/ sábado 26 de enero de 2019

Los seguidores de Morena

AMLO, el presidente de la impunidad, alentó a que la gente robara; les dijo que si tenían necesidad de robar, que lo hicieran, que él estaba hablando con obispos y pastores para que robar no fuera pecado…

La mentira, podemos afirmar, es algo común para los políticos de todos los partidos, pero la cantidad de mentiras (falsas promesas) del actual presidente parecen haberlo fortalecido. Quizá más importante que explicar las razones de la invencibilidad política del actual mandatario López Obrador, y cómo el volumen de sus mentiras no ha destruido su carrera política, sea más importante entender la mentalidad de sus seguidores donde algunos inclusive, estarían dispuestos a morir por su “profético” mesías. Psicólogos como Sheldon Solomon, quien desarrollara la Teoría de la Administración del Miedo, nos da a entender cómo el comportamiento típico de Morena ha llegado a ser algo patológico. Los seguidores del presidendente estarían dispuestos a seguirlo aun si esto significara lanzarse por un precipicio. Y esto apunta a la existencia de factores psicológicos y neuronales que explican la creencia que dicho personaje es un mesías que ha llegado a salvarlos de la corrupción, de la mafia, de los malos gobiernos y hasta del neoliberalismo, simultláneamente aprobando la impunidad: “agarren”, ofrece el presidente.

Pero ¿qué está atrás del peculiar comportamiento humano de los discípulos de la secta de AMLO? Hay quienes lo clasifican como un virus. Este proceso “viral” puede perjudicar a la célula hasta destruirla, y a nivel político, hasta destruir un país, como de hecho está sucediendo en Venezuela.

El sistema de atención del cerebro de un buen número de personas ha sido comprometido por AMLO, todo en base a falsas promesas y expectativas que van más allá de lo posible, y sobre todo la habilidad de seguir influyendo sobre “el pueblo” repitiendo lo mismo una y otra vez.

En pocas palabras, la lealtad de sus seguidores pudiera ser explicada por las expectativas de que el país cambie, pero no ellos, pues la promesa del presidente incluye la impunidad para el “pobre”. Otra razón de su popularidad es ese deseo de ver a los “ricos neoliberales” (los que trabajan) acabados, destruidos y sufriendo, concepto muy marxista, muy tipo Taibo, con las hordas de ciudadanos destruyéndolo todo en el caos.

Algunos de sus seguidores sufren del efecto “Dunning-Kruger” o sea, sobrevaloran su sabiduría política. Se encuentran tan desinformados, que lo ignoran. Esto genera un verdadero problema para la nación. Simplemente no se dan cuenta que les falta una amplia serie de conocimientos. Falta esa inteligencia para reconocer que su juicio vive en la creencia que siempre tienen la razón porque creen saberlo todo.

AMLO, el presidente de la impunidad, alentó a que la gente robara; les dijo que si tenían necesidad de robar, que lo hicieran, que él estaba hablando con obispos y pastores para que robar no fuera pecado…

La mentira, podemos afirmar, es algo común para los políticos de todos los partidos, pero la cantidad de mentiras (falsas promesas) del actual presidente parecen haberlo fortalecido. Quizá más importante que explicar las razones de la invencibilidad política del actual mandatario López Obrador, y cómo el volumen de sus mentiras no ha destruido su carrera política, sea más importante entender la mentalidad de sus seguidores donde algunos inclusive, estarían dispuestos a morir por su “profético” mesías. Psicólogos como Sheldon Solomon, quien desarrollara la Teoría de la Administración del Miedo, nos da a entender cómo el comportamiento típico de Morena ha llegado a ser algo patológico. Los seguidores del presidendente estarían dispuestos a seguirlo aun si esto significara lanzarse por un precipicio. Y esto apunta a la existencia de factores psicológicos y neuronales que explican la creencia que dicho personaje es un mesías que ha llegado a salvarlos de la corrupción, de la mafia, de los malos gobiernos y hasta del neoliberalismo, simultláneamente aprobando la impunidad: “agarren”, ofrece el presidente.

Pero ¿qué está atrás del peculiar comportamiento humano de los discípulos de la secta de AMLO? Hay quienes lo clasifican como un virus. Este proceso “viral” puede perjudicar a la célula hasta destruirla, y a nivel político, hasta destruir un país, como de hecho está sucediendo en Venezuela.

El sistema de atención del cerebro de un buen número de personas ha sido comprometido por AMLO, todo en base a falsas promesas y expectativas que van más allá de lo posible, y sobre todo la habilidad de seguir influyendo sobre “el pueblo” repitiendo lo mismo una y otra vez.

En pocas palabras, la lealtad de sus seguidores pudiera ser explicada por las expectativas de que el país cambie, pero no ellos, pues la promesa del presidente incluye la impunidad para el “pobre”. Otra razón de su popularidad es ese deseo de ver a los “ricos neoliberales” (los que trabajan) acabados, destruidos y sufriendo, concepto muy marxista, muy tipo Taibo, con las hordas de ciudadanos destruyéndolo todo en el caos.

Algunos de sus seguidores sufren del efecto “Dunning-Kruger” o sea, sobrevaloran su sabiduría política. Se encuentran tan desinformados, que lo ignoran. Esto genera un verdadero problema para la nación. Simplemente no se dan cuenta que les falta una amplia serie de conocimientos. Falta esa inteligencia para reconocer que su juicio vive en la creencia que siempre tienen la razón porque creen saberlo todo.