“Aunque la justicia no volverá a ser igual, porque la vida no va a ser igual, sí podemos llegar a condiciones de normalidad en cuanto a los niveles y oportunidad de atención que los justiciables esperan”: Pablo Héctor González, presidente del Tribunal
Superior de Justicia del Estado de Chihuahua
El Covid-19 ha traído crisis a los sistemas de impartición de justicia en todo el mundo, la tarea difícil es la de preservar el Estado de Derecho ante las decisiones administrativas tomadas para salvar la salud, la seguridad de las personas, todos los derechos constitucionales y la dignidad humana.
Esta pandemia nos ha enseñado que el ejercicio de la abogacía tiene que cambiar, que tenemos que reinventar la profesión, ya que la justicia se ha venido postergando por semanas poniendo en riesgo los derechos humanos y procesales de los justiciables.
Momentos difíciles enfrentan los despachos de abogados no sólo por la suspensión de actividades de los órganos jurisdiccionales, sino también sus clientes se encuentran en quiebra; a la fecha existen despachos cerrados, ya que la situación económica es crítica para el gremio que labora por honorarios.
El ejercicio de la abogacía ahora ha cambiado la relación con su cliente, ahora es mediante el uso de los medios electrónicos que permiten la entrevista mediante la comunicación virtual.
Para no privar a los ciudadanos de su derecho al acceso a la justicia, el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chihuahua ha estado atendiendo audiencias penales a través de videollamadas, acumulando un total de 2,000 audiencias. El retorno de la actividad jurisdiccional será gradual a partir del 11 de mayo de este año atendiendo los casos urgentes en materia civil y la justicia alternativa, y desde el 18 de mayo se emitirán sentencias y acuerdos de trámite a juicios penales a distancia. Así lo informó el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chihuahua.
Realmente no estábamos preparados para impartir justicia en una situación de contingencia sanitaria como la que estamos viviendo, debemos trabajar para que se preserve el debido proceso legal en todo momento, por ello tenemos que adecuar el ejercicio de la abogacía al impacto tecnológico.
En definitiva la abogacía va a cambiar, los abogados tendremos que acostumbrarnos al uso de la tecnología, a la comunicación virtual, a los tribunales en línea, lo que hará que la impartición de justicia represente una carga económica menor para el Estado.
La tecnología ya la tenemos, sólo falta hacer ajustes normativos en su aplicación para la impartición de Justicia.
¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!
