Por: Roberta Cortazar
Camino por este lugar natural y veo cómo se acentúa cada vez más una huella humana grosera. Vamos invadiendo con presencia, construcciones, caminos y basura. Extendiendo "nuestro territorio" con propiedades que surgen de una compraventa sin escrúpulos. Cada vez hay más cercos que impiden el paso, más candados que encierran el privilegio. Límites de alambre bloquean el tránsito de venados, osos, pumas etc.
¡No somos dueños! Somos cohabitantes de la naturaleza. ¡No somos reyes! Somos parte de un entorno que pide respeto.
Este escenario irresponsable nos llama a la moderación. Somos una plaga, una infección, un virus que mata la naturaleza en un homicidio que nos lleva al suicidio.
Sólo desde una iniciativa personal y grupal podemos revertir el daño ya hecho. ¿Como? Desde el análisis de costumbres, para cambiarlas en pro de la unidad que nos acoge: fauna y flora.
Paso por los contenedores de basura del Parque Nacional Cumbres de Majalca y todavía no entiendo por qué no se separa la basura. Ordenar esa ola diaria de revoltijo para aprovechar lo rescatable , lo reciclable.
¡Separa tu basura! En el Instituto Down reciben material reciclable: vidrio aluminio, latas, cartón, papel, botes de plástico. Ayudas a la escuela y al medio ambiente. ¡Y por favor no tires basura en los caminos!
Urge que volvamos a ser naturalmente humanos, que asumamos que somos parte de un todo y no un todo en todas partes.
Únete al movimiento TE SACASTE UN 10, donde cada cual cooperamos levantando 10 artículos de basura en los lugares que visitamos. Para ir dejando los lugares mejor que como los encontramos.
