/ martes 31 de marzo de 2020

Lo que se debe hacer

“La ignorancia es la noche de la mente, pero una noche sin luna y sin estrella.”

Confucio


Los pueblos ilustrados tienen la capacidad de enfrentar las adversidades que presenta la vida. Un pueblo ignorante vive en el temor y en la alienación procreada por los grupos dominantes. Nos toca vivir la desdicha de la afectación de nuestra salud, producto de (¿?) la brutal guerra económica que continúan las grandes potencias por la supremacía mundial. Raro, pero tenemos que reflexionarlo, surgen pandemias de origen desconocido. La influenza “española” de 1918, en plena Primera Guerra Mundial, asesinó a miles y miles de seres humanos en todo el orbe. Médicos españoles descubrieron el virus de los Estados Unidos, de allí el mote de “española”. Miles de hogares se enlutaron y el dolor causado, todavía es recordado por descendientes de aquellas víctimas. ¿Y qué podemos decir del VIH, de la influenza H1N1 de hace un decenio? Las explicaciones dadas son ridículas e inverosímiles, repito, sobre el origen de tales pandemias.

Investigadores de todo el mundo, día a día, trabajan en estrictas condiciones de laboratorio, las posibles vacunas para prevenir esas enfermedades (diseñadas), para afectar el aparato respiratorio. Pocos conocen los resultados de sus trabajos y los grandes laboratorios especulan con “placebos” para aliviar a los pacientes. Dinero, mucho dinero se necesita para atender tan terribles contingencias, como la que hoy nos tiene postrados. En México, nuestra patria, la ineptitud y los fines inconfesable del dictador, no quieren construir y equipar centros hospitalarios, adquirir el equipo necesario para atender a tantos enfermos. Faltan médicos, enfermeras, personal especializado en laboratorios, imagenología, y demás auxiliares. Dinero, dinero, ¿de dónde? De los casinos, de las rifitas, de trenes mayas, de aeropuertos, de la criminal suspensión de plantas y obras, ya avanzadas que tienen que cobrar los miles de millones de dólares que nos obligarán a pagar a los mexicanos trabajadores, es decir, del erario. Debemos exigir al Gobierno que cumpla con la recta aplicación de nuestros recursos financieros y deje de seguir con su campaña política, que está desangrando a México. La contingencia patológica requiere de mucho dinero, para enfrentarla con posibilidades de éxito. Cuidemos escrupulosamente nuestra salud.





“La ignorancia es la noche de la mente, pero una noche sin luna y sin estrella.”

Confucio


Los pueblos ilustrados tienen la capacidad de enfrentar las adversidades que presenta la vida. Un pueblo ignorante vive en el temor y en la alienación procreada por los grupos dominantes. Nos toca vivir la desdicha de la afectación de nuestra salud, producto de (¿?) la brutal guerra económica que continúan las grandes potencias por la supremacía mundial. Raro, pero tenemos que reflexionarlo, surgen pandemias de origen desconocido. La influenza “española” de 1918, en plena Primera Guerra Mundial, asesinó a miles y miles de seres humanos en todo el orbe. Médicos españoles descubrieron el virus de los Estados Unidos, de allí el mote de “española”. Miles de hogares se enlutaron y el dolor causado, todavía es recordado por descendientes de aquellas víctimas. ¿Y qué podemos decir del VIH, de la influenza H1N1 de hace un decenio? Las explicaciones dadas son ridículas e inverosímiles, repito, sobre el origen de tales pandemias.

Investigadores de todo el mundo, día a día, trabajan en estrictas condiciones de laboratorio, las posibles vacunas para prevenir esas enfermedades (diseñadas), para afectar el aparato respiratorio. Pocos conocen los resultados de sus trabajos y los grandes laboratorios especulan con “placebos” para aliviar a los pacientes. Dinero, mucho dinero se necesita para atender tan terribles contingencias, como la que hoy nos tiene postrados. En México, nuestra patria, la ineptitud y los fines inconfesable del dictador, no quieren construir y equipar centros hospitalarios, adquirir el equipo necesario para atender a tantos enfermos. Faltan médicos, enfermeras, personal especializado en laboratorios, imagenología, y demás auxiliares. Dinero, dinero, ¿de dónde? De los casinos, de las rifitas, de trenes mayas, de aeropuertos, de la criminal suspensión de plantas y obras, ya avanzadas que tienen que cobrar los miles de millones de dólares que nos obligarán a pagar a los mexicanos trabajadores, es decir, del erario. Debemos exigir al Gobierno que cumpla con la recta aplicación de nuestros recursos financieros y deje de seguir con su campaña política, que está desangrando a México. La contingencia patológica requiere de mucho dinero, para enfrentarla con posibilidades de éxito. Cuidemos escrupulosamente nuestra salud.