/ viernes 24 de julio de 2020

Los productores chihuahuenses defienden su gorda con el alma

El martes por fin se consolidó un acuerdo entre los productores del estado y el gobernador Javier Corral respecto a la obstinación de las instancias federales, encabezadas por el propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para despojar del vital líquido a los hombres del campo de Chihuahua, en aras quizá de una presunta luna de miel entre los presidentes Trump y López Obrador o también de auxiliar a unos hipotéticos morenistas de Tamaulipas con el agua que demandan sus cultivos.

Se ha estado manejando falsamente que el despojo que se está haciendo del agua de la presa El Granero y que se pretende hacer de Las Vírgenes, como se pretendió hacerlo de La Boquilla, es para el presunto pago de lo pactado en el Tratado Internacional de Límites y Aguas de 1944, y que la propia CILA norteamericana lo ha negado rotunda y reiteradamente.

A pesar de que el martes por la mañana la postura del gobernador Javier Corral al respecto era de conciliar con los productores la repartición del agua, los líderes agrícolas, encabezados por Salvador Alcántar y con el apoyo del diputado Jesús Alberto Valenciano, hicieron ver al mandatario estatal de que el supuesto pago al Tratado Internacional de Aguas era una simulación para favorecer a productores tamaulipecos.

Mientras todo esto se desarrollaba con una creciente preocupación y agitación de los productores que eventualmente cerraron la carretera 45, a la altura de colonia Lázaro Cárdenas, desde el lunes arribó a la presa Las Vírgenes un convoy con 300 militares más para aplicar la decisión ya tomada por la directora nacional de la Conagua, Blanca Cisneros, y bendecida por el mismo presidente para sacar y llevarse el agua de las presas chihuahuenses.

El gobernador Corral, dentro de un mar de confusiones, que se sentían sin verse, finalmente fijó su postura: se solidarizó con el movimiento de los productores e hizo su compromiso de que no se sacaría ya una gota de las presas de Chihuahua, hasta en tanto no se cumpliera la fecha del 24 de octubre del presente año, en que se vence el quinquenio estipulado en el Tratado Internacional de Límites y Agua, para empezar a pagar la presunta deuda, así acordada con Estados Unidos y establecido en la misma operatividad del tratado, para entregarles el líquido que justamente y por ley les corresponde.

Pero lo más importante y trascendental de esta decisión del gobernador Corral, de apoyar totalmente a su gente, podrá abrir el camino para que al presidente le pueda entrar un hilo de entendimiento respecto al grave problema de los productores de Chihuahua, ya que su cerrazón es impenetrable y sus decisiones herméticas aunque éstas sean injustas, como el hecho de creer que sólo queremos nieve, como lo dijo en uno de sus mañaneras.

Ahora es bien cierto que la decisión del gobernador no fue fácil, los productores, aunque su trabajo sea de los más importantes para toda la población, tiene también muchos otros sectores que requieren los apoyos federales y como Javier Corral, no es una perita en dulce, ya lo ha demostrado, no va a querer hacer entender al presidente con sonrisas o con regalos, le va a pedir la justicia con la ley en la mano, pero como que el señor no es muy comprensible y dulce, su molestia podría durarle varios meses, si no es que años.

El mismo lunes después de la toma de la presa por el Ejército el día anterior, en su tradicional mañanera con los también presuntos medios de comunicación, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró a los productores de Chihuahua que no faltará el agua para el ciclo agrícola.

“Bajo palabra de decir verdad, no hay ningún riesgo de que se queden sin agua, podemos cumplir el compromiso de entregar los volúmenes de agua que nos exige este convenio internacional y al mismo tiempo tener el agua suficiente para el riego de Chihuahua”, señaló el mandatario federal con sus infaltables mentiras de siempre y siguiéndoles el juego a sus deficientes funcionarios, aún con sus ostentosos títulos de doctorados que lo traen loco con la cantaleta de que debemos agua a Estados Unidos.

Y volvió con su jiribilla al asegurar que por causa de las próximas elecciones existe un oportunismo político donde legisladores, un diputado federal de Acción Nacional, refiriéndose a Mario Mata, e incluso un presidente municipal del partido de Morena, desde luego señalaba a Pepe Ramírez, que fue golpeado y vejado por los militares, están queriendo sacar “raja política”

Reiteró que el convenio internacional se tiene que cumplir, ya que desde su punto de vista es equitativo, qué bárbaro, qué valioso punto de vista, donde resaltó que es mejor para México, por lo cual no quieren dar pauta al gobierno estadounidense a una revisión, menos cuando siempre, sin el menor rubor, se le ha arrodillado al presidente Trump.

Por cierto mientras el Ejército vejaba a los productores chihuahuenses en su propia casa, fuerzas inequívocas del crimen organizado se paseaban por extenso territorio del centro de la República festejando el cumpleaños de su jefe, en un alarde de impunidad y protección del mismo presidente de la República que se siente ofendido porque los productores de Chihuahua defienden su gorda con el alma.

De Pichuy de la Rosa ni hablamos, si tuviera la mínima vergüenza agarraba de la mano a su sobrino y se exiliaban cuando menos en Estados Unidos, aparte de que parece que ya viven allá, bueno, cuando menos Juan Carlos Loera de la Rosa.

El martes por fin se consolidó un acuerdo entre los productores del estado y el gobernador Javier Corral respecto a la obstinación de las instancias federales, encabezadas por el propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para despojar del vital líquido a los hombres del campo de Chihuahua, en aras quizá de una presunta luna de miel entre los presidentes Trump y López Obrador o también de auxiliar a unos hipotéticos morenistas de Tamaulipas con el agua que demandan sus cultivos.

Se ha estado manejando falsamente que el despojo que se está haciendo del agua de la presa El Granero y que se pretende hacer de Las Vírgenes, como se pretendió hacerlo de La Boquilla, es para el presunto pago de lo pactado en el Tratado Internacional de Límites y Aguas de 1944, y que la propia CILA norteamericana lo ha negado rotunda y reiteradamente.

A pesar de que el martes por la mañana la postura del gobernador Javier Corral al respecto era de conciliar con los productores la repartición del agua, los líderes agrícolas, encabezados por Salvador Alcántar y con el apoyo del diputado Jesús Alberto Valenciano, hicieron ver al mandatario estatal de que el supuesto pago al Tratado Internacional de Aguas era una simulación para favorecer a productores tamaulipecos.

Mientras todo esto se desarrollaba con una creciente preocupación y agitación de los productores que eventualmente cerraron la carretera 45, a la altura de colonia Lázaro Cárdenas, desde el lunes arribó a la presa Las Vírgenes un convoy con 300 militares más para aplicar la decisión ya tomada por la directora nacional de la Conagua, Blanca Cisneros, y bendecida por el mismo presidente para sacar y llevarse el agua de las presas chihuahuenses.

El gobernador Corral, dentro de un mar de confusiones, que se sentían sin verse, finalmente fijó su postura: se solidarizó con el movimiento de los productores e hizo su compromiso de que no se sacaría ya una gota de las presas de Chihuahua, hasta en tanto no se cumpliera la fecha del 24 de octubre del presente año, en que se vence el quinquenio estipulado en el Tratado Internacional de Límites y Agua, para empezar a pagar la presunta deuda, así acordada con Estados Unidos y establecido en la misma operatividad del tratado, para entregarles el líquido que justamente y por ley les corresponde.

Pero lo más importante y trascendental de esta decisión del gobernador Corral, de apoyar totalmente a su gente, podrá abrir el camino para que al presidente le pueda entrar un hilo de entendimiento respecto al grave problema de los productores de Chihuahua, ya que su cerrazón es impenetrable y sus decisiones herméticas aunque éstas sean injustas, como el hecho de creer que sólo queremos nieve, como lo dijo en uno de sus mañaneras.

Ahora es bien cierto que la decisión del gobernador no fue fácil, los productores, aunque su trabajo sea de los más importantes para toda la población, tiene también muchos otros sectores que requieren los apoyos federales y como Javier Corral, no es una perita en dulce, ya lo ha demostrado, no va a querer hacer entender al presidente con sonrisas o con regalos, le va a pedir la justicia con la ley en la mano, pero como que el señor no es muy comprensible y dulce, su molestia podría durarle varios meses, si no es que años.

El mismo lunes después de la toma de la presa por el Ejército el día anterior, en su tradicional mañanera con los también presuntos medios de comunicación, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró a los productores de Chihuahua que no faltará el agua para el ciclo agrícola.

“Bajo palabra de decir verdad, no hay ningún riesgo de que se queden sin agua, podemos cumplir el compromiso de entregar los volúmenes de agua que nos exige este convenio internacional y al mismo tiempo tener el agua suficiente para el riego de Chihuahua”, señaló el mandatario federal con sus infaltables mentiras de siempre y siguiéndoles el juego a sus deficientes funcionarios, aún con sus ostentosos títulos de doctorados que lo traen loco con la cantaleta de que debemos agua a Estados Unidos.

Y volvió con su jiribilla al asegurar que por causa de las próximas elecciones existe un oportunismo político donde legisladores, un diputado federal de Acción Nacional, refiriéndose a Mario Mata, e incluso un presidente municipal del partido de Morena, desde luego señalaba a Pepe Ramírez, que fue golpeado y vejado por los militares, están queriendo sacar “raja política”

Reiteró que el convenio internacional se tiene que cumplir, ya que desde su punto de vista es equitativo, qué bárbaro, qué valioso punto de vista, donde resaltó que es mejor para México, por lo cual no quieren dar pauta al gobierno estadounidense a una revisión, menos cuando siempre, sin el menor rubor, se le ha arrodillado al presidente Trump.

Por cierto mientras el Ejército vejaba a los productores chihuahuenses en su propia casa, fuerzas inequívocas del crimen organizado se paseaban por extenso territorio del centro de la República festejando el cumpleaños de su jefe, en un alarde de impunidad y protección del mismo presidente de la República que se siente ofendido porque los productores de Chihuahua defienden su gorda con el alma.

De Pichuy de la Rosa ni hablamos, si tuviera la mínima vergüenza agarraba de la mano a su sobrino y se exiliaban cuando menos en Estados Unidos, aparte de que parece que ya viven allá, bueno, cuando menos Juan Carlos Loera de la Rosa.