/ martes 7 de septiembre de 2021

Los chips y su impacto 

Por: Antonio Ríos Ramírez

En los últimos meses hemos estado escuchando sobre la escasez de chips en el mundo y todo indica que seguiremos con esta demanda hasta el próximo año. La demanda repentina de aparatos para realizar el llamado “home office” acabó con las existencias de chips en el mundo. Este auge de la digitalización, la falta de previsión, los cambios repentinos en la demanda en una industria muy concentrada, son algunos de los factores que han provocado la escasez actual de chips semiconductores (circuitos integrados). Lo que empezó siendo como un desajuste momentáneo entre la oferta y la demanda a finales del año pasado está generando interrupciones en las cadenas de suministro, paralizando fábricas, presionando al alza los precios y deteniendo el crecimiento al igual que la recuperación de la economía global. En cuestión de meses, los chips se han vuelto tan escasos como el oro. Así, el mundo voltea a ver a Taiwán y Corea del Sur, los grandes productores de chips semiconductores que no dan abasto para seguir el ritmo de la demanda. Otras de las víctimas de esta escasez son las armadoras de automóviles.

Empresas y gobiernos empiezan a buscar soluciones, como intentar producir sus propios chips (semiconductores), algo que puede llevar años, si es que finalmente se ponen en marcha estos planes. Los semiconductores parecen estar destinados a convertirse en el oro o el petróleo de esta nueva era, revolución digital o como se quiera llamar.

Actualmente, la producción está muy concentrada en el este de Asia. Donde Taiwán y Corea representa el 83% de la producción mundial de chips para procesadores y el 70% de la producción de chips de memoria. La escasez actual tiene difícil solución a corto plazo, puesto que la inversión en la industria de los chips no da sus frutos de un día para otro, porque es una industria muy intensiva en capital (maquinaria), que necesita de una inversión importante para crecer y que requiere de personal calificado. Por otro lado, la demanda se ha incrementado por factores cíclicos (recuperación económica y una mayor demanda de productos electrónicos durante la pandemia), pero también por factores estructurales, puesto que cada vez un mayor número de productos llevan un microchip.

Por otro lado, los automóviles y los camiones también requieren un número cada vez mayor de semiconductores a medida que se expanden los sistemas avanzados de transporte, el aumento en la producción de vehículos eléctricos y los pasos futuros hacia vehículos autónomos impulsarán aún más la demanda.

Ampliamente estamos viendo cómo la escasez de chips está afectando a los indicadores de producción industrial, sobre todo en las economías que son más intensivas en industrias que necesitan de chip que escasean más. Aunque parece ser que son los semiconductores más baratos los que escasean más en los últimos meses.

Sin chips para todos, la producción de vehículos, electrodomésticos o teléfonos móviles será inferior. Esto tendrá un impacto en los consumidores, porque durante esta escasez no será fácil conseguir algunos de los productos de “primera” necesidad, como autos, electrodomésticos, celulares, etc. Además, los precios de los productos que usan microchips podrían subir si la escasez se prolonga.

Este esquema es un primer aviso de lo que puede suceder en estas cadenas de proveeduría global y cómo un componente puede detener industrias y afectar economías. Seguramente estos impactos seguiremos viéndolos con otros componentes en otras industrias.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua

Por: Antonio Ríos Ramírez

En los últimos meses hemos estado escuchando sobre la escasez de chips en el mundo y todo indica que seguiremos con esta demanda hasta el próximo año. La demanda repentina de aparatos para realizar el llamado “home office” acabó con las existencias de chips en el mundo. Este auge de la digitalización, la falta de previsión, los cambios repentinos en la demanda en una industria muy concentrada, son algunos de los factores que han provocado la escasez actual de chips semiconductores (circuitos integrados). Lo que empezó siendo como un desajuste momentáneo entre la oferta y la demanda a finales del año pasado está generando interrupciones en las cadenas de suministro, paralizando fábricas, presionando al alza los precios y deteniendo el crecimiento al igual que la recuperación de la economía global. En cuestión de meses, los chips se han vuelto tan escasos como el oro. Así, el mundo voltea a ver a Taiwán y Corea del Sur, los grandes productores de chips semiconductores que no dan abasto para seguir el ritmo de la demanda. Otras de las víctimas de esta escasez son las armadoras de automóviles.

Empresas y gobiernos empiezan a buscar soluciones, como intentar producir sus propios chips (semiconductores), algo que puede llevar años, si es que finalmente se ponen en marcha estos planes. Los semiconductores parecen estar destinados a convertirse en el oro o el petróleo de esta nueva era, revolución digital o como se quiera llamar.

Actualmente, la producción está muy concentrada en el este de Asia. Donde Taiwán y Corea representa el 83% de la producción mundial de chips para procesadores y el 70% de la producción de chips de memoria. La escasez actual tiene difícil solución a corto plazo, puesto que la inversión en la industria de los chips no da sus frutos de un día para otro, porque es una industria muy intensiva en capital (maquinaria), que necesita de una inversión importante para crecer y que requiere de personal calificado. Por otro lado, la demanda se ha incrementado por factores cíclicos (recuperación económica y una mayor demanda de productos electrónicos durante la pandemia), pero también por factores estructurales, puesto que cada vez un mayor número de productos llevan un microchip.

Por otro lado, los automóviles y los camiones también requieren un número cada vez mayor de semiconductores a medida que se expanden los sistemas avanzados de transporte, el aumento en la producción de vehículos eléctricos y los pasos futuros hacia vehículos autónomos impulsarán aún más la demanda.

Ampliamente estamos viendo cómo la escasez de chips está afectando a los indicadores de producción industrial, sobre todo en las economías que son más intensivas en industrias que necesitan de chip que escasean más. Aunque parece ser que son los semiconductores más baratos los que escasean más en los últimos meses.

Sin chips para todos, la producción de vehículos, electrodomésticos o teléfonos móviles será inferior. Esto tendrá un impacto en los consumidores, porque durante esta escasez no será fácil conseguir algunos de los productos de “primera” necesidad, como autos, electrodomésticos, celulares, etc. Además, los precios de los productos que usan microchips podrían subir si la escasez se prolonga.

Este esquema es un primer aviso de lo que puede suceder en estas cadenas de proveeduría global y cómo un componente puede detener industrias y afectar economías. Seguramente estos impactos seguiremos viéndolos con otros componentes en otras industrias.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua