/ jueves 22 de noviembre de 2018

Los retos del próximo gobierno


A partir de las elecciones del pasado mes de julio quedó establecida la ruta política que habría de seguir, de acuerdo con los resultados que dieron una victoria histórica, con más de 30 millones de votos, al Lic. Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de la República quien, siendo presidente electo, habrá de convertirse, el próximo 1 de diciembre, en presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

En este marco, la ruta, en el aspecto educativo a nivel nacional, se ha definido a partir de lo que fueron propuestas de campaña, las cuales siempre fueron muy claras, tomando distancia del resto de los candidatos a la presidencia, con lo que, lógicamente, las acciones en consecuencia, han estado a tono con dichos posicionamientos.

Dentro de su decálogo que dio a conocer en Oaxaca el pasado mes de mayo, se resumen los compromisos establecidos donde se encuentra el fortalecimiento de la educación pública, gratuita y de calidad de todos los niveles escolares; la alimentación en todas las escuelas de educación básica de las zonas pobres y marginadas del país; becas para evitar la deserción escolar a todos los estudiantes de nivel medio superior; becas para estudiantes de familias de escasos recursos económicos que estudien en escuelas de nivel superior, donde no habrá rechazados; la prioridad en el fortalecimiento de las escuelas normales y la Universidad Pedagógica Nacional; la cancelación de la mal llamada Reforma Educativa con todas sus implicaciones: la celebración, con base en los foros que ya se han realizado, de un plan educativo donde se consulte a toda la sociedad, remarcando que ¡Nunca más una reforma educativa sin el magisterio!; el respeto irrestricto a la independencia y la autonomía de los trabajadores de la educación; se retomarán las propuestas alternativas de educación que cada entidad federativa ha impulsado; y se suspenderán las cuotas que pagan los padres de familia para el mantenimiento de las escuelas.

Todo lo anterior representa un gran reto, que no resulta sencillo pero que, con el concurso del Congreso de la Unión, se están dando ya las muestras de cumplimiento y de que se habrá de trazar una ruta completamente diferente a la establecida por el gobierno federal que termina sus labores este 30 de noviembre, rescatando lo positivo, pero dejando muy en claro que los retos que vienen en educación habrán de mantenerse en la línea de los compromisos del presidente electo para que, una vez que sea presidente constitucional, se conviertan en una prioridad de política pública durante el ejercicio de su mandato.

https://manuelnavarrow.com



A partir de las elecciones del pasado mes de julio quedó establecida la ruta política que habría de seguir, de acuerdo con los resultados que dieron una victoria histórica, con más de 30 millones de votos, al Lic. Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de la República quien, siendo presidente electo, habrá de convertirse, el próximo 1 de diciembre, en presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

En este marco, la ruta, en el aspecto educativo a nivel nacional, se ha definido a partir de lo que fueron propuestas de campaña, las cuales siempre fueron muy claras, tomando distancia del resto de los candidatos a la presidencia, con lo que, lógicamente, las acciones en consecuencia, han estado a tono con dichos posicionamientos.

Dentro de su decálogo que dio a conocer en Oaxaca el pasado mes de mayo, se resumen los compromisos establecidos donde se encuentra el fortalecimiento de la educación pública, gratuita y de calidad de todos los niveles escolares; la alimentación en todas las escuelas de educación básica de las zonas pobres y marginadas del país; becas para evitar la deserción escolar a todos los estudiantes de nivel medio superior; becas para estudiantes de familias de escasos recursos económicos que estudien en escuelas de nivel superior, donde no habrá rechazados; la prioridad en el fortalecimiento de las escuelas normales y la Universidad Pedagógica Nacional; la cancelación de la mal llamada Reforma Educativa con todas sus implicaciones: la celebración, con base en los foros que ya se han realizado, de un plan educativo donde se consulte a toda la sociedad, remarcando que ¡Nunca más una reforma educativa sin el magisterio!; el respeto irrestricto a la independencia y la autonomía de los trabajadores de la educación; se retomarán las propuestas alternativas de educación que cada entidad federativa ha impulsado; y se suspenderán las cuotas que pagan los padres de familia para el mantenimiento de las escuelas.

Todo lo anterior representa un gran reto, que no resulta sencillo pero que, con el concurso del Congreso de la Unión, se están dando ya las muestras de cumplimiento y de que se habrá de trazar una ruta completamente diferente a la establecida por el gobierno federal que termina sus labores este 30 de noviembre, rescatando lo positivo, pero dejando muy en claro que los retos que vienen en educación habrán de mantenerse en la línea de los compromisos del presidente electo para que, una vez que sea presidente constitucional, se conviertan en una prioridad de política pública durante el ejercicio de su mandato.

https://manuelnavarrow.com