/ viernes 5 de febrero de 2021

Los amigos

“La confianza se encuentra más que en la realidad, en nuestra mente, en nuestros pensamientos. Cada cosa que pensamos va a tener un efecto en nuestras emociones y en nuestro nivel de confianza en los demás. Quien espera algo negativo, obtendrá algo negativo, más si esperamos lo bueno y positivo, eso será precisamente lo que obtengamos”.

Hacer amigos y cultivarlos es quizá una de las cosas más importantes de nuestra vida y se dice que amigo es aquel que a pesar de conocernos nos sigue queriendo o estimando, que tiene fe y confianza en nosotros, que acepta nuestros defectos. A veces olvidamos que la principal amistad que debemos desarrollar es con el novio, con la novia, con el esposo, con la esposa, con los hijos, con los padres. Si somos amigos de nuestras familias, no habrá influencia o tendencia que afecte el núcleo de la sociedad. Es la garantía de que al final de todo, la sociedad que todos deseamos y merecemos no será un sueño. La amistad hay que sembrarla, regarla y cultivarla.

Lo que nos hace felices es la calidad de la amistad, pero sólo existe una posibilidad de lograrla, esto es, despojándonos de nuestro egoísmo. Si somos egoístas y vanidosos, la confianza, pilar de la amistad sobre todo familiar, no podrá rendir el fruto deseado.

Todo se dice fácil, pero el carácter humano no siempre está dispuesto a aceptar ni la bondad ni la generosidad. La confianza abre las puertas de la amistad, pero ésta no siempre se encuentra disponible, pues la confianza se encuentra más que en la realidad, en nuestra mente, en nuestros pensamientos. Cada cosa que pensamos va a tener un efecto en nuestras emociones y en nuestro nivel de confianza en los demás. Quien espera algo negativo, obtendrá algo negativo, más si esperamos lo bueno y positivo, eso será precisamente lo que obtengamos. Cuando alguien confía en nosotros, nos motiva a la acción. No se motiva ningún progreso donde todos somos enemigos, donde no tenemos tiempo de nada por estarnos cuidando de los demás.

Si edificamos nuestra vida, nuestro porvenir sobre la fe, la amistad y la confianza de nuestros amigos, todo nos saldrá mejor. Un pobre con amigos es más rico que el rico sin ellos.

Existe una relación directa entre el éxito en base a la honradez y la envidia de los que no gustan del trabajo. Un amigo que no lo es, es el que provoca ataques a la reputación, quien cuenta mentiras a medias para lograr la ruina de la persona de bien.

Cuando hablamos de nuestros amigos más importantes, los miembros de nuestra familia, es prudente no descubrir y no enfatizar sus fallas. No nos necesitan para eso. Si tenemos que vivir en familia debemos tener fe en ellos.

En la sociedad así como en la familia, no es lo mismo tener conocidos que tener amigos. Un conocido se pierde por causas triviales, un amigo jamás se llega a perder. A veces las relaciones en la familia no pasan de ser de “conocidos”.

Los verdaderos amigos son los que nos enseñan lo que existe dentro de nosotros y nos ayudan a aumentar la confianza en nosotros mismos.

“La confianza se encuentra más que en la realidad, en nuestra mente, en nuestros pensamientos. Cada cosa que pensamos va a tener un efecto en nuestras emociones y en nuestro nivel de confianza en los demás. Quien espera algo negativo, obtendrá algo negativo, más si esperamos lo bueno y positivo, eso será precisamente lo que obtengamos”.

Hacer amigos y cultivarlos es quizá una de las cosas más importantes de nuestra vida y se dice que amigo es aquel que a pesar de conocernos nos sigue queriendo o estimando, que tiene fe y confianza en nosotros, que acepta nuestros defectos. A veces olvidamos que la principal amistad que debemos desarrollar es con el novio, con la novia, con el esposo, con la esposa, con los hijos, con los padres. Si somos amigos de nuestras familias, no habrá influencia o tendencia que afecte el núcleo de la sociedad. Es la garantía de que al final de todo, la sociedad que todos deseamos y merecemos no será un sueño. La amistad hay que sembrarla, regarla y cultivarla.

Lo que nos hace felices es la calidad de la amistad, pero sólo existe una posibilidad de lograrla, esto es, despojándonos de nuestro egoísmo. Si somos egoístas y vanidosos, la confianza, pilar de la amistad sobre todo familiar, no podrá rendir el fruto deseado.

Todo se dice fácil, pero el carácter humano no siempre está dispuesto a aceptar ni la bondad ni la generosidad. La confianza abre las puertas de la amistad, pero ésta no siempre se encuentra disponible, pues la confianza se encuentra más que en la realidad, en nuestra mente, en nuestros pensamientos. Cada cosa que pensamos va a tener un efecto en nuestras emociones y en nuestro nivel de confianza en los demás. Quien espera algo negativo, obtendrá algo negativo, más si esperamos lo bueno y positivo, eso será precisamente lo que obtengamos. Cuando alguien confía en nosotros, nos motiva a la acción. No se motiva ningún progreso donde todos somos enemigos, donde no tenemos tiempo de nada por estarnos cuidando de los demás.

Si edificamos nuestra vida, nuestro porvenir sobre la fe, la amistad y la confianza de nuestros amigos, todo nos saldrá mejor. Un pobre con amigos es más rico que el rico sin ellos.

Existe una relación directa entre el éxito en base a la honradez y la envidia de los que no gustan del trabajo. Un amigo que no lo es, es el que provoca ataques a la reputación, quien cuenta mentiras a medias para lograr la ruina de la persona de bien.

Cuando hablamos de nuestros amigos más importantes, los miembros de nuestra familia, es prudente no descubrir y no enfatizar sus fallas. No nos necesitan para eso. Si tenemos que vivir en familia debemos tener fe en ellos.

En la sociedad así como en la familia, no es lo mismo tener conocidos que tener amigos. Un conocido se pierde por causas triviales, un amigo jamás se llega a perder. A veces las relaciones en la familia no pasan de ser de “conocidos”.

Los verdaderos amigos son los que nos enseñan lo que existe dentro de nosotros y nos ayudan a aumentar la confianza en nosotros mismos.