/ miércoles 23 de junio de 2021

Lituania: La imparable marcha de la libertad

Con la participación de Víctor H. Becerra

Lituania tiene una compleja historia política, con batallas y anexiones por parte de Polonia, Prusia y Rusia, principalmente. Para nuestro propósito, sirva decir que Lituania, como los demás países bálticos, ha tenido una dilatada y heroica por lograr su libertad.

Así, en 1918 Lituania obtuvo su independencia de Rusia. La alegría no duraría mucho, ya que años después la Unión Soviética ocuparía Lituania en 1940. Entre 1941 y 1944 Lituania fue ocupada por la Alemania nazi al calor de la II Guerra Mundial. Finalmente, en 1944, la Unión Soviética vuelve a ocupar Lituania, ocupación que duraría hasta 1990. Entre 1990 y 1991 suceden fuertes movimientos sociales, que finalmente obligan al reconocimiento de la independencia de Lituania en 1991.

Las reformas económicas que necesitaba la economía lituana para salir de la economía planificada socialista, se hicieron rápidamente, como respuesta a una fuerte recesión en el país. Así, la liberalización de precios comenzó en 1992, las licencias para exportar fueron abolidas y se liberalizaron las importaciones. Igualmente, se introdujo un régimen de inversión extranjera muy liberal, se mantuvo una férrea disciplina fiscal, se introdujeron las privatizaciones con vouchers y la desmonopolización de la economía. En paralelo, las tierras se restituyeron a los dueños originales o se pasaron a manos privadas. En ese contexto, Lituania fue un gran ejemplo de privatización bien realizada. La rapidez de las reformas permitió que los beneficios no tardaran mucho tiempo en verse, lo que generó un círculo virtuoso de crecimiento y bienestar y, consiguientemente, más apoyo a más reformas. Hoy Lituania forma parte de la Unión Europea.

En 1995, el PIB per cápita de Lituania era de 5,322 dólares (dólares de 2010), cantidad que se encontraba por debajo de varios países latinoamericanos. En contraste, hoy en día Lituania tiene un PIB per cápita de 17,670 (dólares 2010), por encima de cualquier país de América Latina.

Lituania en la década de los 90's se dedicó a privatizar la mayoría de los servicios estatales que habían heredado, abrió su economía prácticamente sin restricciones, estableció bajos impuestos y fuertes recortes al gasto público. Al igual que Letonia y Estonia, estableció muy bajos impuestos. Hoy esos países no son paraísos fiscales ni mucho menos, pero tienen sistemas de impuestos extremadamente bajos, lo que los hace países muy atractivos para la inversión y competitivos. En el caso de Lituania, impuestos más simples y menos distorsionantes permitieron un aumento de la recaudación del 191% entre 2000-2008, junto con una gran reducción del desempleo y mayores tasas de crecimiento económico.

Lituania ocupa un destacado lugar 11 en el ranking de libertad económica del Instituto Fraser con un puntaje de 8.1/10. El mas alto puntaje de los países bálticos.

Lituania de esta manera logró ser la economía abierta, competitiva y de bienestar que es hoy. Impuestos bajos, apertura económica, libre comercio, achicamiento del Estado, reformas de mercado valientes y bien pensadas

Con la participación de Víctor H. Becerra

Lituania tiene una compleja historia política, con batallas y anexiones por parte de Polonia, Prusia y Rusia, principalmente. Para nuestro propósito, sirva decir que Lituania, como los demás países bálticos, ha tenido una dilatada y heroica por lograr su libertad.

Así, en 1918 Lituania obtuvo su independencia de Rusia. La alegría no duraría mucho, ya que años después la Unión Soviética ocuparía Lituania en 1940. Entre 1941 y 1944 Lituania fue ocupada por la Alemania nazi al calor de la II Guerra Mundial. Finalmente, en 1944, la Unión Soviética vuelve a ocupar Lituania, ocupación que duraría hasta 1990. Entre 1990 y 1991 suceden fuertes movimientos sociales, que finalmente obligan al reconocimiento de la independencia de Lituania en 1991.

Las reformas económicas que necesitaba la economía lituana para salir de la economía planificada socialista, se hicieron rápidamente, como respuesta a una fuerte recesión en el país. Así, la liberalización de precios comenzó en 1992, las licencias para exportar fueron abolidas y se liberalizaron las importaciones. Igualmente, se introdujo un régimen de inversión extranjera muy liberal, se mantuvo una férrea disciplina fiscal, se introdujeron las privatizaciones con vouchers y la desmonopolización de la economía. En paralelo, las tierras se restituyeron a los dueños originales o se pasaron a manos privadas. En ese contexto, Lituania fue un gran ejemplo de privatización bien realizada. La rapidez de las reformas permitió que los beneficios no tardaran mucho tiempo en verse, lo que generó un círculo virtuoso de crecimiento y bienestar y, consiguientemente, más apoyo a más reformas. Hoy Lituania forma parte de la Unión Europea.

En 1995, el PIB per cápita de Lituania era de 5,322 dólares (dólares de 2010), cantidad que se encontraba por debajo de varios países latinoamericanos. En contraste, hoy en día Lituania tiene un PIB per cápita de 17,670 (dólares 2010), por encima de cualquier país de América Latina.

Lituania en la década de los 90's se dedicó a privatizar la mayoría de los servicios estatales que habían heredado, abrió su economía prácticamente sin restricciones, estableció bajos impuestos y fuertes recortes al gasto público. Al igual que Letonia y Estonia, estableció muy bajos impuestos. Hoy esos países no son paraísos fiscales ni mucho menos, pero tienen sistemas de impuestos extremadamente bajos, lo que los hace países muy atractivos para la inversión y competitivos. En el caso de Lituania, impuestos más simples y menos distorsionantes permitieron un aumento de la recaudación del 191% entre 2000-2008, junto con una gran reducción del desempleo y mayores tasas de crecimiento económico.

Lituania ocupa un destacado lugar 11 en el ranking de libertad económica del Instituto Fraser con un puntaje de 8.1/10. El mas alto puntaje de los países bálticos.

Lituania de esta manera logró ser la economía abierta, competitiva y de bienestar que es hoy. Impuestos bajos, apertura económica, libre comercio, achicamiento del Estado, reformas de mercado valientes y bien pensadas