/ miércoles 9 de junio de 2021

Menú excesivo

Hace tiempo estábamos en una casa de campo dos familias, éramos 4 adultos y 7 niños, así que había bastante relajo cuando nos congregábamos a comer o a dormir, y la hora del baño la repartíamos para no quedarnos sin agua caliente.

Fue una de esas convivencias intensas pero muy divertidas en una casa pequeña.

Cada familia tiene sus rutinas, así que había momentos en que teníamos que apechugar y darle gusto al otro, aún y cuando nos molestaran ciertas costumbres.

La primera mañana cuando nos despertamos, quise adelantarme y preparar un rico desayuno, así que me puse a hacer roles de canela y pensé que antes del desayuno caería bien un poco de fruta y después unos huevos revueltos que le gustan a todo el mundo, según yo.

Puse la mesa y esperé leyendo, ya que esta otra familia no se levantaba temprano. Mis hijos se pusieron a pintar y aunque tenían hambre les dije que sería bueno esperar a los demás y comer todos juntos.

La casa se fue llenado de ruido, y ya cuando estábamos todos en la sala les dije que pasáramos al comedor, que ya tenía preparado todo. Pero inmediatamente vi que me faltó el café y pues a hacerlo. Los hijos de la otra familia, no estuvieron conformes con el menú, así que su mamá les empezó a preguntar que se les antojaba a cada cual. Uno dijo que cereal, el otro dijo que huevo estrellado con tocino, el siguiente exigió hot cakes, y la más pequeña quería quesadillas con aguacate y frijoles.

Al oír cada petición yo pensé, ahorita la mamá los pone en orden y les dice que ya está lo que hice ¡Pero nooooo! La señora se puso a hacer cada platillo que le pidieron como si fuera restaurante, así que ya se imaginarán como quedó la cocina, alteros de platos y satenes y muchas sobras porque estos niñitos desperdiciaban mucho.

Respiré hondo y pensé ¡Relájate! Porque esto sucederá toda la semana, y así fue. La convivencia fue maravillosa e inolvidable pero las horas de comer una pesadilla.

Les cuento esta experiencia porque la he empatado con algo que pasa en México: Exceso de partidos políticos. No se cuando fue que se multiplicaron y además se amañaron para decirse independientes cuando son satelitales.

Ese “permiso” del gobierno para crear esa locura política es igual que lo que hacía aquella señora, conceder caprichos estúpidos para callar a los hijos, no tener “problemas” y alimentar la inmediata recompensa “de paz” de posponer futuros y seguros problemas.

En México debería haber un menú de solo dos partidos políticos, y si no nos gustan por completo o no se nos antoja todo lo que ofrecen, pues a apechugar y escoger el que más nos convenza.

Cuando veo esas papeletas llenas de emblemas, se me revuelve el estómago, mucha opción servida en charola de plata, pero con un exceso de ingredientes dudosos que hacen un caos para la definición y el orden.

Si hablamos de gustos, podríamos seguir creando más partidos políticos, ¡Pero señoras y señores! ¡Que desmadre! Estamos dejando el ambiente político como esa cocina, un tiradero donde no hallábamos ni por donde empezar a limpiar.

Diputados urge que desde su voto nos den un menú más claro y compacto, México está lleno de basura y engaño ¡Compórtense como héroes! Su país los necesita. Y si nos hacen su trabajo, exhorto a la ciudadanía a unirnos y exigir. UNION es lo que falta.

Hace tiempo estábamos en una casa de campo dos familias, éramos 4 adultos y 7 niños, así que había bastante relajo cuando nos congregábamos a comer o a dormir, y la hora del baño la repartíamos para no quedarnos sin agua caliente.

Fue una de esas convivencias intensas pero muy divertidas en una casa pequeña.

Cada familia tiene sus rutinas, así que había momentos en que teníamos que apechugar y darle gusto al otro, aún y cuando nos molestaran ciertas costumbres.

La primera mañana cuando nos despertamos, quise adelantarme y preparar un rico desayuno, así que me puse a hacer roles de canela y pensé que antes del desayuno caería bien un poco de fruta y después unos huevos revueltos que le gustan a todo el mundo, según yo.

Puse la mesa y esperé leyendo, ya que esta otra familia no se levantaba temprano. Mis hijos se pusieron a pintar y aunque tenían hambre les dije que sería bueno esperar a los demás y comer todos juntos.

La casa se fue llenado de ruido, y ya cuando estábamos todos en la sala les dije que pasáramos al comedor, que ya tenía preparado todo. Pero inmediatamente vi que me faltó el café y pues a hacerlo. Los hijos de la otra familia, no estuvieron conformes con el menú, así que su mamá les empezó a preguntar que se les antojaba a cada cual. Uno dijo que cereal, el otro dijo que huevo estrellado con tocino, el siguiente exigió hot cakes, y la más pequeña quería quesadillas con aguacate y frijoles.

Al oír cada petición yo pensé, ahorita la mamá los pone en orden y les dice que ya está lo que hice ¡Pero nooooo! La señora se puso a hacer cada platillo que le pidieron como si fuera restaurante, así que ya se imaginarán como quedó la cocina, alteros de platos y satenes y muchas sobras porque estos niñitos desperdiciaban mucho.

Respiré hondo y pensé ¡Relájate! Porque esto sucederá toda la semana, y así fue. La convivencia fue maravillosa e inolvidable pero las horas de comer una pesadilla.

Les cuento esta experiencia porque la he empatado con algo que pasa en México: Exceso de partidos políticos. No se cuando fue que se multiplicaron y además se amañaron para decirse independientes cuando son satelitales.

Ese “permiso” del gobierno para crear esa locura política es igual que lo que hacía aquella señora, conceder caprichos estúpidos para callar a los hijos, no tener “problemas” y alimentar la inmediata recompensa “de paz” de posponer futuros y seguros problemas.

En México debería haber un menú de solo dos partidos políticos, y si no nos gustan por completo o no se nos antoja todo lo que ofrecen, pues a apechugar y escoger el que más nos convenza.

Cuando veo esas papeletas llenas de emblemas, se me revuelve el estómago, mucha opción servida en charola de plata, pero con un exceso de ingredientes dudosos que hacen un caos para la definición y el orden.

Si hablamos de gustos, podríamos seguir creando más partidos políticos, ¡Pero señoras y señores! ¡Que desmadre! Estamos dejando el ambiente político como esa cocina, un tiradero donde no hallábamos ni por donde empezar a limpiar.

Diputados urge que desde su voto nos den un menú más claro y compacto, México está lleno de basura y engaño ¡Compórtense como héroes! Su país los necesita. Y si nos hacen su trabajo, exhorto a la ciudadanía a unirnos y exigir. UNION es lo que falta.

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