/ sábado 14 de agosto de 2021

Loera: nefasto delegado del malestar

El líder de la fanaticada chaira lo volvió a hacer: el prejidente Andrés Manuel López Obrador demostró que la opinión de los chihuahuenses simplemente no tiene valor alguno para él. Reinstaló en la delegación de los programas para el bienestar al tristemente célebre y odiado Juan Carlos Loera de la Rosa.

Los políticos de café han hecho sus análisis sobre los motivos de AMLO para regresar a Loera a la delegación en la que tanto daño hizo a los chihuahuenses: no debemos olvidar que Loera fue el principal ejecutor y cómplice del máximo atraco en la historia del estado de Chihuahua.

¿En qué mundo se premia a un ladrón? Pues, en el mundo de la transformación de cuarta.

Juan Carlos Loera de la Rosa es, sin duda, el funcionario chihuahuense que más le ha robado al pueblo de Chihuahua. Los hechos así lo demuestran. El año pasado con la venia del jefe chairo y presidente de México, fue quien se confrontó con los campesinos de Chihuahua, al robarles la poca agua para esa región tan importante para la producción de alimentos. No le importó, en ese momento, que no hubiera suficiente producción de los granos, legumbres, leche o carne. Él quería robarse el agua de Chihuahua porque era el capricho presidencial.

Desgraciadamente, en Morena la lógica es que no hay lógica y pusieron al peor de los perfiles para ser candidato a gobernador. Así como era el peor de los perfiles para ser el responsable de los programas sociales en Chihuahua.

Y con una derrota descomunal por más de 100 mil votos frente a Maru Campos, a Loera lo regresan a ser la cara del gobierno federal, según los politólogos cafeteros, para ponerle una cuña a Cruz Pérez Cuéllar y a Maru Campos.

Es un análisis simplón pero válido y hasta lógico.

Creo que el volver a nombrar a Loera como el nefasto delegado del malestar, más bien en sentido de provocar a los miles de campesinos del estado de Chihuahua, una manera más del gobierno de López Obrador de mandarles un mensaje: no les tengo miedo y simplemente no me importan.

Es la tercera provocación en menos de un mes.

La primera fue la detención de Andrés Valles al acusarlo de delitos increíbles, con el uso de la justicia a modo de venganza.

Luego vino el amago en la mañanera contra Fernando Baeza y Salvador Alcántar, a quienes el presidente no descartó con detenerlos.

Y el más reciente, convertir la delegación de los programas del bienestar, que había recuperado dignidad con Bertha Alcalde al frente, de nueva cuenta en la delegación del malestar.

Con esto queda más que claro: Loera odia a Chihuahua porque no lo votaron y el presidente continúa odiando a Chihuahua.


ULTIMALETRA

Un fuerte abrazo a don Cuco Alvídrez Frías por su cumpleaños el pasado jueves y el cual sigue celebrando.

luisruben@plandevuelo.mx

El líder de la fanaticada chaira lo volvió a hacer: el prejidente Andrés Manuel López Obrador demostró que la opinión de los chihuahuenses simplemente no tiene valor alguno para él. Reinstaló en la delegación de los programas para el bienestar al tristemente célebre y odiado Juan Carlos Loera de la Rosa.

Los políticos de café han hecho sus análisis sobre los motivos de AMLO para regresar a Loera a la delegación en la que tanto daño hizo a los chihuahuenses: no debemos olvidar que Loera fue el principal ejecutor y cómplice del máximo atraco en la historia del estado de Chihuahua.

¿En qué mundo se premia a un ladrón? Pues, en el mundo de la transformación de cuarta.

Juan Carlos Loera de la Rosa es, sin duda, el funcionario chihuahuense que más le ha robado al pueblo de Chihuahua. Los hechos así lo demuestran. El año pasado con la venia del jefe chairo y presidente de México, fue quien se confrontó con los campesinos de Chihuahua, al robarles la poca agua para esa región tan importante para la producción de alimentos. No le importó, en ese momento, que no hubiera suficiente producción de los granos, legumbres, leche o carne. Él quería robarse el agua de Chihuahua porque era el capricho presidencial.

Desgraciadamente, en Morena la lógica es que no hay lógica y pusieron al peor de los perfiles para ser candidato a gobernador. Así como era el peor de los perfiles para ser el responsable de los programas sociales en Chihuahua.

Y con una derrota descomunal por más de 100 mil votos frente a Maru Campos, a Loera lo regresan a ser la cara del gobierno federal, según los politólogos cafeteros, para ponerle una cuña a Cruz Pérez Cuéllar y a Maru Campos.

Es un análisis simplón pero válido y hasta lógico.

Creo que el volver a nombrar a Loera como el nefasto delegado del malestar, más bien en sentido de provocar a los miles de campesinos del estado de Chihuahua, una manera más del gobierno de López Obrador de mandarles un mensaje: no les tengo miedo y simplemente no me importan.

Es la tercera provocación en menos de un mes.

La primera fue la detención de Andrés Valles al acusarlo de delitos increíbles, con el uso de la justicia a modo de venganza.

Luego vino el amago en la mañanera contra Fernando Baeza y Salvador Alcántar, a quienes el presidente no descartó con detenerlos.

Y el más reciente, convertir la delegación de los programas del bienestar, que había recuperado dignidad con Bertha Alcalde al frente, de nueva cuenta en la delegación del malestar.

Con esto queda más que claro: Loera odia a Chihuahua porque no lo votaron y el presidente continúa odiando a Chihuahua.


ULTIMALETRA

Un fuerte abrazo a don Cuco Alvídrez Frías por su cumpleaños el pasado jueves y el cual sigue celebrando.

luisruben@plandevuelo.mx