/ viernes 22 de junio de 2018

Los niños secuestrados

Más de 2,300 niños han sido secuestrados y arrebatados de sus padres en un mes y medio desde que la administración Trump implantara la política de “tolerancia cero” contra la inmigración en EU. Si bien, gracias a la presión mundial, Trump dio “marcha atrás”, ya no se separarán las familias, todos irán presos juntos, pero no se firmó nada para reintegrar a los niños ya secuestrados, con sus padres. Perdieron la cuenta. Pero para recuperarlos, Trump solicita una cuota de rescate: o varios miles de millones de dólares por parte de México, o que los miembros demócratas de su congreso le aprueben el dinero para levantar el muro.

El gobierno estadounidense perdió contacto con miles de pequeños que llegaron al país de manera ilegal pero principalmente los que llegaron, se presentaron y solicitaron asilo político por la violencia en sus países de origen. Los niños fueron reubicados en hogares temporales. Esto evidencia los errores en la política migratoria de separación de familias que promueve Donald Trump. Una medida nazi sin lugar a dudas, si bien funcionarios americanos también dicen que esta medida es para disuadir la migración, ya ha traumatizado a todos los niños… y a sus padres.

Stephen Miller, el consejero principal de Trump, de sólo 33 años, nazi reconocido desde que estaba en la secundaria, es el artífice de esta barbaridad. También fue el que diseñó la política para frenar la entrada de musulmanes.

“Lo que estamos haciendo como país está causando un daño enorme a estos niños y sus padres, cuando es totalmente innecesario mientras están esperando por su audiencia para obtener asilo”, aseveró el funcionario Merkley ante la prensa.

La administración Trump permitió la semana antepasada que un grupo de periodistas accediera al interior de un centro de detención en Texas, donde se encuentran 1,469 niños, de edades comprendidas entre 10 y 17 años, repartidos en 313 habitaciones sin techos, puesto que se trata de un antiguo almacén de la cadena de supermercados Walmart.

Las instalaciones están decoradas con murales que incluyen uno en el que aparece Donald Trump con una cita escrita tanto en inglés como en español, en la que se puede leer: “A veces, al perder una batalla, encuentras una nueva forma de ganar la guerra”. Paradójico, pues pagó para no tener que ir a Vietnam.

La Patrulla Fronteriza y autoridades similares como el FBI han abusado de menores migrantes tanto física como verbalmente, pues han golpeado a los menores y los han tildado de “perros”, “prostitutas”, “pedazos de basura”, y los han enjaulado en celdas de congelación o con un calor insoportable, antihigiénicas con comida y agua inadecuadas.

El procurador de Justicia norteamericano Jeff Sessions se escuda en Romanos 13 sobre el respeto a las autoridades: “Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él, por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido”.

Otro loco iluminado.


Más de 2,300 niños han sido secuestrados y arrebatados de sus padres en un mes y medio desde que la administración Trump implantara la política de “tolerancia cero” contra la inmigración en EU. Si bien, gracias a la presión mundial, Trump dio “marcha atrás”, ya no se separarán las familias, todos irán presos juntos, pero no se firmó nada para reintegrar a los niños ya secuestrados, con sus padres. Perdieron la cuenta. Pero para recuperarlos, Trump solicita una cuota de rescate: o varios miles de millones de dólares por parte de México, o que los miembros demócratas de su congreso le aprueben el dinero para levantar el muro.

El gobierno estadounidense perdió contacto con miles de pequeños que llegaron al país de manera ilegal pero principalmente los que llegaron, se presentaron y solicitaron asilo político por la violencia en sus países de origen. Los niños fueron reubicados en hogares temporales. Esto evidencia los errores en la política migratoria de separación de familias que promueve Donald Trump. Una medida nazi sin lugar a dudas, si bien funcionarios americanos también dicen que esta medida es para disuadir la migración, ya ha traumatizado a todos los niños… y a sus padres.

Stephen Miller, el consejero principal de Trump, de sólo 33 años, nazi reconocido desde que estaba en la secundaria, es el artífice de esta barbaridad. También fue el que diseñó la política para frenar la entrada de musulmanes.

“Lo que estamos haciendo como país está causando un daño enorme a estos niños y sus padres, cuando es totalmente innecesario mientras están esperando por su audiencia para obtener asilo”, aseveró el funcionario Merkley ante la prensa.

La administración Trump permitió la semana antepasada que un grupo de periodistas accediera al interior de un centro de detención en Texas, donde se encuentran 1,469 niños, de edades comprendidas entre 10 y 17 años, repartidos en 313 habitaciones sin techos, puesto que se trata de un antiguo almacén de la cadena de supermercados Walmart.

Las instalaciones están decoradas con murales que incluyen uno en el que aparece Donald Trump con una cita escrita tanto en inglés como en español, en la que se puede leer: “A veces, al perder una batalla, encuentras una nueva forma de ganar la guerra”. Paradójico, pues pagó para no tener que ir a Vietnam.

La Patrulla Fronteriza y autoridades similares como el FBI han abusado de menores migrantes tanto física como verbalmente, pues han golpeado a los menores y los han tildado de “perros”, “prostitutas”, “pedazos de basura”, y los han enjaulado en celdas de congelación o con un calor insoportable, antihigiénicas con comida y agua inadecuadas.

El procurador de Justicia norteamericano Jeff Sessions se escuda en Romanos 13 sobre el respeto a las autoridades: “Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él, por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido”.

Otro loco iluminado.