/ miércoles 6 de enero de 2021

Menos

La resta no importa cuando nos quita algo que no nos gusta ¡Pero ay cómo molestan esas restas que nos quitan lo que queremos!

La resta viene al caso cuando hay un exceso. Este año sin duda nos pide restas y como me faltó mencionar algunas la semana pasada, le seguiré con unas que se me hacen importantes.

Menos construcciones. Es momento de una revisión de espacios ya edificados para que se aprovechen en vez de arrasar con más extensiones naturales.

Menos basura. Sumamente urgente reducción de residuos de todo tipo. Muchas toneladas de basura están contaminando, y que no nos consuele pensar que con una recolección diaria que nos quite el incómodo escenario estamos bien, porque todo residuo terminará en algún pedazo de tierra o un cuerpo de agua que forzosamente será dañado. Sería maravillosos que alimentáramos la tierra con el desecho ordenado de residuos vegetales y que los demás se reusaran, reciclaran, se desecharan responsablemente o se erradicaran.

Menos juniors. Lo más probable es que un junior espere vivir con los incontables excesos de sus padres. ¿Creen ustedes que está el mundo para proveer más necedades a estos humanos insaciables?

Menos desperdicio de alimentos. Es de lo más común tirar comida, una falta de respeto a Dios y luego a toda la cadena de personas que trabajan para que cada producto llegue a los platos. ¿Qué no se podrá hacer una recolección del desperdicio para alimentar por ejemplo a cerdos? Imagino en cada lugar un bote donde se separe lo que se pudiera aprovechar para estos u otros animales. Importante que todo residuo vegetal llegue intacto a un terreno, para que la madre tierra se nutra.

Menos productos industrializados. Entre más natural el alimento, más saludable. Es aterrador ver por todos lados estantes llenos con una bola de empaques, un comercio que no piensa en toda la basura que genera su producto, desde su producción hasta su desecho, sino sólo en vender y vender.

Menos plástico. Éste ya superó por mucho los límites de la cordura, millones de productos de plástico se tiran cada segundo por su mala calidad o por un uso de muy corto plazo. Analicemos esta corriente de basura y hagamos algo ante esta realidad que está asfixiando los ecosistemas.

Menores precios a los servicios de salud y la educación. La frase “sólo por negocio” ha atrapado a estos dos rubros.

Menos juicios. Que cada persona se concentre en ser un humano de bien, dejando de gastar energía en juzgar a otros. Ni tú ni yo tenemos la verdad absoluta, pero sí tenemos el poder de generar paz y armonía a nuestro alrededor. Ser y dejar ser.

Estoy segura que ustedes ya habrán pensado en más menos ante una realidad que requiere ser atendida, y los más que están pendientes en esta época tienen que ver mucho con las actitudes que tenemos unos con otros. Que las creencias, las religiones, las costumbres, etc. nos alimenten personalmente para ser inspiración y no jueces.

¡A sumar esperanza, restando lo que destruye!



La resta no importa cuando nos quita algo que no nos gusta ¡Pero ay cómo molestan esas restas que nos quitan lo que queremos!

La resta viene al caso cuando hay un exceso. Este año sin duda nos pide restas y como me faltó mencionar algunas la semana pasada, le seguiré con unas que se me hacen importantes.

Menos construcciones. Es momento de una revisión de espacios ya edificados para que se aprovechen en vez de arrasar con más extensiones naturales.

Menos basura. Sumamente urgente reducción de residuos de todo tipo. Muchas toneladas de basura están contaminando, y que no nos consuele pensar que con una recolección diaria que nos quite el incómodo escenario estamos bien, porque todo residuo terminará en algún pedazo de tierra o un cuerpo de agua que forzosamente será dañado. Sería maravillosos que alimentáramos la tierra con el desecho ordenado de residuos vegetales y que los demás se reusaran, reciclaran, se desecharan responsablemente o se erradicaran.

Menos juniors. Lo más probable es que un junior espere vivir con los incontables excesos de sus padres. ¿Creen ustedes que está el mundo para proveer más necedades a estos humanos insaciables?

Menos desperdicio de alimentos. Es de lo más común tirar comida, una falta de respeto a Dios y luego a toda la cadena de personas que trabajan para que cada producto llegue a los platos. ¿Qué no se podrá hacer una recolección del desperdicio para alimentar por ejemplo a cerdos? Imagino en cada lugar un bote donde se separe lo que se pudiera aprovechar para estos u otros animales. Importante que todo residuo vegetal llegue intacto a un terreno, para que la madre tierra se nutra.

Menos productos industrializados. Entre más natural el alimento, más saludable. Es aterrador ver por todos lados estantes llenos con una bola de empaques, un comercio que no piensa en toda la basura que genera su producto, desde su producción hasta su desecho, sino sólo en vender y vender.

Menos plástico. Éste ya superó por mucho los límites de la cordura, millones de productos de plástico se tiran cada segundo por su mala calidad o por un uso de muy corto plazo. Analicemos esta corriente de basura y hagamos algo ante esta realidad que está asfixiando los ecosistemas.

Menores precios a los servicios de salud y la educación. La frase “sólo por negocio” ha atrapado a estos dos rubros.

Menos juicios. Que cada persona se concentre en ser un humano de bien, dejando de gastar energía en juzgar a otros. Ni tú ni yo tenemos la verdad absoluta, pero sí tenemos el poder de generar paz y armonía a nuestro alrededor. Ser y dejar ser.

Estoy segura que ustedes ya habrán pensado en más menos ante una realidad que requiere ser atendida, y los más que están pendientes en esta época tienen que ver mucho con las actitudes que tenemos unos con otros. Que las creencias, las religiones, las costumbres, etc. nos alimenten personalmente para ser inspiración y no jueces.

¡A sumar esperanza, restando lo que destruye!



ÚLTIMASCOLUMNAS