/ miércoles 16 de mayo de 2018

Miénteme… si puedes

Cuando alguien piensa, dice y hace una cosa, se dice que es una persona íntegra; el problema está cuando esa persona dice una cosa, hace otra distinta y piensa otra totalmente diferente.

Eso es lo que estamos presenciando en estos momentos de madurez en las campañas, después de más de 30 días de hacer recorrido el país, los escenarios empiezan a cerrarse entre los dos posibles candidatos que estarán en la recta final disputándose en favor del electorado el próximo 1 de julio, Ricardo Anaya y AMLO.

La sencillez de un joven que ha demostrado con su quehacer diario la facilidad que tiene para conectar con todos los grupos sociales, estudiantes, amas de casa, empresarios de toda las regiones del país, han mostrado su simpatía y coincidencia de iniciativas con el queretano.

Por otro lado, la clara intención de esconder tras de sí un entramado de intrigas, de mentiras descaradas y verdades a medias han hecho de esto su modus operandi para tratar de maquillar su falso interés por la sociedad mexicana, su imaginaria preocupación por los más pobres, su simulado interés por componer el rumbo del país, dejan claro una sola cosa… AMLO miente y se le nota, cada vez es más complicado esconder ese doble o triple discurso, que lo ajusta según la audiencia, cada vez es más difícil esconder su interés por aprovecharse de la pobreza que sufren varios millones de mexicanos, y que con ese pretexto haciendo referencia a la buena voluntad y al amor que él piensa dispensarnos, es que se van a solucionar los graves problemas que enfrenta nuestro país.

Nada más falso que esto, se le nota en su postura, su lenguaje corporal, el manejo de sus manos y el sentido de su mirada y de sus ojos, nos dejan muy claro que miente, cada vez que puede así lo hace, su lento hablar y su mirada hacia arriba a la derecha nos deja muy claro que siempre está inventando sus interlocuciones, recure a su inventiva y adecua su lenguaje a la audiencia, en fin, cada vez se nota más que es una persona en la que no se puede confiar, no se le puede creer y mucho menos dejar los destinos de un país a una persona así.

“Miénteme… si puedes”, es una serie de televisión en la que un psicólogo desarrolla un trabajo científico, entre los estados emocionales y las microexpresiones faciales, desenmascaran a los delincuentes haciendo uso de estas técnicas, que los expertos en psicología han desarrollado para descubrir los más variados delitos. Dr. Paul Akman, ven en nuestra ayuda… por favor.



Cuando alguien piensa, dice y hace una cosa, se dice que es una persona íntegra; el problema está cuando esa persona dice una cosa, hace otra distinta y piensa otra totalmente diferente.

Eso es lo que estamos presenciando en estos momentos de madurez en las campañas, después de más de 30 días de hacer recorrido el país, los escenarios empiezan a cerrarse entre los dos posibles candidatos que estarán en la recta final disputándose en favor del electorado el próximo 1 de julio, Ricardo Anaya y AMLO.

La sencillez de un joven que ha demostrado con su quehacer diario la facilidad que tiene para conectar con todos los grupos sociales, estudiantes, amas de casa, empresarios de toda las regiones del país, han mostrado su simpatía y coincidencia de iniciativas con el queretano.

Por otro lado, la clara intención de esconder tras de sí un entramado de intrigas, de mentiras descaradas y verdades a medias han hecho de esto su modus operandi para tratar de maquillar su falso interés por la sociedad mexicana, su imaginaria preocupación por los más pobres, su simulado interés por componer el rumbo del país, dejan claro una sola cosa… AMLO miente y se le nota, cada vez es más complicado esconder ese doble o triple discurso, que lo ajusta según la audiencia, cada vez es más difícil esconder su interés por aprovecharse de la pobreza que sufren varios millones de mexicanos, y que con ese pretexto haciendo referencia a la buena voluntad y al amor que él piensa dispensarnos, es que se van a solucionar los graves problemas que enfrenta nuestro país.

Nada más falso que esto, se le nota en su postura, su lenguaje corporal, el manejo de sus manos y el sentido de su mirada y de sus ojos, nos dejan muy claro que miente, cada vez que puede así lo hace, su lento hablar y su mirada hacia arriba a la derecha nos deja muy claro que siempre está inventando sus interlocuciones, recure a su inventiva y adecua su lenguaje a la audiencia, en fin, cada vez se nota más que es una persona en la que no se puede confiar, no se le puede creer y mucho menos dejar los destinos de un país a una persona así.

“Miénteme… si puedes”, es una serie de televisión en la que un psicólogo desarrolla un trabajo científico, entre los estados emocionales y las microexpresiones faciales, desenmascaran a los delincuentes haciendo uso de estas técnicas, que los expertos en psicología han desarrollado para descubrir los más variados delitos. Dr. Paul Akman, ven en nuestra ayuda… por favor.