/ sábado 4 de agosto de 2018

Muerto el perro, se acabó la rabia

Hay que actuar sobre las causas, las causas que provocan que las cosas sean como son y no como queremos que sean.

Continúo con la estrategia del negocio aterrizada en refranes populares. Los refranes populares son de gran amplitud que igualmente los podemos aplicar a situaciones familiares, sociales y por supuesto políticas.


Por ejemplo, ¿qué causas reales dieron como resultado que ganara un controvertido candidato? ¿Qué causas no pudieron, o pudimos, levantar la oposición a esa candidatura?... y no me refiero a los actores políticos ni partidistas, me refiero a los ciudadanos de carne y NO hueso. Habrá que hacer introspecciones realistas en lo que a cada uno concierne.


Y en el tema del negocio, es propio del director general causar, encauzar y provocar que las cosas ocurran. Actuar sobre las causas es apalancarse en lo que mueve la empresa en un sentido y no en otro. Es actuar sobre las piedras de toque que provocan un avance en una dirección específica.


El director actúa sobre las causas cuando establece objetivos y políticas para una operación específica, cuando precisa a un subordinado lo que espera de él, cuando recorre la planta observando el trabajo de cada uno, cuando incrementa las responsabilidades de alguien que puede asumirlas.


Actúa sobre las causas cuando invierte en una tecnología que modifica la capacidad productiva en un sentido adecuado… actúa cuando consigue inversión fresca para nuevos proyectos. Todas sus actuaciones realmente directivas son causas o tocan causas que inciden en la operación cotidiana de la empresa para mejorarla.


Todo lo que ocurre en la empresa tiene causas identificables para el ojo entrenado y hay que descubrirlas antes de actuar. Sea que se trate de resolver un problema o de mejorar lo que ya se hace bien, hay que ser capaces de explicarse por qué ocurre lo que ocurre.


Entonces, y sólo entonces se estará en condiciones de actuar de manera certera, con eficacia real, sabiendo que se ha resuelto el problema de raíz o que se ha mejorado de verdad lo que ocurría, en la dirección deseada… que “ha matado al perro rabioso causa de problemas en el negocio”.


Hay que actuar sobre las causas, las causas que provocan que las cosas sean como son y no como queremos que sean.

Continúo con la estrategia del negocio aterrizada en refranes populares. Los refranes populares son de gran amplitud que igualmente los podemos aplicar a situaciones familiares, sociales y por supuesto políticas.


Por ejemplo, ¿qué causas reales dieron como resultado que ganara un controvertido candidato? ¿Qué causas no pudieron, o pudimos, levantar la oposición a esa candidatura?... y no me refiero a los actores políticos ni partidistas, me refiero a los ciudadanos de carne y NO hueso. Habrá que hacer introspecciones realistas en lo que a cada uno concierne.


Y en el tema del negocio, es propio del director general causar, encauzar y provocar que las cosas ocurran. Actuar sobre las causas es apalancarse en lo que mueve la empresa en un sentido y no en otro. Es actuar sobre las piedras de toque que provocan un avance en una dirección específica.


El director actúa sobre las causas cuando establece objetivos y políticas para una operación específica, cuando precisa a un subordinado lo que espera de él, cuando recorre la planta observando el trabajo de cada uno, cuando incrementa las responsabilidades de alguien que puede asumirlas.


Actúa sobre las causas cuando invierte en una tecnología que modifica la capacidad productiva en un sentido adecuado… actúa cuando consigue inversión fresca para nuevos proyectos. Todas sus actuaciones realmente directivas son causas o tocan causas que inciden en la operación cotidiana de la empresa para mejorarla.


Todo lo que ocurre en la empresa tiene causas identificables para el ojo entrenado y hay que descubrirlas antes de actuar. Sea que se trate de resolver un problema o de mejorar lo que ya se hace bien, hay que ser capaces de explicarse por qué ocurre lo que ocurre.


Entonces, y sólo entonces se estará en condiciones de actuar de manera certera, con eficacia real, sabiendo que se ha resuelto el problema de raíz o que se ha mejorado de verdad lo que ocurría, en la dirección deseada… que “ha matado al perro rabioso causa de problemas en el negocio”.