/ jueves 12 de diciembre de 2019

Las mañaneras de AMLO

“La actividad de comunicar debe llevarse a cabo entre sujetos conscientes”:

- Jean Pierre Changeux -

En estos 15 años que El Heraldo de Chihuahua me ha permitido dirigirme a ustedes, apreciables lectores, he compartido experiencias, anécdotas, propuestas y opiniones que, si bien, en éstas últimas, podemos estar o no de acuerdo, de eso se trata la libertad de expresión y pensamiento; qué aburrida sería la vida si todos pensáramos igual ¿no?, pues bien, algunos amigos me han preguntado por qué no he escrito nada sobre las conferencias matutinas de nuestro presidente Andrés Manuel, la respuesta es muy sencilla: porque nunca he visto una, y no porque no me interesen sino porque no tengo chance, la actividad en mi casa (que es de ustedes, sólo por cortesía) empieza desde las 5:30 de la mañana (para muchos, de la madrugada) ya que las exigencias de la vida requieren que para las 7:00 am los cuatro integrantes de la familia estemos listos (?) para salir de casa y la verdad, la televisión es enviada al terreno del olvido durante las mañanas. Que don Andrés nos disculpe.

Por supuesto que el no ver las llamadas “mañaneras” no quiere decir que no sepa de qué tratan, en ocasiones veo algún resumen y escucho comentarios de colegas que sí tienen el tiempo de verlas y que me platican que el primer mandatario a veces se lleva hasta media hora para contestar alguna pregunta de esas que no tienen gran importancia realizadas por reporteros afines a la mal llamada “Cuarta transformación” como para que el tiempo se agote y no tener que entrarle a los cuestionamientos que realmente interesan al pueblo y que cuando algún crítico reportero le muestra cifras de inseguridad, desempleo o del nulo crecimiento económico del país, el señor López le contesta que él tiene otros datos o que todo obedece a sexenios anteriores y prefiere seguir hablando de que si Juan Gabriel sigue vivo o no, que si el espíritu de Juárez continúa entre nosotros o que si Belinda es una gran cantante.

Estos ejercicios de comunicación en los que el presidente constantemente nos dice que vamos muy bien tienen como propósito colocar en la opinión pública los temas que al mandatario interesen de acuerdo con su personal visión de lo que acontece en México, y si bien es cierto que al inicio de su mandato las mañaneras fueron vistas como un punto fuerte de su gobierno, a un año del mismo se comienzan a convertir en un preocupante problema al tratar de defender lo que por ningún lado tiene defensa. ¿Será conveniente continuar realizándolas?

Desde luego que informar al pueblo de las acciones de Gobierno es una obligación, pero se requiere de informantes que acepten las críticas y que asuman los errores que se cometen en un escenario en donde los aplausos se den por verdadera honestidad y no sean comprados. Ande pues.


“La actividad de comunicar debe llevarse a cabo entre sujetos conscientes”:

- Jean Pierre Changeux -

En estos 15 años que El Heraldo de Chihuahua me ha permitido dirigirme a ustedes, apreciables lectores, he compartido experiencias, anécdotas, propuestas y opiniones que, si bien, en éstas últimas, podemos estar o no de acuerdo, de eso se trata la libertad de expresión y pensamiento; qué aburrida sería la vida si todos pensáramos igual ¿no?, pues bien, algunos amigos me han preguntado por qué no he escrito nada sobre las conferencias matutinas de nuestro presidente Andrés Manuel, la respuesta es muy sencilla: porque nunca he visto una, y no porque no me interesen sino porque no tengo chance, la actividad en mi casa (que es de ustedes, sólo por cortesía) empieza desde las 5:30 de la mañana (para muchos, de la madrugada) ya que las exigencias de la vida requieren que para las 7:00 am los cuatro integrantes de la familia estemos listos (?) para salir de casa y la verdad, la televisión es enviada al terreno del olvido durante las mañanas. Que don Andrés nos disculpe.

Por supuesto que el no ver las llamadas “mañaneras” no quiere decir que no sepa de qué tratan, en ocasiones veo algún resumen y escucho comentarios de colegas que sí tienen el tiempo de verlas y que me platican que el primer mandatario a veces se lleva hasta media hora para contestar alguna pregunta de esas que no tienen gran importancia realizadas por reporteros afines a la mal llamada “Cuarta transformación” como para que el tiempo se agote y no tener que entrarle a los cuestionamientos que realmente interesan al pueblo y que cuando algún crítico reportero le muestra cifras de inseguridad, desempleo o del nulo crecimiento económico del país, el señor López le contesta que él tiene otros datos o que todo obedece a sexenios anteriores y prefiere seguir hablando de que si Juan Gabriel sigue vivo o no, que si el espíritu de Juárez continúa entre nosotros o que si Belinda es una gran cantante.

Estos ejercicios de comunicación en los que el presidente constantemente nos dice que vamos muy bien tienen como propósito colocar en la opinión pública los temas que al mandatario interesen de acuerdo con su personal visión de lo que acontece en México, y si bien es cierto que al inicio de su mandato las mañaneras fueron vistas como un punto fuerte de su gobierno, a un año del mismo se comienzan a convertir en un preocupante problema al tratar de defender lo que por ningún lado tiene defensa. ¿Será conveniente continuar realizándolas?

Desde luego que informar al pueblo de las acciones de Gobierno es una obligación, pero se requiere de informantes que acepten las críticas y que asuman los errores que se cometen en un escenario en donde los aplausos se den por verdadera honestidad y no sean comprados. Ande pues.