/ lunes 31 de mayo de 2021

Mundial 2.0

Por: Mario Ramírez Chávez

El Mundial es la fiesta más grande de la humanidad y no nos referimos únicamente a celebraciones deportivas; La Copa Mundial de Fútbol es literalmente la fiesta más grande del mundo. No existe evento deportivo, político, artístico o social que mueva a más personas y naciones a nivel global, por eso es el deporte más popular del mundo, porque tiene la capacidad de llamar la atención de prácticamente todos los países del planeta. Un mes entero lleno de emoción y pasión con los mejores jugadores del orbe en su máximo nivel que levanta el interés de hasta aquellas personas que nunca han pateado un balón.

Gran parte de la expectativa que genera esta fiesta, se debe a la espera. El Mundial es ese premio que se da a desear y que hace que el tiempo fluya muy lentamente cuando se piensa en él, pues solo se da un mes dentro de cada 48. Durante todo ese tiempo los gritos y la emoción se van acumulando cada vez más y más hasta que cuatro años después todo esa energia por fin puede volver a ser liberada con un nivel de intensidad inconmensurable. Sea el sentimiento que sea, durante el Mundial todo se maximiza: la felicidad, la tristeza, el patriotismo, la impotencia, el amor hacia este deporte y por supuesto que su odio contra él.

¿Por qué se habla de esto? Porque hace unos días se dio el primer paso para quitarle parte de su mística a esta fiesta, pues se ha propuesto la aberración de que esta competición sea cada dos años y ya no cada cuatro como se ha hecho desde su creación en 1930. Si bien aún no es oficial y será un proceso largo hasta que se llegue a su conclusión, parece ser que estamos ante el inicio de algo inevitable. Suficiente es ya que el torneo se devaluará a partir de 2026 con el aumento de 32 a 48 selecciones y ahora se le suma esta probable reducción del tiempo de espera en un 50%, quién sabe que más nos deparará el destino (la FIFA). Todos estos cambios son única y exclusivamente para potencializar el aspecto monetario, que si bien a corto plazo pudiera resultar rentable, a largo sería la perdición. Parece manda que esta sección a menudo hable de la guerra entre el negocio y el deporte pero con casos así, es inevitable voltear a ver ese campo de batalla.

Para dimensionar: ¿Se han dado cuenta que en cualquier otra competencia mundial se debe de agregar la disciplina después de la palabra “mundial”? Mundial de atletismo, mundial de gimnasia, mundial de natación, etc. En todos los casos menos en el fútbol, ya que este deporte literalmente se apoderó de la palabra “Mundial” (si quieren vayan y escriban dicha palabra en google y vean los resultados). De ese calibre es este torneo, el Mundial es patrimonio del deporte y la humanidad, por eso se debe defender a toda costa y se debe señalar cada error que se pueda cometer alrededor de él. Unos podrán hacer poco y otros mucho pero el gritar la inconformidad es obligatorio. Toca esperar y prepararse para una aparentemente inevitable revolución de la pelota, no es coincidencia tanta polémica junta en los últimos meses. Estén listos.

Mario Ramírez

Por: Mario Ramírez Chávez

El Mundial es la fiesta más grande de la humanidad y no nos referimos únicamente a celebraciones deportivas; La Copa Mundial de Fútbol es literalmente la fiesta más grande del mundo. No existe evento deportivo, político, artístico o social que mueva a más personas y naciones a nivel global, por eso es el deporte más popular del mundo, porque tiene la capacidad de llamar la atención de prácticamente todos los países del planeta. Un mes entero lleno de emoción y pasión con los mejores jugadores del orbe en su máximo nivel que levanta el interés de hasta aquellas personas que nunca han pateado un balón.

Gran parte de la expectativa que genera esta fiesta, se debe a la espera. El Mundial es ese premio que se da a desear y que hace que el tiempo fluya muy lentamente cuando se piensa en él, pues solo se da un mes dentro de cada 48. Durante todo ese tiempo los gritos y la emoción se van acumulando cada vez más y más hasta que cuatro años después todo esa energia por fin puede volver a ser liberada con un nivel de intensidad inconmensurable. Sea el sentimiento que sea, durante el Mundial todo se maximiza: la felicidad, la tristeza, el patriotismo, la impotencia, el amor hacia este deporte y por supuesto que su odio contra él.

¿Por qué se habla de esto? Porque hace unos días se dio el primer paso para quitarle parte de su mística a esta fiesta, pues se ha propuesto la aberración de que esta competición sea cada dos años y ya no cada cuatro como se ha hecho desde su creación en 1930. Si bien aún no es oficial y será un proceso largo hasta que se llegue a su conclusión, parece ser que estamos ante el inicio de algo inevitable. Suficiente es ya que el torneo se devaluará a partir de 2026 con el aumento de 32 a 48 selecciones y ahora se le suma esta probable reducción del tiempo de espera en un 50%, quién sabe que más nos deparará el destino (la FIFA). Todos estos cambios son única y exclusivamente para potencializar el aspecto monetario, que si bien a corto plazo pudiera resultar rentable, a largo sería la perdición. Parece manda que esta sección a menudo hable de la guerra entre el negocio y el deporte pero con casos así, es inevitable voltear a ver ese campo de batalla.

Para dimensionar: ¿Se han dado cuenta que en cualquier otra competencia mundial se debe de agregar la disciplina después de la palabra “mundial”? Mundial de atletismo, mundial de gimnasia, mundial de natación, etc. En todos los casos menos en el fútbol, ya que este deporte literalmente se apoderó de la palabra “Mundial” (si quieren vayan y escriban dicha palabra en google y vean los resultados). De ese calibre es este torneo, el Mundial es patrimonio del deporte y la humanidad, por eso se debe defender a toda costa y se debe señalar cada error que se pueda cometer alrededor de él. Unos podrán hacer poco y otros mucho pero el gritar la inconformidad es obligatorio. Toca esperar y prepararse para una aparentemente inevitable revolución de la pelota, no es coincidencia tanta polémica junta en los últimos meses. Estén listos.

Mario Ramírez