/ miércoles 23 de septiembre de 2020

Naturaleza y jardinería

La flora nos aporta múltiples beneficios, árboles y plantas oxigenan, nos dan alimento, material para construir, refrescan el medio ambiente, adornan cualquier escenario, evitan la erosión del suelo, son casa para múltiples animales, etc., y como seres vivos que son, se renuevan durante su vida y al desechar hojas y ramas o al morir sus elementos alimentan el suelo. El mundo vegetal es sustento y su riqueza y bondades han acompañado al ser humano siempre ¿pero cómo lo cuidamos, respetamos y aprovechamos?

Imaginemos cómo la humanidad desechaba antes los restos vegetales, simplemente los tiraba al suelo y éste los absorbía poco a poco como un alimento.

Pero hoy por ejemplo en la limpieza de jardines y parques se utilizan grandes bolsas de plástico y yo pregunto ¿para qué? Si todo ese desecho podría ser tirado desde botes o quedar directamente en la tierra. Imaginemos todas las bolsas de plástico que se evitarían si el desecho vegetal de jardines se dejara donde cae, o se esparciera directamente sin bolsa en terrenos inhabitados.

Camino seguido por un tramo de terracería y me he topado en el trayecto con muchas bolsas negras llenas de pasto, hojas, ramas, y me pregunto: ¿Por qué los que desechan estos restos de jardín utilizan bolsas? Podrían simplemente tirar el desecho vegetal directo en la tierra desde un bote o saco reusable y en unos cuantos días ya ni se notaría. Lo que hemos hecho mis compañeros de limpieza y yo es romper las bolsas dejando el material directamente en el suelo para llevarnos la bolsa de plástico a la basura, pero he aquí el detalle, ya se utilizaron bolsas innecesarias y éstas van a terminar en un relleno sanitario atiborrado ya de todo tipo de contaminantes.

Aseo es una palabra que en la mente está muy limitada, pensar en aseo es retirar de la vista la basura, ya cuando se deja de ver se descansa ¡Ya por fin se llevaron la basura! ¿Y qué sigue? Juntar más y más y congregarla en el negro de la bolsa para quitar de la vista esa incomodidad.

Aseo debería incluir en su apreciación, al planeta Tierra, ya no nos debemos conformar con ver limpio esos cuadraditos que “nos pertenecen”, el impacto ambiental es de todo el mundo, el mal que se hace aquí afecta a los de allá y viceversa.

Acabo de estar en dos lugares donde se pregona el cuidado al medio ambiente, pero no se hace nada respecto a la basura, fui testigo de cómo materiales reciclables, reusables y compostables, terminaban en una misma bolsa, el énfasis estaba en tener limpio el lugar, y pensé si estas personas que se supone que son educadas en el tema no hacen nada, qué podemos esperar de los que no tienen idea del daño a la naturaleza.

El destino de la basura nos debe mover a rechazar todo aquello que es innecesario, a reducir los excesos, a reusar o dejar que alguien aproveche lo que desechamos, a reciclar y a recordar que somos una unidad que en toda la extensión del planeta contribuimos para su salud o enfermedad.

El virus nos obligó a cambiar el estilo de vida, el problema de la contaminación también nos está indicando que es tiempo de cambiar, de hacer un análisis serio de la huella que estamos dejando, el virus no está deslindado del problema de la basura, los dos se entrelazan en ese desequilibrio que hemos generado.

Ya nos debemos quitar el título de reyes del planeta, porque nos falló el liderazgo, hay que poner atención hasta en los más pequeños organismos, porque la salud del mundo requiere el cuidado de todo lo que lo conforma.


ROBERTA CORTAZAR B.



La flora nos aporta múltiples beneficios, árboles y plantas oxigenan, nos dan alimento, material para construir, refrescan el medio ambiente, adornan cualquier escenario, evitan la erosión del suelo, son casa para múltiples animales, etc., y como seres vivos que son, se renuevan durante su vida y al desechar hojas y ramas o al morir sus elementos alimentan el suelo. El mundo vegetal es sustento y su riqueza y bondades han acompañado al ser humano siempre ¿pero cómo lo cuidamos, respetamos y aprovechamos?

Imaginemos cómo la humanidad desechaba antes los restos vegetales, simplemente los tiraba al suelo y éste los absorbía poco a poco como un alimento.

Pero hoy por ejemplo en la limpieza de jardines y parques se utilizan grandes bolsas de plástico y yo pregunto ¿para qué? Si todo ese desecho podría ser tirado desde botes o quedar directamente en la tierra. Imaginemos todas las bolsas de plástico que se evitarían si el desecho vegetal de jardines se dejara donde cae, o se esparciera directamente sin bolsa en terrenos inhabitados.

Camino seguido por un tramo de terracería y me he topado en el trayecto con muchas bolsas negras llenas de pasto, hojas, ramas, y me pregunto: ¿Por qué los que desechan estos restos de jardín utilizan bolsas? Podrían simplemente tirar el desecho vegetal directo en la tierra desde un bote o saco reusable y en unos cuantos días ya ni se notaría. Lo que hemos hecho mis compañeros de limpieza y yo es romper las bolsas dejando el material directamente en el suelo para llevarnos la bolsa de plástico a la basura, pero he aquí el detalle, ya se utilizaron bolsas innecesarias y éstas van a terminar en un relleno sanitario atiborrado ya de todo tipo de contaminantes.

Aseo es una palabra que en la mente está muy limitada, pensar en aseo es retirar de la vista la basura, ya cuando se deja de ver se descansa ¡Ya por fin se llevaron la basura! ¿Y qué sigue? Juntar más y más y congregarla en el negro de la bolsa para quitar de la vista esa incomodidad.

Aseo debería incluir en su apreciación, al planeta Tierra, ya no nos debemos conformar con ver limpio esos cuadraditos que “nos pertenecen”, el impacto ambiental es de todo el mundo, el mal que se hace aquí afecta a los de allá y viceversa.

Acabo de estar en dos lugares donde se pregona el cuidado al medio ambiente, pero no se hace nada respecto a la basura, fui testigo de cómo materiales reciclables, reusables y compostables, terminaban en una misma bolsa, el énfasis estaba en tener limpio el lugar, y pensé si estas personas que se supone que son educadas en el tema no hacen nada, qué podemos esperar de los que no tienen idea del daño a la naturaleza.

El destino de la basura nos debe mover a rechazar todo aquello que es innecesario, a reducir los excesos, a reusar o dejar que alguien aproveche lo que desechamos, a reciclar y a recordar que somos una unidad que en toda la extensión del planeta contribuimos para su salud o enfermedad.

El virus nos obligó a cambiar el estilo de vida, el problema de la contaminación también nos está indicando que es tiempo de cambiar, de hacer un análisis serio de la huella que estamos dejando, el virus no está deslindado del problema de la basura, los dos se entrelazan en ese desequilibrio que hemos generado.

Ya nos debemos quitar el título de reyes del planeta, porque nos falló el liderazgo, hay que poner atención hasta en los más pequeños organismos, porque la salud del mundo requiere el cuidado de todo lo que lo conforma.


ROBERTA CORTAZAR B.



ÚLTIMASCOLUMNAS