No solamente el gobierno comprará y venderá mariguana, situación que se encargarán de legalizar los coordinadores parlamentarios, Mario Delgado en la Cámara de Diputados y Ricardo Monreal en el Senado, sino que también despenalizarán el aborto a todo lo largo y ancho del país, además de usar todo su poder adquirido con las dádivas económicas a la población, para terminar de legalizar las uniones o matrimonios entre personas del mismo sexo, porque en los estados hay algunos asuntos de la Federación en los que no tienen, como comúnmente se dice, vela en el entierro.
Tiene el gobierno federal ahorcadas a las entidades federativas con la soga de los presupuestos y lo de echar abajo la coordinación fiscal entre el gobierno federal y las entidades federativas, muy pocos mandatarios estatales se atreverían a formalizarlo, quizá al gobernador de Chihuahua no le temblaría la mano, ni nada, aunque en la gira del pasado fin de semana se vio muy manito con el presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que se aleja la posibilidad de un liderazgo rebelde al centro, por parte de cualquier fuerza política fuera de Morena.
El panorama en el país no pinta nada bueno para un futuro inmediato, esto porque como se está repartiendo el recurso, no solamente en el país, sino en apoyos y empréstitos a países centro y sudamericanos, repartiéndoles recursos que a simple vista son más necesarios aquí en México, que en otras partes. Claro que la ayuda y los apoyos mientras se tengan no se le pueden negar a nadie, pero no puedes permitir que dejen de comer tus hijos para que coman otros.
Hace entre 20 – 25 años se dio una invasión de las iglesias cristianas, esas que mucho parecen comulgar con la cristiana – católica, pero que en el fondo traen un fundamentalismo muy distinto al que enseñan y que a la gente están convenciendo que se les unan, en ese indudable y aparente nuevo movimiento de colonización y, sí sumado a esto tenemos la alusión del presidente López Obrador a la masonería el pasado 15 de septiembre, durante el tradicional Grito de Independencia, está claro que fuerzas oscurantistas se mueven con nuevos bríos por todo el territorio mexicano, eso sí, sin dudarlo, por la culpa de los malos, qué escribo, pésimos gobiernos neoliberales o no, pero sí desde la pos Revolución Mexicana.
¿Entonces pues, hacia donde está encaminándose el rumbo del país?
¿Hacia dónde va encaminado este movimiento encabezado desde Palacio Nacional, que si bien no conocemos a cabalidad, sin duda sí se deja sentir?
¿Está el presidente López Obrador actuando por amor a la patria o a intereses nada claros, cuando menos hasta el momento, aunque esgrima combate a la pobreza y a la corrupción y a los conservadores?
