos electorales si no fuera porque el Trife es quien emitirá el último fallo sobre los resultados de los comicios de julio. Con el descrédito y el desprestigio provocados por ordenar el registro del polémico Jaime Rodríguez el máximo tribunal pone en seria duda e incertidumbre la legalidad de todo el proceso electoral.

En cuanto al Bronco el único que debe preocuparse es López Obrador, pues a un populista que está en el primer lugar nada mejor que un populachero que le reste votos de quienes aborrecen todo lo que huela a un régimen político caracterizado por su corrupción e ineficiencia para combatir la violencia, misma que amenaza con llegar a un nuevo récord histórico en este sexenio.