/ miércoles 6 de noviembre de 2019

Naturismo

Hace más de treinta años me embaracé de mi tercer bebé. En los últimos meses de gestación tuve un resfriado que no se me quitaba, pero no quería tomar ningún medicamento para proteger al bebé, así que por una recomendación, hice cita con el Lic. Tapia Camacho. De este sabio naturista aprendí que algo prioritario es el análisis de la dieta que llevamos, detenernos en cómo nutrimos el cuerpo y cómo a través del tiempo lo vamos saturando de toxinas hasta el desenlace de la enfermedad. Empecé a llevar una dieta saludable, y seguí al pie de la letra las indicaciones que me dio y quedé impactada con los resultados. Al momento que me sumergí en el agua fresca de piernas a vientre, mi congestión nasal empezó a desahogarse, la dieta me desinflamó visiblemente y mi digestión mejoró notablemente.

Más adelante conocí al Dr. Guillermo Aguirre, otro naturista que al observar el iris de mis ojos me dijo que tenía amibas y que ellas eran el origen de mi malestar, así que con un tratamiento de ajo por 15 días las erradiqué. Desde el inicio de las tomas sentí cómo me restablecía y llenaba de energía. Por cierto esta misma receta la utilicé cuando me dio tifoidea hace algunos años y surtió el mismo efecto sanador. Desde que me adentré en el naturismo me nació la inquietud de observar mis síntomas y buscar el origen de los mismos.

Sigo aprendiendo y poniendo en práctica lo que el naturismo ofrece. Gracias, Fito, por tus enseñanzas; gracias, Ana Cris, por confirmarme que el camino de la salud está en la prevención.

Este aprendizaje me abrió los ojos a una realidad simple y valiosísima: el lenguaje del cuerpo y la potencia y efectividad de la naturaleza.

Vivimos en una época aceleradísima, donde infinidad de médicos y millones de farmacéuticas nos dicen a diario: haz todo para tapar el síntoma y sigue evadiendo lo obvio hasta la muerte.

La medicina tradicional por el ansia de “curar” rápido se enfoca en los medicamentos, sin antes recurrir a un análisis de lo más básico: la nutrición, la comida, ese combustible que impacta favorable o desfavorablemente al individuo. Por eso antes de entrar a una dependencia medicamentosa, es de sabios analizar qué comemos y empezar el camino de descubrir qué nos nutre y nos lleva a sentirnos bien para disfrutar la vida.

Acabo de escuchar a la Dra. Natasha Campbell, habló del Síndrome psico-intestinal, reafirmando que el buen funcionamiento del intestino es vital para la salud, otra confirmación de la importancia de considerar el sistema digestivo para evitar y sanar todo tipo de enfermedades, inclusive las mentales. Y también aseguró lo que ya había oído de mis maestros naturistas: el azúcar y la harina son dos sustancias que hacen que proliferen en el cuerpo los microorganismos dañinos que llevan al desequilibrio, y la peor de la dos es el azúcar.

El ser humano es sin duda un ser complejo, compuesto de un cuerpo maravilloso creado para funcionar en armonía con una mente poderosísima y un espíritu grandioso, tres que con su fuerza complementan el desarrollo de cada individuo.

¡A escuchar al cuerpo, a revisar los pensamientos y a elevar el espíritu! La salud integral viene de atender a los tres.

Sugerencia VIGILANTE: Fumadores, no tiren las colillas al ahi se va, tengan siempre un cenicero donde juntarlas para desecharlas en la basura. Éstas tienen químicos que dañan el suelo y los cuerpos de agua.



Hace más de treinta años me embaracé de mi tercer bebé. En los últimos meses de gestación tuve un resfriado que no se me quitaba, pero no quería tomar ningún medicamento para proteger al bebé, así que por una recomendación, hice cita con el Lic. Tapia Camacho. De este sabio naturista aprendí que algo prioritario es el análisis de la dieta que llevamos, detenernos en cómo nutrimos el cuerpo y cómo a través del tiempo lo vamos saturando de toxinas hasta el desenlace de la enfermedad. Empecé a llevar una dieta saludable, y seguí al pie de la letra las indicaciones que me dio y quedé impactada con los resultados. Al momento que me sumergí en el agua fresca de piernas a vientre, mi congestión nasal empezó a desahogarse, la dieta me desinflamó visiblemente y mi digestión mejoró notablemente.

Más adelante conocí al Dr. Guillermo Aguirre, otro naturista que al observar el iris de mis ojos me dijo que tenía amibas y que ellas eran el origen de mi malestar, así que con un tratamiento de ajo por 15 días las erradiqué. Desde el inicio de las tomas sentí cómo me restablecía y llenaba de energía. Por cierto esta misma receta la utilicé cuando me dio tifoidea hace algunos años y surtió el mismo efecto sanador. Desde que me adentré en el naturismo me nació la inquietud de observar mis síntomas y buscar el origen de los mismos.

Sigo aprendiendo y poniendo en práctica lo que el naturismo ofrece. Gracias, Fito, por tus enseñanzas; gracias, Ana Cris, por confirmarme que el camino de la salud está en la prevención.

Este aprendizaje me abrió los ojos a una realidad simple y valiosísima: el lenguaje del cuerpo y la potencia y efectividad de la naturaleza.

Vivimos en una época aceleradísima, donde infinidad de médicos y millones de farmacéuticas nos dicen a diario: haz todo para tapar el síntoma y sigue evadiendo lo obvio hasta la muerte.

La medicina tradicional por el ansia de “curar” rápido se enfoca en los medicamentos, sin antes recurrir a un análisis de lo más básico: la nutrición, la comida, ese combustible que impacta favorable o desfavorablemente al individuo. Por eso antes de entrar a una dependencia medicamentosa, es de sabios analizar qué comemos y empezar el camino de descubrir qué nos nutre y nos lleva a sentirnos bien para disfrutar la vida.

Acabo de escuchar a la Dra. Natasha Campbell, habló del Síndrome psico-intestinal, reafirmando que el buen funcionamiento del intestino es vital para la salud, otra confirmación de la importancia de considerar el sistema digestivo para evitar y sanar todo tipo de enfermedades, inclusive las mentales. Y también aseguró lo que ya había oído de mis maestros naturistas: el azúcar y la harina son dos sustancias que hacen que proliferen en el cuerpo los microorganismos dañinos que llevan al desequilibrio, y la peor de la dos es el azúcar.

El ser humano es sin duda un ser complejo, compuesto de un cuerpo maravilloso creado para funcionar en armonía con una mente poderosísima y un espíritu grandioso, tres que con su fuerza complementan el desarrollo de cada individuo.

¡A escuchar al cuerpo, a revisar los pensamientos y a elevar el espíritu! La salud integral viene de atender a los tres.

Sugerencia VIGILANTE: Fumadores, no tiren las colillas al ahi se va, tengan siempre un cenicero donde juntarlas para desecharlas en la basura. Éstas tienen químicos que dañan el suelo y los cuerpos de agua.



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