El simbolismo de iniciar campañas en Ciudad Juárez, Chihuahua no es para cualquiera. Históricamente nuestro estado ha representado un bastión de lucha y resistencia en los momentos más importantes del país. Los inicios de campaña del presidente López Obrador tienen esa esencia y se han llevado a cabo con ese antecedente; no es una “moda”, y lo tuvo que entender a la mala Xóchitl Gálvez, quien pensó que llenar las plazas de Chihuahua sería cosa menor. Honrar no es lo mismo que imitar, esa es la lección aprendida para la candidata de la “oposición”.
Primero “Va por México”, luego “Frente Amplio por México” y ahora “Coalición Fuerza y Corazón por México”, desde ahí se demuestra la falta de rumbo y proyecto que encabeza al ex senadora panista. Pues con todo ese reborujo se presentó en la icónica “X” pretendiendo llenar una plaza con ciudadanos y ciudadanas, la cual ni lleno, ni fueron personas de la “sociedad civil organizada” como dicen, sino funcionariado de las entidades estatales.
En entrevistas, la hidalguense aseguró que las personas que fueron vestidas de rosa, los denominados “xóchiltllovers” eran muestras espontaneas de apoyo de la gente a su campaña, cuando la realidad es que ni son espontaneas ni son apoyos genuinos, son funcionarios a los que en lugar de vestir de azul, los visten de rosa, pretendiendo con ello simular un apoyo apartidista que no tiene y no tendrá.
La gira de la candidata por la Coalición Fuerza y Corazón por México incluyó Ciudad Juárez, Chihuahua capital, Delicias y Cuauhtémoc. En ninguno de ellos, salvo la capital en donde el gobierno estatal sí le echo ganas para que el funcionariado asistiera (se colaron mensajes por whats app que evidenciaban el famoso pase de lista en donde se hacían cortes de los registros de asistencia), se evidencia lo que solo ellos ven: el supuesto apoyo y crecimiento de la candidata que sigue distanciada por cerca de 20 puntos, según las casas encuestadoras.
¿Y qué podría esperarse de una coalición que más allá del ridículo nombre, es la contradicción en persona? Justamente eso que le está sucediendo a la candidata: confundirse todo el tiempo. El primer meme de Xóchitl al decir que basta de corruptos como Alito, sin percatarse que lo tenía a un lado, pudo haber sido una graciosa casualidad, pero esta ha sido la constante en su corta campaña, pues ya van dos veces que señala la “corrupción del PRI” y luego se da “cuenta” que el logo del corrupto está bordado en sus vestidos. Vaya, la anécdota ya ni para meme sirve.
Y mientras esto le sucede en los escenarios, tras bambalinas no es muy distinto, el PRI agandallándose como es su costumbre con las candidaturas, el PAN creyendo que es quien se agandalla y el PRD, el agandallado. Ya el 2018 les había enseñado que estos reborujos no son eficientes pero hay quienes aprenden lento.
Estos agandalles en las definiciones de candidaturas siguen causando sismos internos en los partidos y algunos de ellos se convertirán en rompimientos que sin duda van a repercutir en sus campañas, sino pregúntenle a Xóchitl.
Al final, pobre candidata, los botines de estos juegos de poder ni siquiera pasan por ella, se quedan en las cúpulas de cada uno de esos partidos, en los Markos, en los Alitos y en los Chuchos, ella solo pasara a ser una Meade, una Anaya que intento pero que no pudo, y eso es porque el proyecto de la Cuarta Transformación, del cual el Partido del Trabajo forma parte, esa camino a la consolidación.
Xóchitl podría haberse llamado el frente frío que en días recientes llegó al estado dejándonos a todas y todos helados y sin ganas de salir. El venir a nuestra entidad, sin otra intención que imitar, y mal, los inicios de campaña ganadores de la verdadera transformación, marcará a la candidata dejándola sin fuerza y con el corazón helado.