/ miércoles 11 de diciembre de 2019

Más consciencia en el tránsito

“Todo lo que se come sin necesidad, se roba al estómago de los pobres”: Gandhi


El diagnóstico situacional del uso cotidiano de las vialidades en nuestra ciudad tiene aspectos muy interesantes y delicados, veamos algunos de ellos. Primero, nuestra población, salvo lo que diga el censo del año próximo, está cerca del millón de habitantes. Segundo, circulan alrededor de medio millón de automotores, lo que significa que nuestra urbe tiene más vehículos de motor per cápita que otra ciudad mexicana. Tercero, un porcentaje muy bajo desconoce el reglamento de tránsito y, conduce con todo tipo de riesgos, para ellos mismos y para los semejantes. Las señales de tránsito son señales de vida y lamentablemente pocos las obedecen. Cuarto, somos tan nobles y leales con la mentira, que al sufrir un accidente “nos rajamos” de nuestra culpabilidad y responsabilidad. Quinto, salir del hogar en nuestros autos es equiparable a portar un arma amartillada. “Los accidentes no se pueden evitar, empero sí se pueden prevenir. La mejor forma de hacerlo es obedecer la señalización de tránsito y demandar donde no existan, manejar a la defensiva y llevar la documentación que la ley exige: licencia de conducción, tarjeta de circulación y seguro. Recordemos que las autoridades de Vialidad y Tránsito se integran de tres áreas, a saber: Educación vial, Ingeniería de tránsito y Vigilancia. Hoy se denomina Policía de Tránsito a la instancia que por ley tiene como función esencial llevar a cabo el control de la circulación de los automotores, peatones, ciclistas y todo vehículo que haga uso de las vialidades.

El Consejo Consultivo de Vialidad y Tránsito, que por ley se integró, propone, sugiere, aconseja y reúne los problemas de los ciudadanos al utilizar las vialidades, para que el Gobierno y el Congreso reciban, analicen y consideren sus acciones, con el fin de reducir accidentes, que en muchos casos tienen resultados fatales. Se exhorta con energía y conciencia a los ciudadanos y al Gobierno a que reúnan en un haz de voluntades la conjunción de respeto y conciencia a los reglamentos de tránsito. Estamos festejando las fiestas decembrinas, deseamos que sean de alegría y convivencia, y no de luto familiar. Respete a la autoridad y ella lo respetará. En su hogar lo esperan sus seres queridos.

“Todo lo que se come sin necesidad, se roba al estómago de los pobres”: Gandhi


El diagnóstico situacional del uso cotidiano de las vialidades en nuestra ciudad tiene aspectos muy interesantes y delicados, veamos algunos de ellos. Primero, nuestra población, salvo lo que diga el censo del año próximo, está cerca del millón de habitantes. Segundo, circulan alrededor de medio millón de automotores, lo que significa que nuestra urbe tiene más vehículos de motor per cápita que otra ciudad mexicana. Tercero, un porcentaje muy bajo desconoce el reglamento de tránsito y, conduce con todo tipo de riesgos, para ellos mismos y para los semejantes. Las señales de tránsito son señales de vida y lamentablemente pocos las obedecen. Cuarto, somos tan nobles y leales con la mentira, que al sufrir un accidente “nos rajamos” de nuestra culpabilidad y responsabilidad. Quinto, salir del hogar en nuestros autos es equiparable a portar un arma amartillada. “Los accidentes no se pueden evitar, empero sí se pueden prevenir. La mejor forma de hacerlo es obedecer la señalización de tránsito y demandar donde no existan, manejar a la defensiva y llevar la documentación que la ley exige: licencia de conducción, tarjeta de circulación y seguro. Recordemos que las autoridades de Vialidad y Tránsito se integran de tres áreas, a saber: Educación vial, Ingeniería de tránsito y Vigilancia. Hoy se denomina Policía de Tránsito a la instancia que por ley tiene como función esencial llevar a cabo el control de la circulación de los automotores, peatones, ciclistas y todo vehículo que haga uso de las vialidades.

El Consejo Consultivo de Vialidad y Tránsito, que por ley se integró, propone, sugiere, aconseja y reúne los problemas de los ciudadanos al utilizar las vialidades, para que el Gobierno y el Congreso reciban, analicen y consideren sus acciones, con el fin de reducir accidentes, que en muchos casos tienen resultados fatales. Se exhorta con energía y conciencia a los ciudadanos y al Gobierno a que reúnan en un haz de voluntades la conjunción de respeto y conciencia a los reglamentos de tránsito. Estamos festejando las fiestas decembrinas, deseamos que sean de alegría y convivencia, y no de luto familiar. Respete a la autoridad y ella lo respetará. En su hogar lo esperan sus seres queridos.