/ miércoles 20 de febrero de 2019

“Me canso ganso”

“Me canso ganso, dijo un zancudo, y en el pico le salió un nudo”. Esta expresión, dicha así, la escuché desde pequeño de labios de mi padre, y en ese tiempo y el siguiente me parecía graciosa.

En 1947 Germán Valdés Tin-Tan filmó la película “El niño perdido” con Marcelo Chávez y Emilia Guiú, dirigidos por Humberto Gómez Landero, y expuso la frase de este modo: “¡Te la canto! ¡Me canso ganso dijo un zancudo cuando pudo volar no pudo, una pata se le torció y la otra se le hizo nudo, luego le dio aftosa y hasta se quedó mudo, y ya mejor no le sigo porque luego yo sudo!”.

La expresión, al parecer con origen en un famoso barrio de la capital del país, se utiliza para ganar credibilidad, para afirmar que lo que se promete se verificará.

Hoy el “me canso ganso” se vuelve popular en la voz del presidente de nuestro país, y la connotación que asume camina por distintos derroteros, según quién y cómo la tome. Parece aludir a una postura del que, a pesar de obstáculos y contrariedades, las puede de todas, todas, y no parará en mientes hasta lograr lo que se propone; o bien recuerda aquel dicho: “Yo no vengo a ver si puedo, sino porque puedo, vengo”, pues para eso cuento con mi determinación y con apoyo de quienes me siguen, eso a pesar de las opiniones de quienes no concuerdan con las mías. Puede llegar –esperamos que no sea así- hasta el “aquí nomás mis chicharrones truenan”.

Si en anteriores ejercicios gubernamentales, sobre todo al abrir este siglo XXI, se propició y se dio importancia a la división de poderes, tanto a nivel federal como de los estados, aunque no se haya logrado del todo, ahora parece que se comienza a caminar en sentido contrario, a pesar de las declaraciones que se emiten sobre el respeto, la libertad y cooperación de esos mismos poderes. Y si también se dio amplio margen a la libertad de expresión y, contrario a lo que sucedía, se lanzaron críticas y denuedos a la figura presidencial bajo esa libertad, hoy como que se quieren delimitar esas críticas, sanas o no.

“Me canso ganso” –y eso podemos calificarlo de bueno- es el buscar barrer con actos ilegales o de corrupción que se enquistaron en el pasado remoto y reciente. El problema son las generalizaciones de personas o grupos, y las decisiones que se efectúan a veces con bases no suficientemente motivadas o claras.

Esperamos que el “me canso ganso” no sirva para atropellar el Estado de derecho y se enderece contra quienes, sin dobles intenciones y buscando el bien común, señalen actos buenos o malos del primer mandatario. ¿Lo ven?


“Me canso ganso, dijo un zancudo, y en el pico le salió un nudo”. Esta expresión, dicha así, la escuché desde pequeño de labios de mi padre, y en ese tiempo y el siguiente me parecía graciosa.

En 1947 Germán Valdés Tin-Tan filmó la película “El niño perdido” con Marcelo Chávez y Emilia Guiú, dirigidos por Humberto Gómez Landero, y expuso la frase de este modo: “¡Te la canto! ¡Me canso ganso dijo un zancudo cuando pudo volar no pudo, una pata se le torció y la otra se le hizo nudo, luego le dio aftosa y hasta se quedó mudo, y ya mejor no le sigo porque luego yo sudo!”.

La expresión, al parecer con origen en un famoso barrio de la capital del país, se utiliza para ganar credibilidad, para afirmar que lo que se promete se verificará.

Hoy el “me canso ganso” se vuelve popular en la voz del presidente de nuestro país, y la connotación que asume camina por distintos derroteros, según quién y cómo la tome. Parece aludir a una postura del que, a pesar de obstáculos y contrariedades, las puede de todas, todas, y no parará en mientes hasta lograr lo que se propone; o bien recuerda aquel dicho: “Yo no vengo a ver si puedo, sino porque puedo, vengo”, pues para eso cuento con mi determinación y con apoyo de quienes me siguen, eso a pesar de las opiniones de quienes no concuerdan con las mías. Puede llegar –esperamos que no sea así- hasta el “aquí nomás mis chicharrones truenan”.

Si en anteriores ejercicios gubernamentales, sobre todo al abrir este siglo XXI, se propició y se dio importancia a la división de poderes, tanto a nivel federal como de los estados, aunque no se haya logrado del todo, ahora parece que se comienza a caminar en sentido contrario, a pesar de las declaraciones que se emiten sobre el respeto, la libertad y cooperación de esos mismos poderes. Y si también se dio amplio margen a la libertad de expresión y, contrario a lo que sucedía, se lanzaron críticas y denuedos a la figura presidencial bajo esa libertad, hoy como que se quieren delimitar esas críticas, sanas o no.

“Me canso ganso” –y eso podemos calificarlo de bueno- es el buscar barrer con actos ilegales o de corrupción que se enquistaron en el pasado remoto y reciente. El problema son las generalizaciones de personas o grupos, y las decisiones que se efectúan a veces con bases no suficientemente motivadas o claras.

Esperamos que el “me canso ganso” no sirva para atropellar el Estado de derecho y se enderece contra quienes, sin dobles intenciones y buscando el bien común, señalen actos buenos o malos del primer mandatario. ¿Lo ven?