/ jueves 1 de marzo de 2018

Mis recuerdos sobre el Día de la Bandera

Seguramente que muchos de los temas que aparecen en estas colaboraciones ya los he tratado con anterioridad; algunos de mis lectores lo recordarán, pero la mayoría de ellos, los habrán leído por primera vez como sucede con el presente artículo en el que trato sobre el “Día de la Bandera” que se celebró precisamente el día 24 de este mes.

En el cuarto año de estudios en la Escuela Médico Militar, fui miembro de la escolta de la bandera y al pasar a quinto año ya fui abanderado; tenía entonces el grado de teniente de cadetes; éramos dos los abanderados, el otro era mi compañero Nicolás Casanova Álvarez que lamentablemente falleció hace algunos años. Nos alternábamos los servicios y por suerte, a mí me tocó portar la bandera mexicana en el desfile del 16 de septiembre de 1957; mi compañero residía en la Cd. de México y por ello me pidió que le cediera el honor de ser él quien desfilara como abanderado para que sus familiares lo miraran con orgullo, a lo cual yo accedí, ya que yo no tenía familiares allegados que asistieran a ese evento, pero sucedió que un alumno de quinto año que era el que comandaba la 3ª Sección se lastimó una pierna y yo tuve que reemplazarlo, así es que también desfilé ese 16 de septiembre, Día de la Independencia Nacional.

En aquel entonces la Escuela Médico Militar era una institución pequeña, situada a un costado del Hospital Central Militar a donde asistíamos a tomar algunas clases prácticas desde el tercer año y al recibirnos ya como Mayores Médicos Militares, estuvimos dos años como internos, un año, ascendimos 10 compañeros a subresidentes, otros tres compañeros a residentes y finalmente uno de ellos llegó a ser jefe de residentes.

Al terminar el internado fueron seleccionados 10 subresidentes y de ellos, dos años después, se seleccionó al jefe de residentes. Como he comentado, la escuela era pequeña; sólo tenía 120 alumnos en los seis años de la carrera; vivíamos en la escuela y a las seis de la mañana estábamos formados para rendirle honores a la bandera, escuchar la orden del día y después, una hora de instrucción militar o de acondicionamiento físico en días alternos de lunes a sábado.

Con motivo del “Día de la Bandera” es inevitable que lleguen a mi memoria esos recuerdos imborrables de mi vida como alumno de la Escuela Médico Militar.

En una ocasión fuimos invitados para portar la bandera de la Escuela Nacional de Medicina que estaba en el centro de la ciudad, al cambiarse a sus nuevas instalaciones en la Ciudad Universitaria.

Nunca dejó de ver el desfile del 16 de septiembre que se celebra en la Cd. de México cada año.

Me llamó la atención que los honores que le rindieron a la “Enseña Nacional” en el Campo Marte el día 24 de febrero, presididos por el presidente de la República, el secretario de la Defensa y el de la Marina Armada de México así como muchos generales y secretarios y desde luego, muchos elementos de diferentes rangos de distintas unidades así como muchísimos elementos de tropa; como comentaba, me llamó la atención que el Escudo de la bandera se encontrara invertido; fue un error en su elaboración; no por ello deja de ser la bandera más vistosa del mundo y todos los mexicanos debemos honrarla y apreciarla como símbolo de nuestra querida Patria.

 

Dr. Alejandro R. Seyffert Romero.

Seguramente que muchos de los temas que aparecen en estas colaboraciones ya los he tratado con anterioridad; algunos de mis lectores lo recordarán, pero la mayoría de ellos, los habrán leído por primera vez como sucede con el presente artículo en el que trato sobre el “Día de la Bandera” que se celebró precisamente el día 24 de este mes.

En el cuarto año de estudios en la Escuela Médico Militar, fui miembro de la escolta de la bandera y al pasar a quinto año ya fui abanderado; tenía entonces el grado de teniente de cadetes; éramos dos los abanderados, el otro era mi compañero Nicolás Casanova Álvarez que lamentablemente falleció hace algunos años. Nos alternábamos los servicios y por suerte, a mí me tocó portar la bandera mexicana en el desfile del 16 de septiembre de 1957; mi compañero residía en la Cd. de México y por ello me pidió que le cediera el honor de ser él quien desfilara como abanderado para que sus familiares lo miraran con orgullo, a lo cual yo accedí, ya que yo no tenía familiares allegados que asistieran a ese evento, pero sucedió que un alumno de quinto año que era el que comandaba la 3ª Sección se lastimó una pierna y yo tuve que reemplazarlo, así es que también desfilé ese 16 de septiembre, Día de la Independencia Nacional.

En aquel entonces la Escuela Médico Militar era una institución pequeña, situada a un costado del Hospital Central Militar a donde asistíamos a tomar algunas clases prácticas desde el tercer año y al recibirnos ya como Mayores Médicos Militares, estuvimos dos años como internos, un año, ascendimos 10 compañeros a subresidentes, otros tres compañeros a residentes y finalmente uno de ellos llegó a ser jefe de residentes.

Al terminar el internado fueron seleccionados 10 subresidentes y de ellos, dos años después, se seleccionó al jefe de residentes. Como he comentado, la escuela era pequeña; sólo tenía 120 alumnos en los seis años de la carrera; vivíamos en la escuela y a las seis de la mañana estábamos formados para rendirle honores a la bandera, escuchar la orden del día y después, una hora de instrucción militar o de acondicionamiento físico en días alternos de lunes a sábado.

Con motivo del “Día de la Bandera” es inevitable que lleguen a mi memoria esos recuerdos imborrables de mi vida como alumno de la Escuela Médico Militar.

En una ocasión fuimos invitados para portar la bandera de la Escuela Nacional de Medicina que estaba en el centro de la ciudad, al cambiarse a sus nuevas instalaciones en la Ciudad Universitaria.

Nunca dejó de ver el desfile del 16 de septiembre que se celebra en la Cd. de México cada año.

Me llamó la atención que los honores que le rindieron a la “Enseña Nacional” en el Campo Marte el día 24 de febrero, presididos por el presidente de la República, el secretario de la Defensa y el de la Marina Armada de México así como muchos generales y secretarios y desde luego, muchos elementos de diferentes rangos de distintas unidades así como muchísimos elementos de tropa; como comentaba, me llamó la atención que el Escudo de la bandera se encontrara invertido; fue un error en su elaboración; no por ello deja de ser la bandera más vistosa del mundo y todos los mexicanos debemos honrarla y apreciarla como símbolo de nuestra querida Patria.

 

Dr. Alejandro R. Seyffert Romero.