/ jueves 2 de septiembre de 2021

No sólo se trata de crecer

Por: Jesús Valenciano

En mi columna pasada “Planificando el futuro – Agenda 2030” hablé de cómo a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) surge el compromiso entre los países de generar una Agenda para un desarrollo sostenible, es decir que el crecimiento de nuestros países se diera de manera que no repercuta a las generaciones de nuestros hijos y nuestros nietos.

Con esa pequeña introducción, me gustaría ahondar en este tema, pero ahora desde lo local y hacer hincapié en cómo, aunque esto tenga un enfoque global o internacional, en realidad las ciudades son actores clave para alcanzar estas metas planteadas por la ONU, pues soy fiel creyente de que, como decía Alan Kay, “La mejor forma de predecir el futuro es construirlo”.

Como lo he dicho antes, es hora de enfocarnos en generar buenos planes para el crecimiento verdaderamente sostenible de nuestras ciudades, es hora de que comencemos a construir el futuro. Pero para eso es necesario una buena planeación.

En un artículo del 2017 leí sobre la importancia de la planeación a nivel municipal, donde el autor decía: “…la gran mayoría de las ciudades en países en vías de desarrollo, como lo es México, han crecido en gran parte en base a la iluminación de las mentes calenturientas y fantasiosas de sus gobernantes en turno…” es decir en base a ocurrencias. Conociendo la función pública desde adentro, entiendo que esto en su mayoría se hace sin dolo, pues muchas de las veces se termina haciendo lo que en ese momento parecía buena idea, sin tener una visión integral de lo que en realidad puede servir a futuro. Es aquí donde entra la importancia de la planeación.

No se trata sólo de crecer, sino hacia dónde y cómo nos conviene crecer.

El escritor Alan Lakein decía: “La planeación es traer el futuro al presente para que podamos hacer algo al respecto ahora”.

Al día de hoy, a nivel local, una buena planeación requiere de organismos dedicados a generar buenos planes y encargados de vigilar que éstos se lleven a cabo de la mejor manera posible. En nuestro país estos organismos son lo que conocemos como Implan (Instituto Municipal de Planeación).

El objetivo de dicho instituto es precisamente promover el desarrollo sustentable de la ciudad, con base en la participación social; es decir involucrando a los diferentes sectores, cámaras y ciudadanía en la construcción de los planes para el crecimiento urbano, económico, social y ambiental de la ciudad. En pocas palabras, planear el futuro, un buen futuro para todos los que vivimos ahí.

Para la sociedad civil en general la creación de organismos como éste no sólo significa tener mejores planes, sino conocer el rumbo que va a tener el municipio durante la administración, ser tomados en cuenta y participar activamente en la planeación que dará lugar al crecimiento de nuestra ciudad.

Y para los funcionarios y servidores públicos, brindará la oportunidad de que como siempre lo digo, realmente trabajemos de la mano sociedad y gobierno.


Por: Jesús Valenciano

En mi columna pasada “Planificando el futuro – Agenda 2030” hablé de cómo a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) surge el compromiso entre los países de generar una Agenda para un desarrollo sostenible, es decir que el crecimiento de nuestros países se diera de manera que no repercuta a las generaciones de nuestros hijos y nuestros nietos.

Con esa pequeña introducción, me gustaría ahondar en este tema, pero ahora desde lo local y hacer hincapié en cómo, aunque esto tenga un enfoque global o internacional, en realidad las ciudades son actores clave para alcanzar estas metas planteadas por la ONU, pues soy fiel creyente de que, como decía Alan Kay, “La mejor forma de predecir el futuro es construirlo”.

Como lo he dicho antes, es hora de enfocarnos en generar buenos planes para el crecimiento verdaderamente sostenible de nuestras ciudades, es hora de que comencemos a construir el futuro. Pero para eso es necesario una buena planeación.

En un artículo del 2017 leí sobre la importancia de la planeación a nivel municipal, donde el autor decía: “…la gran mayoría de las ciudades en países en vías de desarrollo, como lo es México, han crecido en gran parte en base a la iluminación de las mentes calenturientas y fantasiosas de sus gobernantes en turno…” es decir en base a ocurrencias. Conociendo la función pública desde adentro, entiendo que esto en su mayoría se hace sin dolo, pues muchas de las veces se termina haciendo lo que en ese momento parecía buena idea, sin tener una visión integral de lo que en realidad puede servir a futuro. Es aquí donde entra la importancia de la planeación.

No se trata sólo de crecer, sino hacia dónde y cómo nos conviene crecer.

El escritor Alan Lakein decía: “La planeación es traer el futuro al presente para que podamos hacer algo al respecto ahora”.

Al día de hoy, a nivel local, una buena planeación requiere de organismos dedicados a generar buenos planes y encargados de vigilar que éstos se lleven a cabo de la mejor manera posible. En nuestro país estos organismos son lo que conocemos como Implan (Instituto Municipal de Planeación).

El objetivo de dicho instituto es precisamente promover el desarrollo sustentable de la ciudad, con base en la participación social; es decir involucrando a los diferentes sectores, cámaras y ciudadanía en la construcción de los planes para el crecimiento urbano, económico, social y ambiental de la ciudad. En pocas palabras, planear el futuro, un buen futuro para todos los que vivimos ahí.

Para la sociedad civil en general la creación de organismos como éste no sólo significa tener mejores planes, sino conocer el rumbo que va a tener el municipio durante la administración, ser tomados en cuenta y participar activamente en la planeación que dará lugar al crecimiento de nuestra ciudad.

Y para los funcionarios y servidores públicos, brindará la oportunidad de que como siempre lo digo, realmente trabajemos de la mano sociedad y gobierno.