/ martes 29 de junio de 2021

Mazatlán

Después de año y medio de no salir fuera de Chihuahua, salvo para algún asunto indispensable, decidimos salir de vacaciones toda la familia y la playa más cercana o la única playa que se puede llegar desde Chihuahua por automóvil es Mazatlán.

Habíamos escuchado de la obra de ingeniería tan grande que se había hecho en la nueva carretera Durango-Mazatlán, tramo que eran 305 kilómetros de puras curvas en el famoso “Espinazo del diablo”, así que ya se imaginarán que en esas cinco a seis horas del tramo la gente se detenía a volver el estómago y algunas linduras de ese tipo.

Con la nueva carretera, que se inició en el sexenio de Vicente Fox (PAN) en 2001 y continuó hasta casi terminarse en el sexenio de Felipe Calderón (PAN), sobre todo el famoso puente Baluarte, que es uno de los 115 puentes que tiene esta nueva carretera y que fue inaugurada en 2013 por Enrique Peña Nieto (PRI).

El puente Baluarte tiene 575 metros de largo, considerado el puente atirantado más alto del mundo y el más largo de Latinoamérica y tiene más de 500 metros de altura sobre el barranco. Es realmente una obra de ingeniería increíble que vale la pena conocer.

La ruta tiene 61 túneles en su trayecto, El Sinaloense tiene 2.8 kilómetros de largo, siendo el de mayor longitud en México, también una verdadera obra de ingeniería, que lo deja a uno impactado, además de la belleza de la Sierra Madre Occidental que es muy bonita y de casi 3,000 metros de altura.

Este tramo se redujo de 305 kilómetros a 230 y con mucho menos curvas y mejor velocidad, de tal manera que ahora se puede recorrer tranquilamente en 3.5 horas.

Mazatlán ha crecido mucho, desde la última vez que fuimos, muchos nuevos hoteles, restaurantes, pero también muchos que han desaparecido o están abandonados, como el Hotel Camino Real, que era lo mejor en su momento y por razones que nadie me pudo dar, está abandonado, desde hace seis años, según me dijeron y sus instalaciones lucen muy deterioradas, causando muy mala imagen.

Su gente es muy amable, muy servicial, como siempre hemos tratado al turismo en México y es una de las principales razones por las que el turismo, sobre todo el internacional, sigue llegando, inclusive a pesar de la pandemia. Un buen punto a su favor.

Visita casi obligada para los niños es El Acuario, que dicen que es el más grande de México, sin embargo fue muy decepcionante ver que el aforo permitido no lo respetan en lo más mínimo, pues dicen que así es todos los días, y yo le calculo que era más de doble del aforo al 100%, sino es que más. Esto provoca el peligro de un contagio de la pandemia en un lugar tan saturado. Además, los niños no podían ver a los peces porque todas las vitrinas estaban ocupadas por adultos. Una mala experiencia.

Otro detalle negativo fue en el hotel de 5 estrellas (no les doy el nombre para no quemarlo), cobraban por todo como extra, no sé si queriendo reponerse de la caída en ventas por la pandemia, pero sí dejan un mal sabor de boca, por ejemplo, el uso del wifi, que ya se lo dan gratis en todos los hoteles, aquí lo cobraban a 10 dólares por usuario al día, al igual que el gimnasio y lo mismo el doctor, que si lo consultaba uno tenía que pagar la consulta.

Fuera de estos detalles negativos, vale la pena visitar Mazatlán, muy bonita la playa y muy bonita su gente.

Después de año y medio de no salir fuera de Chihuahua, salvo para algún asunto indispensable, decidimos salir de vacaciones toda la familia y la playa más cercana o la única playa que se puede llegar desde Chihuahua por automóvil es Mazatlán.

Habíamos escuchado de la obra de ingeniería tan grande que se había hecho en la nueva carretera Durango-Mazatlán, tramo que eran 305 kilómetros de puras curvas en el famoso “Espinazo del diablo”, así que ya se imaginarán que en esas cinco a seis horas del tramo la gente se detenía a volver el estómago y algunas linduras de ese tipo.

Con la nueva carretera, que se inició en el sexenio de Vicente Fox (PAN) en 2001 y continuó hasta casi terminarse en el sexenio de Felipe Calderón (PAN), sobre todo el famoso puente Baluarte, que es uno de los 115 puentes que tiene esta nueva carretera y que fue inaugurada en 2013 por Enrique Peña Nieto (PRI).

El puente Baluarte tiene 575 metros de largo, considerado el puente atirantado más alto del mundo y el más largo de Latinoamérica y tiene más de 500 metros de altura sobre el barranco. Es realmente una obra de ingeniería increíble que vale la pena conocer.

La ruta tiene 61 túneles en su trayecto, El Sinaloense tiene 2.8 kilómetros de largo, siendo el de mayor longitud en México, también una verdadera obra de ingeniería, que lo deja a uno impactado, además de la belleza de la Sierra Madre Occidental que es muy bonita y de casi 3,000 metros de altura.

Este tramo se redujo de 305 kilómetros a 230 y con mucho menos curvas y mejor velocidad, de tal manera que ahora se puede recorrer tranquilamente en 3.5 horas.

Mazatlán ha crecido mucho, desde la última vez que fuimos, muchos nuevos hoteles, restaurantes, pero también muchos que han desaparecido o están abandonados, como el Hotel Camino Real, que era lo mejor en su momento y por razones que nadie me pudo dar, está abandonado, desde hace seis años, según me dijeron y sus instalaciones lucen muy deterioradas, causando muy mala imagen.

Su gente es muy amable, muy servicial, como siempre hemos tratado al turismo en México y es una de las principales razones por las que el turismo, sobre todo el internacional, sigue llegando, inclusive a pesar de la pandemia. Un buen punto a su favor.

Visita casi obligada para los niños es El Acuario, que dicen que es el más grande de México, sin embargo fue muy decepcionante ver que el aforo permitido no lo respetan en lo más mínimo, pues dicen que así es todos los días, y yo le calculo que era más de doble del aforo al 100%, sino es que más. Esto provoca el peligro de un contagio de la pandemia en un lugar tan saturado. Además, los niños no podían ver a los peces porque todas las vitrinas estaban ocupadas por adultos. Una mala experiencia.

Otro detalle negativo fue en el hotel de 5 estrellas (no les doy el nombre para no quemarlo), cobraban por todo como extra, no sé si queriendo reponerse de la caída en ventas por la pandemia, pero sí dejan un mal sabor de boca, por ejemplo, el uso del wifi, que ya se lo dan gratis en todos los hoteles, aquí lo cobraban a 10 dólares por usuario al día, al igual que el gimnasio y lo mismo el doctor, que si lo consultaba uno tenía que pagar la consulta.

Fuera de estos detalles negativos, vale la pena visitar Mazatlán, muy bonita la playa y muy bonita su gente.