/ viernes 24 de julio de 2020

“Mejor muertos que vivos” La política de muerte de Morena

Desde el punto de vista del bebé, no existe tal cosa como un aborto seguro, legal y compasivo. Para él, o ella, siempre es absolutamente mortal.

La izquierda siempre ha dicho que el aborto es la solución para los problemas sociales que tenemos … “¿es mejor dejar hijos regados por todos lados?”, preguntaban. Ya en años pasados, otro partido, de izquierda, afirmaba: “Hay que matarlos para que no sufran”, refiriéndose a los bebés antes de nacer.

Lo que cada uno de nosotros piense sobre la importancia o la inutilidad de la vida dictará el futuro de la nación, y tal futuro no es otro que el que hagamos todos los ciudadanos. Sin hombres y mujeres no hay país, ni futuro. Y los políticos que piensen que a los niños de la calle “es mejor tenerlos muertos que vivos” francamente no merecen, no deben, llegar al poder. ¿Tenemos derecho a pensar que viviremos mejor a costa de la sangre o restos destrozados de bebés que no han nacido?. ¿No sería mejor pensar en optimizar el uso de la tecnología, y los recursos y presupuestos para abastecer de educación y bienestar a la población? ¿No serán la codicia y ambición desmedida, el desperdicio de recursos o simplemente la ineficiencia de los políticos en la distribución de recursos y generación de más, así como la ausencia de cooperación y participación de todos los ciudadanos que no trabajan o que no pagan impuestos lo que debemos corregir? ¿Por qué debemos simplemente aniquilar nuestro futuro en lugar de darle solución a nuestros problemas?

“Calidad de vida” es un eufemismo cuando se refiere a aquellos que no se les quiere dejar vivir. No existe ninguna calidad de vida para aquellos que son asesinados. Como decía la madre Teresa, “si una madre puede tener a su hijo en su vientre, ¿qué me detiene a mí de ocuparme de ti, y a ti de mí?...”

El peligro para el mundo se inicia cuando se afianza el concepto que algunas vidas son más importantes o deseables que otras. Este concepto históricamente ha desencadenado los abusos más dramáticos en la historia moderna. Nazis y comunistas nos lo han confirmado. Debemos dar la voz de alerta cuando un candidato se ha definido, sin compasión, por la muerte de los indefensos.

Es simplista y totalmente inexacto atribuir nuestros problemas “a los hijos regados”. Los problemas que tenemos y no atendemos no se deben a ellos. El matarlos y tener menos personas que vivan teniendo los mismos problemas sociales ciertamente no los solucionará.

Nunca debemos olvidar que por cada dos personas que entran en cualquier clínica que practique abortos, una, al menos, no sale viva. Desde el punto de vista del bebé, no existe tal cosa como un aborto seguro, legal y compasivo. Para él (o ella) siempre es absolutamente mortal. El asesinarlos no demuestra compasión, al contrario, demuestra la baja moral en la que estamos cayendo.


Si el aborto mata bebés, nuestra meta no debe ser el hacerlo legal, posible y seguro, sino generar las alternativas mentales para concientizar “al pueblo” que matar, o asesinar, es un delito. Un buen gobernante debe tener en mente el generar acciones, participaciones y recursos para que todos los seres humanos tengan las mismas oportunidades y así poder decir, “mejor vivos que muertos”.

Desde el punto de vista del bebé, no existe tal cosa como un aborto seguro, legal y compasivo. Para él, o ella, siempre es absolutamente mortal.

La izquierda siempre ha dicho que el aborto es la solución para los problemas sociales que tenemos … “¿es mejor dejar hijos regados por todos lados?”, preguntaban. Ya en años pasados, otro partido, de izquierda, afirmaba: “Hay que matarlos para que no sufran”, refiriéndose a los bebés antes de nacer.

Lo que cada uno de nosotros piense sobre la importancia o la inutilidad de la vida dictará el futuro de la nación, y tal futuro no es otro que el que hagamos todos los ciudadanos. Sin hombres y mujeres no hay país, ni futuro. Y los políticos que piensen que a los niños de la calle “es mejor tenerlos muertos que vivos” francamente no merecen, no deben, llegar al poder. ¿Tenemos derecho a pensar que viviremos mejor a costa de la sangre o restos destrozados de bebés que no han nacido?. ¿No sería mejor pensar en optimizar el uso de la tecnología, y los recursos y presupuestos para abastecer de educación y bienestar a la población? ¿No serán la codicia y ambición desmedida, el desperdicio de recursos o simplemente la ineficiencia de los políticos en la distribución de recursos y generación de más, así como la ausencia de cooperación y participación de todos los ciudadanos que no trabajan o que no pagan impuestos lo que debemos corregir? ¿Por qué debemos simplemente aniquilar nuestro futuro en lugar de darle solución a nuestros problemas?

“Calidad de vida” es un eufemismo cuando se refiere a aquellos que no se les quiere dejar vivir. No existe ninguna calidad de vida para aquellos que son asesinados. Como decía la madre Teresa, “si una madre puede tener a su hijo en su vientre, ¿qué me detiene a mí de ocuparme de ti, y a ti de mí?...”

El peligro para el mundo se inicia cuando se afianza el concepto que algunas vidas son más importantes o deseables que otras. Este concepto históricamente ha desencadenado los abusos más dramáticos en la historia moderna. Nazis y comunistas nos lo han confirmado. Debemos dar la voz de alerta cuando un candidato se ha definido, sin compasión, por la muerte de los indefensos.

Es simplista y totalmente inexacto atribuir nuestros problemas “a los hijos regados”. Los problemas que tenemos y no atendemos no se deben a ellos. El matarlos y tener menos personas que vivan teniendo los mismos problemas sociales ciertamente no los solucionará.

Nunca debemos olvidar que por cada dos personas que entran en cualquier clínica que practique abortos, una, al menos, no sale viva. Desde el punto de vista del bebé, no existe tal cosa como un aborto seguro, legal y compasivo. Para él (o ella) siempre es absolutamente mortal. El asesinarlos no demuestra compasión, al contrario, demuestra la baja moral en la que estamos cayendo.


Si el aborto mata bebés, nuestra meta no debe ser el hacerlo legal, posible y seguro, sino generar las alternativas mentales para concientizar “al pueblo” que matar, o asesinar, es un delito. Un buen gobernante debe tener en mente el generar acciones, participaciones y recursos para que todos los seres humanos tengan las mismas oportunidades y así poder decir, “mejor vivos que muertos”.