/ lunes 12 de abril de 2021

Logramos la primera sanción 

Por Amín Anchondo

Desde el primer día que llegamos a la sindicatura de Chihuahua nos propusimos a hacer la chamba que nos correspondía sin importar colores, filias o proyecciones políticas. Lo hice porque de eso se trata el servicio público, de dejar los intereses personales y trabajar por los intereses comunes. Si nos dejamos llevar por el sistema nada cambiará.

La decisión fue revisar todo concienzudamente con criterio, rigor y sentido común. Siempre hemos tenido la intención de colaborar para que las observaciones que encontráramos se corrigieran para bien de la sociedad sin tener que llegar a escándalos políticos. En ocasiones se pudo, en otras no. Pero la chamba siempre se ha hecho, al grado tal de siempre llevar lo encontrado al ayuntamiento y denunciar ante las instituciones correspondientes. Esto último con el fin de echar a jalar a las diferentes instituciones que conforman el famoso “Sistema Anticorrupción”.

Al día de hoy llevamos más de 60 denuncias interpuestas en diferentes organismos como el Ayuntamiento, el Órgano Interno de Control, las auditorías superiores de la federación y del estado, el Ichitaip, etc; todas estas producto de las revisiones que hacemos cotidianamente en la sindicatura. El objetivo de denunciar es que podamos sancionar a las personas que no actúan de forma correcta. No por el simple hecho de la sanción, sino de generar una cultura en el servicio público del que la haga mal, la pague. Que se sienta el Estado de Derecho y que las instituciones hagan su chamba. Sólo así podremos ir aminorando la corrupción. Porque si la dejamos pasar todo seguirá igual y si la empezamos a tolerar como sociedad, nos irá peor.

Planteo todo lo anterior porque la semana pasada recibimos la notificación del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa, donde nos informan de la sanción interpuesta a un funcionario público municipal que denunciamos por una falta grave cometida por ser el jefe administrativo de un organismo descentralizado del municipio y estarle comprando sandwiches a su hermano por $9,000 pesos. El hecho es lo de menos. Lo importante es que es la primera sanción en la historia del municipio de Chihuahua que se hace por una falta grave en este “relativamente” nuevo sistema estatal anticorrupción.

Es de gran orgullo contar esto porque podemos demostrar que las instituciones funcionan, que debemos usarlas y presionarlas para que hagan su trabajo. Que sí podemos generar ese Estado de Derecho donde los funcionarios sepamos que si actuamos mal, nos van a castigar. Donde los ciudadanos confiemos en denunciar un acto de corrupción. Sí se puede. Sólo tenemos que ponernos realmente las pilas.

La verdad, para mí hubiera sido muy sencillo quedar bien con todo mundo, voltear a un lado, fingir que nada pasa, durar tres años pasándola bien, haciendo política en las colonias buscando el siguiente puesto público. Pero decidí hacer lo que me toca, luchar por construir ese país donde sueño vivir y esa ciudad que merecemos tener.

Por Amín Anchondo

Desde el primer día que llegamos a la sindicatura de Chihuahua nos propusimos a hacer la chamba que nos correspondía sin importar colores, filias o proyecciones políticas. Lo hice porque de eso se trata el servicio público, de dejar los intereses personales y trabajar por los intereses comunes. Si nos dejamos llevar por el sistema nada cambiará.

La decisión fue revisar todo concienzudamente con criterio, rigor y sentido común. Siempre hemos tenido la intención de colaborar para que las observaciones que encontráramos se corrigieran para bien de la sociedad sin tener que llegar a escándalos políticos. En ocasiones se pudo, en otras no. Pero la chamba siempre se ha hecho, al grado tal de siempre llevar lo encontrado al ayuntamiento y denunciar ante las instituciones correspondientes. Esto último con el fin de echar a jalar a las diferentes instituciones que conforman el famoso “Sistema Anticorrupción”.

Al día de hoy llevamos más de 60 denuncias interpuestas en diferentes organismos como el Ayuntamiento, el Órgano Interno de Control, las auditorías superiores de la federación y del estado, el Ichitaip, etc; todas estas producto de las revisiones que hacemos cotidianamente en la sindicatura. El objetivo de denunciar es que podamos sancionar a las personas que no actúan de forma correcta. No por el simple hecho de la sanción, sino de generar una cultura en el servicio público del que la haga mal, la pague. Que se sienta el Estado de Derecho y que las instituciones hagan su chamba. Sólo así podremos ir aminorando la corrupción. Porque si la dejamos pasar todo seguirá igual y si la empezamos a tolerar como sociedad, nos irá peor.

Planteo todo lo anterior porque la semana pasada recibimos la notificación del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa, donde nos informan de la sanción interpuesta a un funcionario público municipal que denunciamos por una falta grave cometida por ser el jefe administrativo de un organismo descentralizado del municipio y estarle comprando sandwiches a su hermano por $9,000 pesos. El hecho es lo de menos. Lo importante es que es la primera sanción en la historia del municipio de Chihuahua que se hace por una falta grave en este “relativamente” nuevo sistema estatal anticorrupción.

Es de gran orgullo contar esto porque podemos demostrar que las instituciones funcionan, que debemos usarlas y presionarlas para que hagan su trabajo. Que sí podemos generar ese Estado de Derecho donde los funcionarios sepamos que si actuamos mal, nos van a castigar. Donde los ciudadanos confiemos en denunciar un acto de corrupción. Sí se puede. Sólo tenemos que ponernos realmente las pilas.

La verdad, para mí hubiera sido muy sencillo quedar bien con todo mundo, voltear a un lado, fingir que nada pasa, durar tres años pasándola bien, haciendo política en las colonias buscando el siguiente puesto público. Pero decidí hacer lo que me toca, luchar por construir ese país donde sueño vivir y esa ciudad que merecemos tener.