/ viernes 23 de febrero de 2018

Los obispos han de renunciar a los 75 años

Me parece que es bueno conocer que ya no es opcional retirarse de su cargo los obispos y los cardenales. Fue un deseo de que por propia libertad los obispos quisieran dejar su cargo. Fue un deseo del ambiente de Concilio que había en el Vaticano II. El papa Pablo VI lo sugirió a los obispos. Y entonces surgió la pregunta: ¿Y un papa cuando renunciará?

   No cabía en las consecuencias del Concilio Vaticano II, que un papa pudiera renunciar. Ser papa era cosa de toda la vida. Pero la renuncia de Benedicto XVI vino a decirnos lo contrario. Benedicto XVI deja dicho que puede haber razones válidas para que un papa tenga que renunciar. La renuncia de un papa no es cosa obligatoria. Sí es obligación el retiro para los obispos, cardenales y eclesiásticos.

   Esto lo vino a decidir el papa Francisco con toda claridad en su motu proprio de fecha del 15 de febrero de 2018.

   Dice el motu proprio del papa Francisco, que la renuncia de los 75 años “debe ser considerada parte integrante del mismo servicio”. Por eso el Papa dicta nuevas normas.

   El papa Francisco establece que el cumplimiento de los 75 años sea para los obispos diocesanos y eparcas, para los obispos coadjutores y auxiliares, para los titulares con especiales cargos pastorales. Todos ellos están invitados a presentar al Sumo Pontífice la renuncia de su oficio pastoral. Lo mismo vale para los dicasterios de la Curia Romana no cardenales, para los superiores de la Curia y los obispos que desempeñan otros oficios en las dependencias de la Santa Sede, y los representantes pontificios.

   Subraya el Papa: “La importancia de prepararse adecuadamente para dejar el propio cargo dejándose de los deseos de poder y de pretensiones de ser indispensable. Lo que permitirá afrontar este momento con paz y confianza. Debe  discernir en la oración cómo vivir la etapa que está por iniciar. Continuar en el cargo no es un triunfo personal. Seguir en el cargo no debe ser considerado un privilegio o un triunfo personal, o un favor debido a presuntas obligaciones derivadas de la amistad o de la cercanía; ni siquiera como gratitud por la eficacia   de los servicios prestados”.

   El motu proprio no dice nada de la renuncia de un papa.

 

Me parece que es bueno conocer que ya no es opcional retirarse de su cargo los obispos y los cardenales. Fue un deseo de que por propia libertad los obispos quisieran dejar su cargo. Fue un deseo del ambiente de Concilio que había en el Vaticano II. El papa Pablo VI lo sugirió a los obispos. Y entonces surgió la pregunta: ¿Y un papa cuando renunciará?

   No cabía en las consecuencias del Concilio Vaticano II, que un papa pudiera renunciar. Ser papa era cosa de toda la vida. Pero la renuncia de Benedicto XVI vino a decirnos lo contrario. Benedicto XVI deja dicho que puede haber razones válidas para que un papa tenga que renunciar. La renuncia de un papa no es cosa obligatoria. Sí es obligación el retiro para los obispos, cardenales y eclesiásticos.

   Esto lo vino a decidir el papa Francisco con toda claridad en su motu proprio de fecha del 15 de febrero de 2018.

   Dice el motu proprio del papa Francisco, que la renuncia de los 75 años “debe ser considerada parte integrante del mismo servicio”. Por eso el Papa dicta nuevas normas.

   El papa Francisco establece que el cumplimiento de los 75 años sea para los obispos diocesanos y eparcas, para los obispos coadjutores y auxiliares, para los titulares con especiales cargos pastorales. Todos ellos están invitados a presentar al Sumo Pontífice la renuncia de su oficio pastoral. Lo mismo vale para los dicasterios de la Curia Romana no cardenales, para los superiores de la Curia y los obispos que desempeñan otros oficios en las dependencias de la Santa Sede, y los representantes pontificios.

   Subraya el Papa: “La importancia de prepararse adecuadamente para dejar el propio cargo dejándose de los deseos de poder y de pretensiones de ser indispensable. Lo que permitirá afrontar este momento con paz y confianza. Debe  discernir en la oración cómo vivir la etapa que está por iniciar. Continuar en el cargo no es un triunfo personal. Seguir en el cargo no debe ser considerado un privilegio o un triunfo personal, o un favor debido a presuntas obligaciones derivadas de la amistad o de la cercanía; ni siquiera como gratitud por la eficacia   de los servicios prestados”.

   El motu proprio no dice nada de la renuncia de un papa.