Me parece bueno recibir la nueva orden de que en el Catecismo se modificará, y ya no aceptará la pena de muerte. La orden la da el papa Francisco. Así lo dice “La Congregación para la Doctrina de la Fe”. El papa da orden de cambiar el Catecismo de la Iglesia Católica en su número 2267.
El Catecismo de la Iglesia Católica lo había aprobado el papa Juan Pablo II el 11 de octubre de 1992 por medio de la Constitución Apostólica “Fídei Depósitum”. El Catecismo había sido elaborado con la doctrina emanada del Concilio Vaticano II. El Catecismo defendía la pena de muerte en el número 2267.
En El Heraldo yo había escrito un editorial dando a conocer la doctrina de la Iglesia sobre la pena de muerte. Uno de los lectores de El Heraldo me rebatió, afirmando que la Iglesia no podía tener tal doctrina, que el Catecismo no podría afirmar tal cosa. No quise contestarle, porque esa era la doctrina de la Iglesia, doctrina que había sido sostenida desde los principios de la Iglesia.
Esta es la doctrina que sostenía el Catecismo de la Iglesia Católica en su número 2267:
“La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si está fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas. Pero si los medios incruentos bastan para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitará a esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona”.
No he trascrito todo el número del Catecismo en forma completa. Esto es lo fundamental que se modificará.
El documento de la Congregación de la Fe, publicado el 8 de agosto de 2018, da a conocer las sugerencias del papa Francisco para las modificaciones del Catecismo.
El papa ordena que ese número del Catecismo se redacte de otra manera de modo que quede claro que la Iglesia no acepta la pena de muerte. Para esto hay que decir que la Iglesia enseña a la luz del Evangelio que la pena de muerte es inadmisible porque atenta contra la inviolabilidad y dignidad de la persona.
Uno de los dicasterios de la Iglesia es el encargado del cuidado de lo que el Catecismo afirma. Tal vez el Papa nombre una comisión que se encargue de esta modificación.
