/ domingo 16 de mayo de 2021

Mi mayor compromiso es con las mujeres

Para que una ciudad progresista como Juárez evolucione, como lo demandan las circunstancias actuales, es fundamental que nos vayamos a la esencia de los problemas, pero también a la esencia de las soluciones, porque es ahí donde podremos cimentar a un Juárez nuevo, con mejores y mayores oportunidades para todas y para todos. Es ahí, precisamente, donde podremos encontrar el freno a la inseguridad, el incentivo para el desarrollo humano y social, la clave del progreso.

No por nada he afirmado que mi compromiso más importante como candidato a presidente municipal de Juárez es con las mujeres. Porque ellas sostienen gran parte de la economía, no sólo por su participación directa como trabajadoras o como parte esencial del sector productivo (más del 40 por ciento de la población trabajadora en nuestra frontera son mujeres, de acuerdo al Inegi), sino porque ellas sostienen además hogares, donde cohabitan hombres y otras mujeres que se esfuerzan a diario para lograr el sustento de sus familias, y por lo tanto son quienes mantienen viva nuestra economía local.

Hace unos días llevamos a cabo el Foro “Las mujeres al centro de la política y acción municipal”, donde contamos con la participación de lideresas que son referentes a nivel nacional en el tema de la equidad de género y ejemplo de una lucha permanente porque sean reconocidos y respetados los derechos de las mujeres, porque se logre justicia en casos de feminicidio y violencia, porque haya equidad e igualdad.

Fue toda una experiencia de mucho aprendizaje, de compromisos y retos. El foro estuvo encabezado por Imelda Marrufo, de la Asociación Civil Mesa de Mujeres; Lydia Cordero, directora de Casa Amiga; Olimpia Coral Melo, impulsora de la Ley Olimpia; Dulce González, directora del Centro de Atención y Tratamiento de Adicciones “Dame la Mano”; así como por mi esposa Rubí Enríquez, quien ha abrigado diversas causas a favor de las mujeres desde hace tiempo y es una defensora incansable de la equidad de género.

Expusimos que la violencia y atrocidades en contra de ellas nos afectan a todos los juarenses, por ello, primero que nada enfocaré todos mis esfuerzos para que la violencia en contra de la mujer disminuya en todas sus manifestaciones y dejen de ser parte de nuestra realidad.

No sólo el combate debe enfocarse a las expresiones máximas de la violencia en contra de la mujer, como el feminicidio y el abuso sexual, porque éstos tienen un antecedente menos expresivo, pero que termina en tan horrendos crímenes, en diversas formas de violencia derivadas de una cultura machista que debe desaparecer.

Estoy de acuerdo que para combatir y eliminar las mencionadas desigualdades no basta con la voluntad y acción de un solo hombre, o de un grupo, es fundamental la participación de la sociedad entera, con mucha mayor responsabilidad para las autoridades en cualquier esfera de gobierno. Y sería una mentira si dijera que desde la posición que espero alcanzar vamos a terminar con todos los abusos que se cometen en contra de las mujeres en Juárez.

En efecto, la atención integral a la mujer es la esencia de la solución de los múltiples problemas que aquejan a los juarenses; no podemos concebir a esta frontera triunfante y libre de las ataduras que nos amenazan en el plano de la seguridad pública, la salud y la educación, si las mujeres siguen oprimidas, con miedo y sin respaldo serio y formal. Como lo he dicho, y estoy convencido de ello: si la mujer está bien Juárez estará bien.

Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cpc16169@gmail.com

Para que una ciudad progresista como Juárez evolucione, como lo demandan las circunstancias actuales, es fundamental que nos vayamos a la esencia de los problemas, pero también a la esencia de las soluciones, porque es ahí donde podremos cimentar a un Juárez nuevo, con mejores y mayores oportunidades para todas y para todos. Es ahí, precisamente, donde podremos encontrar el freno a la inseguridad, el incentivo para el desarrollo humano y social, la clave del progreso.

No por nada he afirmado que mi compromiso más importante como candidato a presidente municipal de Juárez es con las mujeres. Porque ellas sostienen gran parte de la economía, no sólo por su participación directa como trabajadoras o como parte esencial del sector productivo (más del 40 por ciento de la población trabajadora en nuestra frontera son mujeres, de acuerdo al Inegi), sino porque ellas sostienen además hogares, donde cohabitan hombres y otras mujeres que se esfuerzan a diario para lograr el sustento de sus familias, y por lo tanto son quienes mantienen viva nuestra economía local.

Hace unos días llevamos a cabo el Foro “Las mujeres al centro de la política y acción municipal”, donde contamos con la participación de lideresas que son referentes a nivel nacional en el tema de la equidad de género y ejemplo de una lucha permanente porque sean reconocidos y respetados los derechos de las mujeres, porque se logre justicia en casos de feminicidio y violencia, porque haya equidad e igualdad.

Fue toda una experiencia de mucho aprendizaje, de compromisos y retos. El foro estuvo encabezado por Imelda Marrufo, de la Asociación Civil Mesa de Mujeres; Lydia Cordero, directora de Casa Amiga; Olimpia Coral Melo, impulsora de la Ley Olimpia; Dulce González, directora del Centro de Atención y Tratamiento de Adicciones “Dame la Mano”; así como por mi esposa Rubí Enríquez, quien ha abrigado diversas causas a favor de las mujeres desde hace tiempo y es una defensora incansable de la equidad de género.

Expusimos que la violencia y atrocidades en contra de ellas nos afectan a todos los juarenses, por ello, primero que nada enfocaré todos mis esfuerzos para que la violencia en contra de la mujer disminuya en todas sus manifestaciones y dejen de ser parte de nuestra realidad.

No sólo el combate debe enfocarse a las expresiones máximas de la violencia en contra de la mujer, como el feminicidio y el abuso sexual, porque éstos tienen un antecedente menos expresivo, pero que termina en tan horrendos crímenes, en diversas formas de violencia derivadas de una cultura machista que debe desaparecer.

Estoy de acuerdo que para combatir y eliminar las mencionadas desigualdades no basta con la voluntad y acción de un solo hombre, o de un grupo, es fundamental la participación de la sociedad entera, con mucha mayor responsabilidad para las autoridades en cualquier esfera de gobierno. Y sería una mentira si dijera que desde la posición que espero alcanzar vamos a terminar con todos los abusos que se cometen en contra de las mujeres en Juárez.

En efecto, la atención integral a la mujer es la esencia de la solución de los múltiples problemas que aquejan a los juarenses; no podemos concebir a esta frontera triunfante y libre de las ataduras que nos amenazan en el plano de la seguridad pública, la salud y la educación, si las mujeres siguen oprimidas, con miedo y sin respaldo serio y formal. Como lo he dicho, y estoy convencido de ello: si la mujer está bien Juárez estará bien.

Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cpc16169@gmail.com