/ martes 25 de junio de 2019

México, república federal (II)

“La injusticia nacional es el camino certero hacia el fracaso del gobierno”. Gladstone


Desde tiempos remotos en la Roma republicana existió el concepto “phoederatti”, que consistía en que tribus y comunidades conquistados por los romanos establecían una relación de tipo militar en caso de guerra: ya fuera para las tribus, o bien, para los romanos. Al paso de los siglos, pueblos bárbaros se convirtieron en estados federados, sobre todo en las fronteras del imperio. Tiempo adelante, se incluyeron otras categorías, como las económicas y las políticas. En el ocaso del Imperio Romano, se llegó a conceder la ciudadanía romana a pueblos bárbaros federados. Recordemos que los hunos de Atila, que arrasaron a su paso amplias regiones del imperio, pero fueron derrotados por un ejército de romanos y federados visigodos, en los Campos Catalaúnicos (Francia). Durante el sistema feudal hubo reinos que establecieron convenios de colaboración militar, muy parecidos a los federados.

Tocó al México recién nacido soportar durante ocho meses un “imperio” de juguete que encabezó Iturbide (1822-1823). No tuvimos experiencia como colonia, de gobiernos representativos, sino fuimos gobernados por una monarquía absoluta asfixiante donde la voluntad y capricho del rey (álter ego), eran la fuente del poder y, por ende, del gobierno. En esa época convivían sistemas monárquicos absolutos, monarquías constitucionales y la primera república federal en los Estados Unidos. Los grupos masónicos se encargaron de encabezar la lucha política contra los regímenes monárquicos que eran dependientes del clero. Nueva España era uno de esas colonias en las que el clero tenía un gran poder económico y político. Pero los criollos, mantenían la actividad de las logias masónicas que evidentemente se oponían a la monarquía iturbidista.

Iturbide disolvió el Congreso Nacional, en su lugar integró la Junta Nacional Instituyente, que se conformó con sus partidarios, tanto del clero, como militares y terratenientes feudales. Puso en práctica medidas populistas y clientelares para atraer la simpatía del pueblo (parecido a alguien que hoy conocemos).

“La injusticia nacional es el camino certero hacia el fracaso del gobierno”. Gladstone


Desde tiempos remotos en la Roma republicana existió el concepto “phoederatti”, que consistía en que tribus y comunidades conquistados por los romanos establecían una relación de tipo militar en caso de guerra: ya fuera para las tribus, o bien, para los romanos. Al paso de los siglos, pueblos bárbaros se convirtieron en estados federados, sobre todo en las fronteras del imperio. Tiempo adelante, se incluyeron otras categorías, como las económicas y las políticas. En el ocaso del Imperio Romano, se llegó a conceder la ciudadanía romana a pueblos bárbaros federados. Recordemos que los hunos de Atila, que arrasaron a su paso amplias regiones del imperio, pero fueron derrotados por un ejército de romanos y federados visigodos, en los Campos Catalaúnicos (Francia). Durante el sistema feudal hubo reinos que establecieron convenios de colaboración militar, muy parecidos a los federados.

Tocó al México recién nacido soportar durante ocho meses un “imperio” de juguete que encabezó Iturbide (1822-1823). No tuvimos experiencia como colonia, de gobiernos representativos, sino fuimos gobernados por una monarquía absoluta asfixiante donde la voluntad y capricho del rey (álter ego), eran la fuente del poder y, por ende, del gobierno. En esa época convivían sistemas monárquicos absolutos, monarquías constitucionales y la primera república federal en los Estados Unidos. Los grupos masónicos se encargaron de encabezar la lucha política contra los regímenes monárquicos que eran dependientes del clero. Nueva España era uno de esas colonias en las que el clero tenía un gran poder económico y político. Pero los criollos, mantenían la actividad de las logias masónicas que evidentemente se oponían a la monarquía iturbidista.

Iturbide disolvió el Congreso Nacional, en su lugar integró la Junta Nacional Instituyente, que se conformó con sus partidarios, tanto del clero, como militares y terratenientes feudales. Puso en práctica medidas populistas y clientelares para atraer la simpatía del pueblo (parecido a alguien que hoy conocemos).