/ miércoles 7 de julio de 2021

Letonia: Sólo la economía de mercado crea prosperidad

Con la participación de Víctor H. Becerra

Letonia es el tercero de los países bálticos, junto con Estonia y Lituania. La historia de la República de Letonia es prometedora desde sus inicios, pero tormentosa toda ella: Desde la Edad Media ha sido un hub de comercio internacional, ya que perteneció a la llamada Liga Hanseática, siendo un lugar donde diferentes rutas se cruzaban. Por su ubicación, precisamente, Letonia siempre fue la codicia de varias potencias europeas: Rusia, Suecia, Polonia, Alemania, Lituania, etc.

En 1768, Letonia fue ocupada por la Rusia Zarista, pero aún bajo el zarismo experimentó una beneficiosa revolución industrial: el desarrollo de manufacturas y de conexiones que le permitieron crear y fortalecer una logística comercial. En 1918, con la caída del Imperio Ruso y el vacío de poder creado por el final de la Primera Guerra Mundial, Letonia obtiene su independencia. Sin embargo, por su posición estratégica fue la codicia inmediata de las potencias vecinas y sufrió una gran inestabilidad política.

Entre el periodo 1918-1940 hubo cierta prosperidad, se desarrolló un mercado de exportación hacia Occidente, y se construyó la primera planta hidroeléctrica. Ese periodo de prosperidad terminaría con la invasión nazi y luego la ocupación soviética que duró hasta 1991. Al respecto, en el periodo de ocupación soviética, miles de personas fueron asesinadas por los comunistas, entre víctimas de la guerra de ocupación, ejecuciones y torturas, y los muertos durante las deportaciones soviéticas, además de contabilizarse a 150 mil letones exiliados en el mismo periodo.

Durante dicha ocupación soviética, la KGB llegó a tener 30 mil agentes en activo en Letonia y estableció un amplio sistema de delación, que incluía la instalación de buzones en los que de forma anónima cualquier ciudadano podía denunciar las actividades contrarrevolucionarias de sus vecinos. La sola denuncia en estos buzones era causa suficiente para la detención y la tortura, y en el peor de los casos, para el asesinato. Por eso no extrañan decisiones como la de junio de 2013, cuando el parlamento letón aprobó la prohibición de exhibir los símbolos soviéticos y nazis en todos los eventos públicos.

Cuando Letonia obtiene su independencia de la URSS, tras 45 años, busca restablecer sus instituciones, por ejemplo, su Constitución de 1922 con varias enmiendas, e inicia una liberalización económica, enfilada hacia una economía de mercado, por ejemplo privatizando la mayoría de las empresas estatales del periodo soviético.

Veamos cómo se encuentra Letonia, hoy, en el ránking de libertad económica del Instituto Fraser. En él, Letonia tiene una nota de 7.89/10 (recordemos que 10 significa una completa libertad económica), ubicándose en el lugar 19 entre 162 países.

Los cambios importantes que ha tenido Letonia son: reducción del ISR personal al 23 por ciento; compromiso con el libre comercio, y por esto hoy Letonia forma parte de la Unión Europea; Letonia ha tenido una gran mejora regulatoria empresarial y laboral.

Con la participación de Víctor H. Becerra

Letonia es el tercero de los países bálticos, junto con Estonia y Lituania. La historia de la República de Letonia es prometedora desde sus inicios, pero tormentosa toda ella: Desde la Edad Media ha sido un hub de comercio internacional, ya que perteneció a la llamada Liga Hanseática, siendo un lugar donde diferentes rutas se cruzaban. Por su ubicación, precisamente, Letonia siempre fue la codicia de varias potencias europeas: Rusia, Suecia, Polonia, Alemania, Lituania, etc.

En 1768, Letonia fue ocupada por la Rusia Zarista, pero aún bajo el zarismo experimentó una beneficiosa revolución industrial: el desarrollo de manufacturas y de conexiones que le permitieron crear y fortalecer una logística comercial. En 1918, con la caída del Imperio Ruso y el vacío de poder creado por el final de la Primera Guerra Mundial, Letonia obtiene su independencia. Sin embargo, por su posición estratégica fue la codicia inmediata de las potencias vecinas y sufrió una gran inestabilidad política.

Entre el periodo 1918-1940 hubo cierta prosperidad, se desarrolló un mercado de exportación hacia Occidente, y se construyó la primera planta hidroeléctrica. Ese periodo de prosperidad terminaría con la invasión nazi y luego la ocupación soviética que duró hasta 1991. Al respecto, en el periodo de ocupación soviética, miles de personas fueron asesinadas por los comunistas, entre víctimas de la guerra de ocupación, ejecuciones y torturas, y los muertos durante las deportaciones soviéticas, además de contabilizarse a 150 mil letones exiliados en el mismo periodo.

Durante dicha ocupación soviética, la KGB llegó a tener 30 mil agentes en activo en Letonia y estableció un amplio sistema de delación, que incluía la instalación de buzones en los que de forma anónima cualquier ciudadano podía denunciar las actividades contrarrevolucionarias de sus vecinos. La sola denuncia en estos buzones era causa suficiente para la detención y la tortura, y en el peor de los casos, para el asesinato. Por eso no extrañan decisiones como la de junio de 2013, cuando el parlamento letón aprobó la prohibición de exhibir los símbolos soviéticos y nazis en todos los eventos públicos.

Cuando Letonia obtiene su independencia de la URSS, tras 45 años, busca restablecer sus instituciones, por ejemplo, su Constitución de 1922 con varias enmiendas, e inicia una liberalización económica, enfilada hacia una economía de mercado, por ejemplo privatizando la mayoría de las empresas estatales del periodo soviético.

Veamos cómo se encuentra Letonia, hoy, en el ránking de libertad económica del Instituto Fraser. En él, Letonia tiene una nota de 7.89/10 (recordemos que 10 significa una completa libertad económica), ubicándose en el lugar 19 entre 162 países.

Los cambios importantes que ha tenido Letonia son: reducción del ISR personal al 23 por ciento; compromiso con el libre comercio, y por esto hoy Letonia forma parte de la Unión Europea; Letonia ha tenido una gran mejora regulatoria empresarial y laboral.