/ martes 5 de julio de 2022

Los municipios de Chihuahua, ¿en el abandono? 

Por: Óscar Barraza

Chihuahua y sus municipios resistieron cinco años de un gobierno ausente; la infraestructura para el desarrollo se detuvo, el apoyo al campo se redujo dramáticamente, la inversión para la salud pisó niveles indignantes. Ante la inacción que prevaleció por cinco años, los chihuahuenses esperamos con mucha emoción una nueva era donde se recuperara el ritmo, donde las carreteras fueran reparadas, las clínicas surtidas y el campo atendido. Pero no, aún no llega esa etapa. Ante la inacción que se aferra a quedarse, los y las presidentas municipales tenemos que entrarle hasta a lo que no nos toca, hasta con dinero que no tenemos. Alguien tiene que hacerlo, la gente está cansada de pretextos.

En Namiquipa invertimos en importantes subsidios para el campo, rehabilitamos las carreteras que no nos tocan, suplimos las deficiencias de un sistema de salud paralizado, impulsamos la educación sin reservas. No nos detenemos, pero lamentablemente no podemos hacer todo lo que otros deberían estar haciendo. Así se lo he dicho a la gente, a la cara y mirándolos a los ojos, porque esa tendencia de los políticos de prometer hasta lo que no pueden le ha hecho mucho daño a los ciudadanos, a su confianza, a su esperanza y a su ánimo. Las falsas esperanzas han dañado el ánimo ciudadano tanto como las funciones equivocadas, porque hoy, mal entendiendo su trabajo, los políticos acuden a más graduaciones escolares que a inauguraciones de obras, publican más fotos de reuniones sin resultados que de obras o programas que cambien las vidas de las personas. Los diputados han perdido la capacidad de gestión que les caracterizó en algún momento, pero no han perdido la capacidad de cobrar y simular. También esos “representantes distritales” han dejado solos a los municipios. La pregunta es, ¿decidirán en algún momento los políticos hacer su trabajo?, ¿o estamos condenados vitaliciamente a la simulación?. ¿Hasta cuando resistiremos los ciudadanos?, ¿hasta cuándo Chihuahua estará en pausa y sus municipios en el abandono?

El desarrollo, la seguridad, la salud y el campo definitivamente no mejoran con discursos, pero tampoco con la apatía ciudadana. Es el momento ideal para levantar la voz y mostrar todo aquello que no está funcionando, sin miedos, sin reservas. En ocasiones ni los mismos alcaldes señalan lo que está mal, existe en el aire un olor a miedo a represalias, a que no se nos otorguen recursos, a que se nos “castigue”, pero qué cosa importante podemos perder cuando hasta la esperanza está en riesgo. Por el contrario, el silencio es complicidad y disminuye la dignidad. El silencio es la clara aceptación de la realidad tal como está. Ni somos cómplices de la inacción ni somos indignos ni aceptamos la realidad. Este es un llamado a la acción, porque Chihuahua no soporta más, los municipios no soportamos más inacción, no aceptamos más tiempo en el abandono.

Por: Óscar Barraza

Chihuahua y sus municipios resistieron cinco años de un gobierno ausente; la infraestructura para el desarrollo se detuvo, el apoyo al campo se redujo dramáticamente, la inversión para la salud pisó niveles indignantes. Ante la inacción que prevaleció por cinco años, los chihuahuenses esperamos con mucha emoción una nueva era donde se recuperara el ritmo, donde las carreteras fueran reparadas, las clínicas surtidas y el campo atendido. Pero no, aún no llega esa etapa. Ante la inacción que se aferra a quedarse, los y las presidentas municipales tenemos que entrarle hasta a lo que no nos toca, hasta con dinero que no tenemos. Alguien tiene que hacerlo, la gente está cansada de pretextos.

En Namiquipa invertimos en importantes subsidios para el campo, rehabilitamos las carreteras que no nos tocan, suplimos las deficiencias de un sistema de salud paralizado, impulsamos la educación sin reservas. No nos detenemos, pero lamentablemente no podemos hacer todo lo que otros deberían estar haciendo. Así se lo he dicho a la gente, a la cara y mirándolos a los ojos, porque esa tendencia de los políticos de prometer hasta lo que no pueden le ha hecho mucho daño a los ciudadanos, a su confianza, a su esperanza y a su ánimo. Las falsas esperanzas han dañado el ánimo ciudadano tanto como las funciones equivocadas, porque hoy, mal entendiendo su trabajo, los políticos acuden a más graduaciones escolares que a inauguraciones de obras, publican más fotos de reuniones sin resultados que de obras o programas que cambien las vidas de las personas. Los diputados han perdido la capacidad de gestión que les caracterizó en algún momento, pero no han perdido la capacidad de cobrar y simular. También esos “representantes distritales” han dejado solos a los municipios. La pregunta es, ¿decidirán en algún momento los políticos hacer su trabajo?, ¿o estamos condenados vitaliciamente a la simulación?. ¿Hasta cuando resistiremos los ciudadanos?, ¿hasta cuándo Chihuahua estará en pausa y sus municipios en el abandono?

El desarrollo, la seguridad, la salud y el campo definitivamente no mejoran con discursos, pero tampoco con la apatía ciudadana. Es el momento ideal para levantar la voz y mostrar todo aquello que no está funcionando, sin miedos, sin reservas. En ocasiones ni los mismos alcaldes señalan lo que está mal, existe en el aire un olor a miedo a represalias, a que no se nos otorguen recursos, a que se nos “castigue”, pero qué cosa importante podemos perder cuando hasta la esperanza está en riesgo. Por el contrario, el silencio es complicidad y disminuye la dignidad. El silencio es la clara aceptación de la realidad tal como está. Ni somos cómplices de la inacción ni somos indignos ni aceptamos la realidad. Este es un llamado a la acción, porque Chihuahua no soporta más, los municipios no soportamos más inacción, no aceptamos más tiempo en el abandono.