/ jueves 28 de julio de 2022

"no cometer los errores de otros tiempos"

Por José A. Hernández

No es que falten medios para la solución, faltan cabezas. El hombre fracasa por no seguir apegado al progreso de su civilización.

El saber histórico es una técnica de primer orden para conservar y continuar una civilización proyecta. Evita cometer errores ingenuos de otros tiempos. A las nuevas generaciones es menester resolver y conseguir los medios de nuevos problemas.

La revolución devora a sus propios hijos. Una revolución no dura más de 15 años, periodo que coincide con la vigencia de una generación. Quien aspire verdaderamente a crear una nueva realidad social o política necesita preocuparse ante todo de que esos humildísimos lugares comunes de la experiencia historia queden invalidados por la situación que el suscita. La revolución es la implantación de un nuevo orden que tergiversa el tradicional. ¿El joven no debe hacer otra cosa más que prepararse para ser viejo?

No es lo que fuimos ayer, sino lo que vamos a hacer mañana juntos lo que nos reúne como comunidad. En el pasado, una herencia de glorias y remordimientos, en el provenir un mismo programa que realizar. Solo hay verdad en la existencia cuando sentimos sus actos como irrevocablemente necesarios. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Estar a la altura de los tiempos. Con el pasado no se lucha cuerpo a cuerpo; el porvenir lo vence porque se lo traga.

Sin un nuevo poder espiritual, nuestra época, que es una época revolucionaria, producirá una catástrofe.

El camino es siempre mejor que la posada.

Por José A. Hernández

No es que falten medios para la solución, faltan cabezas. El hombre fracasa por no seguir apegado al progreso de su civilización.

El saber histórico es una técnica de primer orden para conservar y continuar una civilización proyecta. Evita cometer errores ingenuos de otros tiempos. A las nuevas generaciones es menester resolver y conseguir los medios de nuevos problemas.

La revolución devora a sus propios hijos. Una revolución no dura más de 15 años, periodo que coincide con la vigencia de una generación. Quien aspire verdaderamente a crear una nueva realidad social o política necesita preocuparse ante todo de que esos humildísimos lugares comunes de la experiencia historia queden invalidados por la situación que el suscita. La revolución es la implantación de un nuevo orden que tergiversa el tradicional. ¿El joven no debe hacer otra cosa más que prepararse para ser viejo?

No es lo que fuimos ayer, sino lo que vamos a hacer mañana juntos lo que nos reúne como comunidad. En el pasado, una herencia de glorias y remordimientos, en el provenir un mismo programa que realizar. Solo hay verdad en la existencia cuando sentimos sus actos como irrevocablemente necesarios. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Estar a la altura de los tiempos. Con el pasado no se lucha cuerpo a cuerpo; el porvenir lo vence porque se lo traga.

Sin un nuevo poder espiritual, nuestra época, que es una época revolucionaria, producirá una catástrofe.

El camino es siempre mejor que la posada.