/ miércoles 3 de noviembre de 2021

Mujeres e inclusión educativa

“No existe peor amenaza para la salud de la mujer y de la familia que la ignorancia; y la mejor medicina preventiva es la educación” Organización Panamericana para la Salud (OPS).

La educación es un derecho humano y un elemento indispensable para el progreso económico y social. Debe reconocerse que el acceso pleno y en condiciones de igualdad a la educación es un requisito fundamental para la potenciación de la mujer, y un instrumento fundamental para lograr los objetivos de igualdad de género, desarrollo y paz. (Mujer 2000. Igualdad entre los géneros, desarrollo y paz para el siglo XXI. Nota Informativa 2. Nueva York, 5 a 9 de junio de 2000).

Pese a que se ha informado de progresos, persisten grandes diferencias entre el hombre y la mujer en lo que respecta a su acceso a la educación. La eliminación de la alta tasa de analfabetismo entre las mujeres y las niñas, así como el incremento de la matrícula, la persistencia en la escuela, el egreso y la titulación de las mujeres, deben seguir siendo tareas urgentes a nivel mundial, nacional y, por supuesto, estatal, para lograr cada vez mayores y mejores resultados en la inclusión educativa de las mujeres en Chihuahua.

En la Plataforma de Acción aprobada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, se reconoce la necesidad de que la mujer tenga acceso pleno y en condiciones de igualdad a la educación y la capacitación como una de las 12 esferas de preocupación que exigen medidas urgentes de los gobiernos y la comunidad internacional.

Las tasas de matrícula de las niñas y los niños en la enseñanza primaria y secundaria han aumentado en casi todas las regiones del mundo. Sin embargo, en muchos países siguen existiendo diferencias entre los sexos. En muchas culturas persisten actitudes tradicionales que hacen que los padres no se sientan motivados a enviar a sus hijas a la escuela.

En el nivel secundario se acentúa la desigualdad basada en el género, ya que es mayor el número de niñas que abandonan la escuela antes de concluir sus estudios y lo hacen en una etapa más temprana que los niños, en particular en las zonas rurales o empobrecidas. El matrimonio precoz, el embarazo en la adolescencia y la necesidad de prestar asistencia a la familia o de aprender conocimientos prácticos que resulten útiles para el empleo son algunas de las causas de la deserción escolar entre las niñas.

Durante los últimos 30 años se ha avanzado sustancialmente en relación con la educación superior. Despierta particular interés el hecho de que en los países en que la educación terciaria se ha ampliado significativamente la matrícula entre las mujeres ha aumentado más que entre los hombres.

La educación puede ser considerada el área en la que las mujeres han obtenido los mayores logros en las últimas décadas. La educación influye en la participación económica de la mujer y en su poder adquisitivo, así como también en el número de hijos que tenga y de la salud que estos niños disfrutarán en el futuro.


“No existe peor amenaza para la salud de la mujer y de la familia que la ignorancia; y la mejor medicina preventiva es la educación” Organización Panamericana para la Salud (OPS).

La educación es un derecho humano y un elemento indispensable para el progreso económico y social. Debe reconocerse que el acceso pleno y en condiciones de igualdad a la educación es un requisito fundamental para la potenciación de la mujer, y un instrumento fundamental para lograr los objetivos de igualdad de género, desarrollo y paz. (Mujer 2000. Igualdad entre los géneros, desarrollo y paz para el siglo XXI. Nota Informativa 2. Nueva York, 5 a 9 de junio de 2000).

Pese a que se ha informado de progresos, persisten grandes diferencias entre el hombre y la mujer en lo que respecta a su acceso a la educación. La eliminación de la alta tasa de analfabetismo entre las mujeres y las niñas, así como el incremento de la matrícula, la persistencia en la escuela, el egreso y la titulación de las mujeres, deben seguir siendo tareas urgentes a nivel mundial, nacional y, por supuesto, estatal, para lograr cada vez mayores y mejores resultados en la inclusión educativa de las mujeres en Chihuahua.

En la Plataforma de Acción aprobada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, se reconoce la necesidad de que la mujer tenga acceso pleno y en condiciones de igualdad a la educación y la capacitación como una de las 12 esferas de preocupación que exigen medidas urgentes de los gobiernos y la comunidad internacional.

Las tasas de matrícula de las niñas y los niños en la enseñanza primaria y secundaria han aumentado en casi todas las regiones del mundo. Sin embargo, en muchos países siguen existiendo diferencias entre los sexos. En muchas culturas persisten actitudes tradicionales que hacen que los padres no se sientan motivados a enviar a sus hijas a la escuela.

En el nivel secundario se acentúa la desigualdad basada en el género, ya que es mayor el número de niñas que abandonan la escuela antes de concluir sus estudios y lo hacen en una etapa más temprana que los niños, en particular en las zonas rurales o empobrecidas. El matrimonio precoz, el embarazo en la adolescencia y la necesidad de prestar asistencia a la familia o de aprender conocimientos prácticos que resulten útiles para el empleo son algunas de las causas de la deserción escolar entre las niñas.

Durante los últimos 30 años se ha avanzado sustancialmente en relación con la educación superior. Despierta particular interés el hecho de que en los países en que la educación terciaria se ha ampliado significativamente la matrícula entre las mujeres ha aumentado más que entre los hombres.

La educación puede ser considerada el área en la que las mujeres han obtenido los mayores logros en las últimas décadas. La educación influye en la participación económica de la mujer y en su poder adquisitivo, así como también en el número de hijos que tenga y de la salud que estos niños disfrutarán en el futuro.