/ lunes 4 de julio de 2022

No somos perfectos, pero damos resultados

Por: Alejandro Domínguez

Aristóteles, al hablar de la perfección, expresa que hay que distinguir tres sentidos en lo que se dice que algo es perfecto: 1. Cuando sus cualidades lo hacen el mejor en su género. 2. Aquello que es completo, que no le falta nada, pero tampoco le sobra y 3. Aquello que ha alcanzado su finalidad natural, si ésta es loable.

En este orden de ideas podemos afirmar que la actividad humana no goza de la perfección, mucho menos la actividad política; por ello, aquellos que hoy se sienten impolutos, porque ejercen el gobierno en una idea de supuesta transformación, están muy alejados de la realidad aristotélica y de la realidad objetiva vigente en México.

En el PRI hemos sido señalados como los causantes de parte de la problemática nacional, un rubro es el que más les señalan a diversos actores políticos del partido; sin embargo, es necesario precisar algunas cosas que pareciera ser que se han olvidado en el imaginario colectivo. La regresión política que vivimos pareciera ser un acto de purificación de diversos personajes políticos que en el pasado fueron señalados por sus faltas, excesos y arrogancia; sin embargo, hoy son parte del, reitero, impoluto Gobierno; sólo mencionaré a Manuel Bartlett Díaz, mentor de la llamada caída del sistema, señalada por sus hoy jefes en el pasado y vanagloriado hoy como servidor público ejemplar.

En el PRI no somos perfectos, pero damos resultados; los datos son la fuente que me permite afirmar que cuando somos gobierno hemos avanzado en diversos rubros, a manera de información diría que de 2013 a 2018 se construyeron en el país 326 hospitales, hecho que contrasta con la inversión en materia de salud que se realiza en el Gobierno de la supuesta transformación; entre 2012 y 2018 se construyeron en el país más de 50 distribuidores viales en las ciudades, de 2018 a la fecha no se ha construido uno solo en la geografía nacional; en la era del PRI en el Gobierno se construyeron más de 215 mil planteles educativos; hoy lamentablemente la infraestructura educativa no ha crecido y se ha ido deteriorando; el PRI hecho Gobierno construyó 11 de las 12 líneas del metro en la Ciudad de México y sólo la línea 12 que ellos construyeron se les cayó produciendo muertes inocentes por la falta de mantenimiento preventivo y una deficiente construcción.

Hablar del clima de inseguridad y la falta de inversión pública productiva en el país son el problema constante; la centralización presupuestal, la falta de apoyo y la disminución de fondos federales a los municipios es una queja constante en el territorio estatal; así pues, quienes hoy sienten la perfección en sus acciones, las realidades los ponen en su lugar, porque no han generado el cambio o transformación ofrecido; ¿la gasolina cuesta 10 pesos el litro?, ¿tenemos un sistema de salud como Suiza?, ¿el Ejército está en los cuarteles?, ¿los abrazos detienen los balazos?, preguntas que debemos formularnos porque esa fue la oferta de campaña, esa fue la promesa que nos hicieron y que hoy no vemos por ninguna parte.

Reitero, estimado lector, la corrupción también está en la mentira del Gobierno; no hay licitaciones públicas, el gasto está centralizado, hay beneficiarios de programas que no existen, hay uso político de los programas sociales; hechos que habíamos superado, pero en la regresión política que vivimos están sufriendo todos. Así pues, los que se dicen perfectos no dan resultados y quienes nos sabemos imperfectos sabemos dar los resultados que el país necesita.

ALEX DOMÍNGUEZ


Por: Alejandro Domínguez

Aristóteles, al hablar de la perfección, expresa que hay que distinguir tres sentidos en lo que se dice que algo es perfecto: 1. Cuando sus cualidades lo hacen el mejor en su género. 2. Aquello que es completo, que no le falta nada, pero tampoco le sobra y 3. Aquello que ha alcanzado su finalidad natural, si ésta es loable.

En este orden de ideas podemos afirmar que la actividad humana no goza de la perfección, mucho menos la actividad política; por ello, aquellos que hoy se sienten impolutos, porque ejercen el gobierno en una idea de supuesta transformación, están muy alejados de la realidad aristotélica y de la realidad objetiva vigente en México.

En el PRI hemos sido señalados como los causantes de parte de la problemática nacional, un rubro es el que más les señalan a diversos actores políticos del partido; sin embargo, es necesario precisar algunas cosas que pareciera ser que se han olvidado en el imaginario colectivo. La regresión política que vivimos pareciera ser un acto de purificación de diversos personajes políticos que en el pasado fueron señalados por sus faltas, excesos y arrogancia; sin embargo, hoy son parte del, reitero, impoluto Gobierno; sólo mencionaré a Manuel Bartlett Díaz, mentor de la llamada caída del sistema, señalada por sus hoy jefes en el pasado y vanagloriado hoy como servidor público ejemplar.

En el PRI no somos perfectos, pero damos resultados; los datos son la fuente que me permite afirmar que cuando somos gobierno hemos avanzado en diversos rubros, a manera de información diría que de 2013 a 2018 se construyeron en el país 326 hospitales, hecho que contrasta con la inversión en materia de salud que se realiza en el Gobierno de la supuesta transformación; entre 2012 y 2018 se construyeron en el país más de 50 distribuidores viales en las ciudades, de 2018 a la fecha no se ha construido uno solo en la geografía nacional; en la era del PRI en el Gobierno se construyeron más de 215 mil planteles educativos; hoy lamentablemente la infraestructura educativa no ha crecido y se ha ido deteriorando; el PRI hecho Gobierno construyó 11 de las 12 líneas del metro en la Ciudad de México y sólo la línea 12 que ellos construyeron se les cayó produciendo muertes inocentes por la falta de mantenimiento preventivo y una deficiente construcción.

Hablar del clima de inseguridad y la falta de inversión pública productiva en el país son el problema constante; la centralización presupuestal, la falta de apoyo y la disminución de fondos federales a los municipios es una queja constante en el territorio estatal; así pues, quienes hoy sienten la perfección en sus acciones, las realidades los ponen en su lugar, porque no han generado el cambio o transformación ofrecido; ¿la gasolina cuesta 10 pesos el litro?, ¿tenemos un sistema de salud como Suiza?, ¿el Ejército está en los cuarteles?, ¿los abrazos detienen los balazos?, preguntas que debemos formularnos porque esa fue la oferta de campaña, esa fue la promesa que nos hicieron y que hoy no vemos por ninguna parte.

Reitero, estimado lector, la corrupción también está en la mentira del Gobierno; no hay licitaciones públicas, el gasto está centralizado, hay beneficiarios de programas que no existen, hay uso político de los programas sociales; hechos que habíamos superado, pero en la regresión política que vivimos están sufriendo todos. Así pues, los que se dicen perfectos no dan resultados y quienes nos sabemos imperfectos sabemos dar los resultados que el país necesita.

ALEX DOMÍNGUEZ