/ viernes 3 de junio de 2022

No normalicemos la inseguridad y la violencia 

Por: María Soledad Limas Frescas.

Las preocupaciones de la gran mayoría de los mexicanos desde el año pasado son la inseguridad, la violencia y la crisis económica, como muestran encuestas de El Financiero, quedando en segundo plano la pandemia y la salud, igual que la corrupción, que son de sumo graves y preocupantes, pero son las primeras mencionadas las que han rebasado los límites. La inseguridad y la violencia cada vez cobran mayor arraigo en el territorio nacional, agravándose la situación porque se han normalizado en la sociedad, todos los días vemos en las noticias y en las redes sociales la gran cantidad de ejecuciones, feminicidios, extorsiones, desapariciones, asaltos con violencia, fraudes, entre una lista interminable de ilícitos, sumando a lo anterior la recurrente aparición de retenes de grupos criminales en carreteras, caminos y brechas de gran parte de regiones, que actúan con total impunidad bajo el amparo muchas veces de las propias autoridades. Recientemente se evidenció el caso del retén del crimen organizado instalado entre Badiraguato, Sinaloa, y Guadalupe y Calvo, que fue dado a conocer en redes sociales por un grupo de reporteros, cuando éstos fueron a cubrir la nota de la visita del presidente López a la región, para supervisar los trabajos de construcción de una carretera que unirá a las dos localidades. Los reporteros fueron detenidos por varios hombres uniformados y armados en un retén, en el que también había camionetas con logos de grupos criminales. Todos los mexicanos corremos el riesgo de ser detenidos, agredidos y privados de nuestros derechos por cualquier empistolado, en violación flagrante a la Constitución y a las leyes que de ella emanan, y no pasa nada, por el grado de impunidad al que también ya estamos acostumbrados.

Cuando le preguntaron a López Obrador por tal hecho y lo delicado del mismo, minimizó la situación como si fuera un acontecimiento aislado; pero el que se voló la barda con sus declaraciones fue el gobernador morenista de Sinaloa Rubén Rocha, quien sarcásticamente dijo que el retén tal vez lo mandó poner Felipe Calderón, causando risa la pueril acusación por infundada y mentirosa.

No dejemos que los hechos de inseguridad y de violencia se normalicen, no permitamos que nos causen asombro e indignación por breve tiempo y después se olviden.

Urge el despertar de los mexicanos ante la inseguridad y la violencia, ya es necesario actuar y ejercer acciones para exigir a las autoridades frenar la ola delincuencial y violenta que azota a nuestro país, en algunas regiones más fuerte que en otras, pero al fin y al cabo es un mal que no debemos permitir.

Mucho menos debemos aceptar que se nos dore la píldora con las cortinas de humo y las declaraciones presidenciales de cambiarle el nombre al Triángulo Dorado, por el de “Triángulo de la gente buena y trabajadora”, ya que de todos es sabido que dicho triángulo ha sido y sigue siendo controlado por el crimen organizado.

Por: María Soledad Limas Frescas.

Las preocupaciones de la gran mayoría de los mexicanos desde el año pasado son la inseguridad, la violencia y la crisis económica, como muestran encuestas de El Financiero, quedando en segundo plano la pandemia y la salud, igual que la corrupción, que son de sumo graves y preocupantes, pero son las primeras mencionadas las que han rebasado los límites. La inseguridad y la violencia cada vez cobran mayor arraigo en el territorio nacional, agravándose la situación porque se han normalizado en la sociedad, todos los días vemos en las noticias y en las redes sociales la gran cantidad de ejecuciones, feminicidios, extorsiones, desapariciones, asaltos con violencia, fraudes, entre una lista interminable de ilícitos, sumando a lo anterior la recurrente aparición de retenes de grupos criminales en carreteras, caminos y brechas de gran parte de regiones, que actúan con total impunidad bajo el amparo muchas veces de las propias autoridades. Recientemente se evidenció el caso del retén del crimen organizado instalado entre Badiraguato, Sinaloa, y Guadalupe y Calvo, que fue dado a conocer en redes sociales por un grupo de reporteros, cuando éstos fueron a cubrir la nota de la visita del presidente López a la región, para supervisar los trabajos de construcción de una carretera que unirá a las dos localidades. Los reporteros fueron detenidos por varios hombres uniformados y armados en un retén, en el que también había camionetas con logos de grupos criminales. Todos los mexicanos corremos el riesgo de ser detenidos, agredidos y privados de nuestros derechos por cualquier empistolado, en violación flagrante a la Constitución y a las leyes que de ella emanan, y no pasa nada, por el grado de impunidad al que también ya estamos acostumbrados.

Cuando le preguntaron a López Obrador por tal hecho y lo delicado del mismo, minimizó la situación como si fuera un acontecimiento aislado; pero el que se voló la barda con sus declaraciones fue el gobernador morenista de Sinaloa Rubén Rocha, quien sarcásticamente dijo que el retén tal vez lo mandó poner Felipe Calderón, causando risa la pueril acusación por infundada y mentirosa.

No dejemos que los hechos de inseguridad y de violencia se normalicen, no permitamos que nos causen asombro e indignación por breve tiempo y después se olviden.

Urge el despertar de los mexicanos ante la inseguridad y la violencia, ya es necesario actuar y ejercer acciones para exigir a las autoridades frenar la ola delincuencial y violenta que azota a nuestro país, en algunas regiones más fuerte que en otras, pero al fin y al cabo es un mal que no debemos permitir.

Mucho menos debemos aceptar que se nos dore la píldora con las cortinas de humo y las declaraciones presidenciales de cambiarle el nombre al Triángulo Dorado, por el de “Triángulo de la gente buena y trabajadora”, ya que de todos es sabido que dicho triángulo ha sido y sigue siendo controlado por el crimen organizado.