/ viernes 8 de enero de 2021

Los aprovechados de Morena

El bienestar y la paz social se logran primeramente atendiendo el interés propio por medio de la consideración del interés ajeno. El progreso de cada uno de nosotros depende del progreso del resto de los ciudadanos

En estos tiempos, en lo único que piensa alguna gente es en el dinero y en cómo quitárselo a los demás, siendo esto, en gran parte el principal problema que nos aqueja, sobre todo viniendo de López Obrador.

Entre más urgidos estamos de las cosas que en realidad no necesitamos, más nos gusta escuchar a los demagogos que en estos tiempos de candidatos y elecciones que se aproximan, nos prometen, con el dinero de los demás todas las cosas que sabemos imposibles.

Todos los que tuvieron o tienen un carro “chueco” se justifican con eso de que en verdad no tuvieron opción porque son pobres, y que no les gustan los camiones ni las bicicletas ni mucho menos andar a pie. Inclusive el partido demagogo, nacido del odio, la envidia y la codicia, insiste en luchar por proteger su mismo origen.

Ciertos grupos anarquistas y otros políticos están como los muchachos que juegan (¿jugaban?) a las canicas. Cuando uno solo las gana todas, se echa a perder el juego y la diversión. Es cierto que algunos grupos no solamente han alcanzado la extrema riqueza en nombre de los pobres, sino que se han sobrepasado. Han adquirido privilegios que perjudican y dañan no sólo a sus víctimas que los apoyan, sino a la sociedad entera. Podríamos decir que son enemigos de la igualdad humana, siendo la igualdad el argumento que han utilizado para engañar a sus seguidores.

Y así, el tiempo de las disputas ya se inició. Y siempre que existe una disputa significa que hay dos partes queriendo cada una todo para sí. Y la disputa debería terminar cuando cada parte acepta recibir lo que anticipadamente sabía que le correspondía. Pero en nuestra realidad, los que quieren todo para sí (Morena) se están saliendo con la suya para apoderarse de todo lo que no les corresponde o peor aún, que no merecen.

Para salir todos ganando, lo que necesitamos son la lealtad a lo correcto, a la constancia; el sentido común y trabajar más. El bienestar, la paz social, se logran primeramente atendiendo el interés propio por medio de la consideración del interés ajeno. El progreso de cada uno de nosotros depende del progreso del resto de los ciudadanos.

Nuestra sociedad se mueve no por el impulso que le puedan dar los que presumen que ellos sí serán los mejores políticos o presidentes, sino por los pequeños impulsos combinados de los ciudadanos de buena voluntad de todas las esferas sociales.

Toda concesión hecha al demagogo, al populista, al agitador, al monopolizador, al arrogante, al aprovechado, al dictador, no sólo nos esclaviza en el presente, sino también a las generaciones que están por venir.

Todos los seres vivos tenemos nuestros parásitos, la mayoría destructivos. El parásito que aniquila la verdad se llama conveniencia y va por el nombre de Morena.

El bienestar y la paz social se logran primeramente atendiendo el interés propio por medio de la consideración del interés ajeno. El progreso de cada uno de nosotros depende del progreso del resto de los ciudadanos

En estos tiempos, en lo único que piensa alguna gente es en el dinero y en cómo quitárselo a los demás, siendo esto, en gran parte el principal problema que nos aqueja, sobre todo viniendo de López Obrador.

Entre más urgidos estamos de las cosas que en realidad no necesitamos, más nos gusta escuchar a los demagogos que en estos tiempos de candidatos y elecciones que se aproximan, nos prometen, con el dinero de los demás todas las cosas que sabemos imposibles.

Todos los que tuvieron o tienen un carro “chueco” se justifican con eso de que en verdad no tuvieron opción porque son pobres, y que no les gustan los camiones ni las bicicletas ni mucho menos andar a pie. Inclusive el partido demagogo, nacido del odio, la envidia y la codicia, insiste en luchar por proteger su mismo origen.

Ciertos grupos anarquistas y otros políticos están como los muchachos que juegan (¿jugaban?) a las canicas. Cuando uno solo las gana todas, se echa a perder el juego y la diversión. Es cierto que algunos grupos no solamente han alcanzado la extrema riqueza en nombre de los pobres, sino que se han sobrepasado. Han adquirido privilegios que perjudican y dañan no sólo a sus víctimas que los apoyan, sino a la sociedad entera. Podríamos decir que son enemigos de la igualdad humana, siendo la igualdad el argumento que han utilizado para engañar a sus seguidores.

Y así, el tiempo de las disputas ya se inició. Y siempre que existe una disputa significa que hay dos partes queriendo cada una todo para sí. Y la disputa debería terminar cuando cada parte acepta recibir lo que anticipadamente sabía que le correspondía. Pero en nuestra realidad, los que quieren todo para sí (Morena) se están saliendo con la suya para apoderarse de todo lo que no les corresponde o peor aún, que no merecen.

Para salir todos ganando, lo que necesitamos son la lealtad a lo correcto, a la constancia; el sentido común y trabajar más. El bienestar, la paz social, se logran primeramente atendiendo el interés propio por medio de la consideración del interés ajeno. El progreso de cada uno de nosotros depende del progreso del resto de los ciudadanos.

Nuestra sociedad se mueve no por el impulso que le puedan dar los que presumen que ellos sí serán los mejores políticos o presidentes, sino por los pequeños impulsos combinados de los ciudadanos de buena voluntad de todas las esferas sociales.

Toda concesión hecha al demagogo, al populista, al agitador, al monopolizador, al arrogante, al aprovechado, al dictador, no sólo nos esclaviza en el presente, sino también a las generaciones que están por venir.

Todos los seres vivos tenemos nuestros parásitos, la mayoría destructivos. El parásito que aniquila la verdad se llama conveniencia y va por el nombre de Morena.