/ viernes 22 de enero de 2021

Morena… candidato para perder

“Por decisión cupular; por alguna componenda… eligieron sin enmienda, uno para fracasar”

Primero soy obradorista sin cortapisa; y “moreno” de partido, con muchas cortapisas, desacuerdos, inconformidades, etc.; que alguna vez les comentaré.

Me quedé sorprendido; al igual que la mayoría de la militancia morenista del estado de Chihuahua, al saber que el delegado nacional federal, Juan Carlos Loera, había sido elegido para contender por la gubernatura del estado, como producto de una consulta simulada. Primero: porque los delegados nacionales no deberían contender para esa nominación en ningún estado; es como tener el criterio simplista de que por ser un dispensador de servicios se tiene ya ganada a la población del estado; asunto que es una falacia. Segundo: porque discrimina a toda la militancia morenista de ese estado, quitándole con antelación, de años, pues el propósito queda intrínsecamente evidente, el derecho a contender que debe tener la militancia local. Tercero: porque el señor Loera jamás se preocupó por el partido y su militancia, jamás convocó a comunicadores afines, ni militantes; y sí se rodeó de expriistas fundamentalmente; familiares –nepotista- y elementos ajenos a Morena; es hora y punto en que sólo conozco al delegado en fotografía.

Cuarto: se promocionó con grandes espectaculares en todo el estado, con pretexto de un libelo de su autoría, con recursos de dudosa procedencia. Y quinto: se echó encima la animadversión de gran parte de la sociedad chihuahuense y de muchos de los militantes de Morena.

El mismo López Obrador se desmarcó de las decisiones cupulares de Morena; por lo que se puede inferir que hay algo sucio y oculto en la designación de Loera; un candidato para fracasar. Los “obradoristas” tendremos que votar diferenciadamente; apoyar a los candidatos a las diputaciones locales y federales sean quienes sean, aunque algunos sean arribistas –cartuchos quemados del PRI, de oscuros antecedentes- con tal de no perder lo ya avanzado; y por supuesto… no por los candidatos a gobernador y presidencias municipales. Mi gallo era Rafael Espino; hoy con todo esto, se proyecta como la mejor opción el Caballo Alfredo Lozoya, alguien que en apariencia no sea más de lo mismo. Y sigo perteneciendo a Morena, para que las dirigencias nacionales me sigan manipulando a su antojo, arbitrio y capricho. Los militantes de provincia somos como retrasados mentales para ellos; puros borregos.


“Por decisión cupular; por alguna componenda… eligieron sin enmienda, uno para fracasar”

Primero soy obradorista sin cortapisa; y “moreno” de partido, con muchas cortapisas, desacuerdos, inconformidades, etc.; que alguna vez les comentaré.

Me quedé sorprendido; al igual que la mayoría de la militancia morenista del estado de Chihuahua, al saber que el delegado nacional federal, Juan Carlos Loera, había sido elegido para contender por la gubernatura del estado, como producto de una consulta simulada. Primero: porque los delegados nacionales no deberían contender para esa nominación en ningún estado; es como tener el criterio simplista de que por ser un dispensador de servicios se tiene ya ganada a la población del estado; asunto que es una falacia. Segundo: porque discrimina a toda la militancia morenista de ese estado, quitándole con antelación, de años, pues el propósito queda intrínsecamente evidente, el derecho a contender que debe tener la militancia local. Tercero: porque el señor Loera jamás se preocupó por el partido y su militancia, jamás convocó a comunicadores afines, ni militantes; y sí se rodeó de expriistas fundamentalmente; familiares –nepotista- y elementos ajenos a Morena; es hora y punto en que sólo conozco al delegado en fotografía.

Cuarto: se promocionó con grandes espectaculares en todo el estado, con pretexto de un libelo de su autoría, con recursos de dudosa procedencia. Y quinto: se echó encima la animadversión de gran parte de la sociedad chihuahuense y de muchos de los militantes de Morena.

El mismo López Obrador se desmarcó de las decisiones cupulares de Morena; por lo que se puede inferir que hay algo sucio y oculto en la designación de Loera; un candidato para fracasar. Los “obradoristas” tendremos que votar diferenciadamente; apoyar a los candidatos a las diputaciones locales y federales sean quienes sean, aunque algunos sean arribistas –cartuchos quemados del PRI, de oscuros antecedentes- con tal de no perder lo ya avanzado; y por supuesto… no por los candidatos a gobernador y presidencias municipales. Mi gallo era Rafael Espino; hoy con todo esto, se proyecta como la mejor opción el Caballo Alfredo Lozoya, alguien que en apariencia no sea más de lo mismo. Y sigo perteneciendo a Morena, para que las dirigencias nacionales me sigan manipulando a su antojo, arbitrio y capricho. Los militantes de provincia somos como retrasados mentales para ellos; puros borregos.