/ sábado 20 de enero de 2018

LO QUE DESEAMOS

En realidad, todo apunta a que no somos los seres humanos quienes gobernamos nuestra vida, sino más bien son nuestras aspiraciones, nuestras metas y nuestras visiones del futuro, lo que realmente rige nuestros destinos.

 

El que poco pide, poco merece y la única forma de conseguir algo de lo que deseamos es intentar conseguirlo todo en su totalidad. Si no lo logramos no es ningún crimen, pero lo que sí lo es, es el tener bajas aspiraciones. Todos nacemos y  hemos  sido dotados con talentos y habilidades diferentes. ¿En qué y para qué somos buenos? Es nuestra obligación descubrirlo y cultivar aquello que además de gustarnos y llenar nuestro espíritu, se puede reflejar en algún tipo de beneficio para el prójimo.

 

Creo que nadie deseamos llegar  al final de nuestro camino con el corazón vacío, por eso es imprescindible diariamente iniciar cada día con entusiasmo, algo perfectamente realizable, pues lo único que se requiere es actuar como si tuviéramos entusiasmo y un lapso no mayor a veinte segundos nuestra visión de la vida en ese momento puede cambiar.

 

Para muchos de nosotros la vida puede significar vivir de día a día básicamente sin ningún significado y por eso no le damos mucha  importancia al estar vivos, y por esa razón realizamos cosas pequeñas. Es difícil realizar cosas extraordinarias; no nos vienen de hechos probados sino de la posibilidad de las cosas y de nuestro entusiasmo. Nos mueven mejor las grandes posibilidades y trabajar para lograrlas, que las pequeñas certidumbres y dejar que sucedan solas.

 

Si el mundo parece haberse estancado y si seguimos interesados en la misma gente y nos encontramos haciendo las misas cosas que en los últimos años y todo nos parece exactamente igual que antes, significa que no hemos podido escapar a la tragedia en que nos hemos estancado.

 

Las grandes aspiraciones son por lo general una indicación de una gran capacidad. Son las que nos impulsan a acumular bienes, buscar la fama y obtener cierta distinción y reconocimiento en algunas actividades.

 

La vida sacrificada por la verdad o por el deber, aún a la fama y al conocimiento, es mejor que la vida solamente contemplada para sólo existir. Es a morir en vida a lo que hay que temer, no a perder la vida.

 

Sobran cosas que conquistar e ideales que alentar. No existen límites para las posibilidades de nuestros deseos hechos realidad, del genio inventivo e investigador del ser humano. El soñar despierto es algo extraordinario, siempre y cuando tengamos la resolución y la tenacidad para hacer realidad nuestros sueños.

En realidad, todo apunta a que no somos los seres humanos quienes gobernamos nuestra vida, sino más bien son nuestras aspiraciones, nuestras metas y nuestras visiones del futuro, lo que realmente rige nuestros destinos.

 

El que poco pide, poco merece y la única forma de conseguir algo de lo que deseamos es intentar conseguirlo todo en su totalidad. Si no lo logramos no es ningún crimen, pero lo que sí lo es, es el tener bajas aspiraciones. Todos nacemos y  hemos  sido dotados con talentos y habilidades diferentes. ¿En qué y para qué somos buenos? Es nuestra obligación descubrirlo y cultivar aquello que además de gustarnos y llenar nuestro espíritu, se puede reflejar en algún tipo de beneficio para el prójimo.

 

Creo que nadie deseamos llegar  al final de nuestro camino con el corazón vacío, por eso es imprescindible diariamente iniciar cada día con entusiasmo, algo perfectamente realizable, pues lo único que se requiere es actuar como si tuviéramos entusiasmo y un lapso no mayor a veinte segundos nuestra visión de la vida en ese momento puede cambiar.

 

Para muchos de nosotros la vida puede significar vivir de día a día básicamente sin ningún significado y por eso no le damos mucha  importancia al estar vivos, y por esa razón realizamos cosas pequeñas. Es difícil realizar cosas extraordinarias; no nos vienen de hechos probados sino de la posibilidad de las cosas y de nuestro entusiasmo. Nos mueven mejor las grandes posibilidades y trabajar para lograrlas, que las pequeñas certidumbres y dejar que sucedan solas.

 

Si el mundo parece haberse estancado y si seguimos interesados en la misma gente y nos encontramos haciendo las misas cosas que en los últimos años y todo nos parece exactamente igual que antes, significa que no hemos podido escapar a la tragedia en que nos hemos estancado.

 

Las grandes aspiraciones son por lo general una indicación de una gran capacidad. Son las que nos impulsan a acumular bienes, buscar la fama y obtener cierta distinción y reconocimiento en algunas actividades.

 

La vida sacrificada por la verdad o por el deber, aún a la fama y al conocimiento, es mejor que la vida solamente contemplada para sólo existir. Es a morir en vida a lo que hay que temer, no a perder la vida.

 

Sobran cosas que conquistar e ideales que alentar. No existen límites para las posibilidades de nuestros deseos hechos realidad, del genio inventivo e investigador del ser humano. El soñar despierto es algo extraordinario, siempre y cuando tengamos la resolución y la tenacidad para hacer realidad nuestros sueños.