/ viernes 26 de octubre de 2018

Madres adolescentes

Resulta evidente que en nuestros días es mucho más fácil que los pubertos tengan una vida sexual activa. No vale el argumento de que esto ha sucedido siempre, pues estamos hablando de un crecimiento muy notorio. Es cierto que siempre se han dado este tipo de conductas, sobre todo dentro de familias disfuncionales, pero ahora es con la anuencia de los maestros en las escuelas y de las instituciones que se rasgan las vestiduras cuando son ellas las que enseñan y facilitan todo esto.

El error más grande está en pensar que con la distribución de anticonceptivos y preservativos es como se pueden evitar esos embarazos, una vez que no se les está ayudando a tener control del instinto.

Estamos ante un problema donde confluyen diversos factores, como la falta de atención de los padres, el fácil acceso a la pornografía, los programas de la Secretaría de Educación Pública, la desvalorización del pudor como una virtud, es decir, como un hábito positivo que se opone a la lujuria.

Es en la adolescencia cuando se comienza a forjar una personalidad independiente y bien definida. Estamos ante una etapa de transformación muy importante donde se requiere de orientación positiva y firme. Durante estos años no se tiene clara la diferencia entre lo importante y lo urgente, de forma tal que un asunto tan serio como la sexualidad se puede pensar que debe aprenderse y practicarse lo más pronto posible.

En esta etapa dejan de ser “sucursales” de sus papás y se convierten en “negocios propios” con todas sus consecuencias. Es una fase donde el tema de la competencia es primordial, hay que ser más bonitas (las mujeres) y más fuertes (los hombres) que los demás.

No perdamos de vista que aquí se abre un gran mercado económico para empresas que comercian con productos como la ropa, el maquillaje, la pornografía, los preservativos, el alcohol y otros. Sabemos que las adicciones debilitan la fuerza de voluntad y esto trae enormes ganancias económicas.

Y me pregunto: ¿Habrá algún padre o madre de familia que quiera que sus hijos adolescentes tengan relaciones sexuales? Entonces, ¿por qué se deja que en las escuelas les estén fomentando estas conductas?

www.padrealejandro.com



Resulta evidente que en nuestros días es mucho más fácil que los pubertos tengan una vida sexual activa. No vale el argumento de que esto ha sucedido siempre, pues estamos hablando de un crecimiento muy notorio. Es cierto que siempre se han dado este tipo de conductas, sobre todo dentro de familias disfuncionales, pero ahora es con la anuencia de los maestros en las escuelas y de las instituciones que se rasgan las vestiduras cuando son ellas las que enseñan y facilitan todo esto.

El error más grande está en pensar que con la distribución de anticonceptivos y preservativos es como se pueden evitar esos embarazos, una vez que no se les está ayudando a tener control del instinto.

Estamos ante un problema donde confluyen diversos factores, como la falta de atención de los padres, el fácil acceso a la pornografía, los programas de la Secretaría de Educación Pública, la desvalorización del pudor como una virtud, es decir, como un hábito positivo que se opone a la lujuria.

Es en la adolescencia cuando se comienza a forjar una personalidad independiente y bien definida. Estamos ante una etapa de transformación muy importante donde se requiere de orientación positiva y firme. Durante estos años no se tiene clara la diferencia entre lo importante y lo urgente, de forma tal que un asunto tan serio como la sexualidad se puede pensar que debe aprenderse y practicarse lo más pronto posible.

En esta etapa dejan de ser “sucursales” de sus papás y se convierten en “negocios propios” con todas sus consecuencias. Es una fase donde el tema de la competencia es primordial, hay que ser más bonitas (las mujeres) y más fuertes (los hombres) que los demás.

No perdamos de vista que aquí se abre un gran mercado económico para empresas que comercian con productos como la ropa, el maquillaje, la pornografía, los preservativos, el alcohol y otros. Sabemos que las adicciones debilitan la fuerza de voluntad y esto trae enormes ganancias económicas.

Y me pregunto: ¿Habrá algún padre o madre de familia que quiera que sus hijos adolescentes tengan relaciones sexuales? Entonces, ¿por qué se deja que en las escuelas les estén fomentando estas conductas?

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