/ lunes 6 de junio de 2022

Los 4 parámetros de la salud financiera

Por: Luis Gómez

Así como cuidamos nuestra salud física y psicológica, también es importante tratar de tener finanzas sanas. El autor Lawrence Gitman define las finanzas como el arte y la ciencia de administrar el dinero. Y de hecho, todos somos administradores financieros, pues para empezar, administramos el dinero más importante: el nuestro. Dividamos la salud financiera en 4 grandes rubros para poder enfocarnos en mejorarla:


Ingresos.- La información que tenemos implantada la mayoría de nosotros es errónea cuando en casa nos hablaban de dinero, generalmente nuestros padres decían: “si necesitas más dinero, tienes que trabajar más tiempo”. Por eso cuando necesitamos más dinero, la única salida que vemos es trabajar horas extras o conseguir un empleo adicional. La realidad es que no necesitas trabajar más tiempo, sino de manera más inteligente, es decir, invertir tu tiempo en una actividad económica en donde puedas generar más ingresos en menos tiempo.

Egresos.- Aunque no existe una fórmula estándar para administrar los egresos, puedes tomar estos porcentajes para darte una idea: el gasto en hipoteca o renta de donde vives (y todos los gastos relacionados con su mantenimiento) no deberá ser mayor al 30% de tus ingresos; un máximo de 20% para transporte (crédito automotriz, combustibles, mantenimiento, etc.); un 15% para alimentos y bebidas (tanto preparados en casa como comprados fuera de ella) es suficiente; otro 10% para seguros y previsión (de la casa, del auto, de gastos médicos, etc.); 10% para ahorro (tanto de corto plazo como para el retiro); 9% para vestido y cuidado personal; y 6% para entretenimiento.

Activos.- Entendamos los activos como nuestros bienes. Es preferible gastar dinero en dichos activos que en determinado momento podemos vender (una computadora, un teléfono, una sala, un auto). Las experiencias, como un viaje o una tarde de cine en familia, son momentos muy divertidos y hasta necesarios, pero si los recursos son limitados, prefiere adquirir activos, siempre y cuando dicho activo no represente un gasto fijo adicional, por ejemplo, un auto más lujoso pero que gasta más gasolina. La adquisición de activos que generan altos costos fijos no es una decisión muy sana financieramente hablando.

Pasivos.- Si tienes muchas deudas, es momento de tomar acción para disminuirlas. Aquí te doy algunas recomendaciones para lograrlo: primero debes buscar refinanciar dichas deudas, por ejemplo, si debes 4 tarjetas de crédito, puedes solicitar un crédito de nómina para liquidarlas todas juntas (una vez liquidadas debes cancelarlas), y quedarte sólo con una deuda, con un periodo de pago más cómodo y una tasa de interés más baja. Después del refinanciamiento, debes eliminar algunos gastos que no sean necesarios para aminorar tus egresos (por lo menos hasta que salgas de deudas). Por último, no estaría nada mal que comenzaras otra actividad económica que te genere más ingresos para poder acelerar el paso.


Si bien es cierto que la mayoría de nosotros no recibimos una adecuada educación financiera en nuestra formación básica, debemos estar conscientes que la salud financiera depende solamente de nosotros, de nuestras decisiones, nuestras acciones y nuestros hábitos.


LAF y MF Luis Gómez, Analista Financiero.


Maestro en Finanzas. Director general del Colegio de Negocios


Por: Luis Gómez

Así como cuidamos nuestra salud física y psicológica, también es importante tratar de tener finanzas sanas. El autor Lawrence Gitman define las finanzas como el arte y la ciencia de administrar el dinero. Y de hecho, todos somos administradores financieros, pues para empezar, administramos el dinero más importante: el nuestro. Dividamos la salud financiera en 4 grandes rubros para poder enfocarnos en mejorarla:


Ingresos.- La información que tenemos implantada la mayoría de nosotros es errónea cuando en casa nos hablaban de dinero, generalmente nuestros padres decían: “si necesitas más dinero, tienes que trabajar más tiempo”. Por eso cuando necesitamos más dinero, la única salida que vemos es trabajar horas extras o conseguir un empleo adicional. La realidad es que no necesitas trabajar más tiempo, sino de manera más inteligente, es decir, invertir tu tiempo en una actividad económica en donde puedas generar más ingresos en menos tiempo.

Egresos.- Aunque no existe una fórmula estándar para administrar los egresos, puedes tomar estos porcentajes para darte una idea: el gasto en hipoteca o renta de donde vives (y todos los gastos relacionados con su mantenimiento) no deberá ser mayor al 30% de tus ingresos; un máximo de 20% para transporte (crédito automotriz, combustibles, mantenimiento, etc.); un 15% para alimentos y bebidas (tanto preparados en casa como comprados fuera de ella) es suficiente; otro 10% para seguros y previsión (de la casa, del auto, de gastos médicos, etc.); 10% para ahorro (tanto de corto plazo como para el retiro); 9% para vestido y cuidado personal; y 6% para entretenimiento.

Activos.- Entendamos los activos como nuestros bienes. Es preferible gastar dinero en dichos activos que en determinado momento podemos vender (una computadora, un teléfono, una sala, un auto). Las experiencias, como un viaje o una tarde de cine en familia, son momentos muy divertidos y hasta necesarios, pero si los recursos son limitados, prefiere adquirir activos, siempre y cuando dicho activo no represente un gasto fijo adicional, por ejemplo, un auto más lujoso pero que gasta más gasolina. La adquisición de activos que generan altos costos fijos no es una decisión muy sana financieramente hablando.

Pasivos.- Si tienes muchas deudas, es momento de tomar acción para disminuirlas. Aquí te doy algunas recomendaciones para lograrlo: primero debes buscar refinanciar dichas deudas, por ejemplo, si debes 4 tarjetas de crédito, puedes solicitar un crédito de nómina para liquidarlas todas juntas (una vez liquidadas debes cancelarlas), y quedarte sólo con una deuda, con un periodo de pago más cómodo y una tasa de interés más baja. Después del refinanciamiento, debes eliminar algunos gastos que no sean necesarios para aminorar tus egresos (por lo menos hasta que salgas de deudas). Por último, no estaría nada mal que comenzaras otra actividad económica que te genere más ingresos para poder acelerar el paso.


Si bien es cierto que la mayoría de nosotros no recibimos una adecuada educación financiera en nuestra formación básica, debemos estar conscientes que la salud financiera depende solamente de nosotros, de nuestras decisiones, nuestras acciones y nuestros hábitos.


LAF y MF Luis Gómez, Analista Financiero.


Maestro en Finanzas. Director general del Colegio de Negocios