/ viernes 8 de julio de 2022

No te detengas aún, mejores cosas vienen

Por José Andrés Hernández Contreras

Iniciaba la semana no de la mejor forma posible, aún no me encontraba listo para aceptar ciertos acontecimientos de la realidad, pero el ritmo es acelerado. El mundo te obliga a seguir la marcha y no quedarte estacionado. Todas las emociones pasan muy rápido últimamente, la dinámica social se vuelve muy atrabancada en ocasiones. Poco tiempo se tiene para vivir los procesos, pues el quehacer de la comunidad te jala rápido de regreso a la dinámica, estés sonriendo o estés pensativo. Estás ahí.

Han sido un par de días más que difíciles, decepcionantes. La desilusión y el desengaño son golpes duros para el estado de ánimo, tan duros que son capaces de tumbar hasta a los más firmes y más disciplinados soldados. Más vale vivir sin altas expectativas. La vida es más sencilla.

El que cae está obligado a levantarse

La táctica sin estrategia es el ruido de la derrota, y la estrategia sin táctica es el camino más largo a la victoria. Esfuerzos aislados, pusilánimes, sin convicción o futuro alguno. La táctica y la estrategia deben de ir de la mano para poder crear un sistema político y social que conlleve a la comunidad a generar políticas públicas que puedan fomentar el bien común dentro de la sociedad. Con rumbo, paciencia, ambición y visión se puede llevar un rumbo fijo dentro del argot cotidiano.

El poder nunca ha sido otorgado, tiene toda la historia siendo arrebatado. Cuando en los puestos de decisión se encuentran personas que no cumplen con el encargo, que no son capaces de llevar a cabo la misión que se les encomendó, cuando la soberbia se apodera de ellos, se generan vacíos o huecos de poder. Gracias a un perezoso que no desarrolla su labor esencial, sobresalen personas que aprovechan la oportunidad de destacar con, sin o a pesar de los demás.

El justo cae, pero siempre se vuelve a levantar; siempre atraviesa las peores adversidades y los obstáculos más imponentes. Pero nada se ha terminado. Es menester de nuestro propósito el desarrollar el hábito de no caer en vano. Y si caes, aprender a no juzgar nuestros hechos del pasado con la sabiduría del presente. Si tus palabras son verdad, ya vendrá la oportunidad; hay una fuerza intangible superior a nosotros que muchas veces se encarga de poner todo en su lugar, poco a poco.

De nosotros y para nosotros

La gran labor de generar tanta sociedad como sea posible es una tarea del día a día, del humanismo común que nos reúne en las plazas públicas. La encomienda que tenemos como seres pensantes es la de realizar, con atención y dedicación, nuestra labor de vida; comenzar por amar nuestro trabajo, aquel que nos da identidad y moldea nuestro espíritu. Sueña siempre, inventa, y así pronto triunfarás. Hazlo todo con amor y pon mucha atención.

Esto es de nosotros, en base a lo que construyamos como generación. Roma no se construyó en un día; se realizó la gran empresa con la acumulación de grandes y persistentes esfuerzos de muchas personas comprometidas con las causas trascendentales. Las causas que no son de este mundo; la realización, iluminación, elevación.

José Andrés Hernández Contreras


Por José Andrés Hernández Contreras

Iniciaba la semana no de la mejor forma posible, aún no me encontraba listo para aceptar ciertos acontecimientos de la realidad, pero el ritmo es acelerado. El mundo te obliga a seguir la marcha y no quedarte estacionado. Todas las emociones pasan muy rápido últimamente, la dinámica social se vuelve muy atrabancada en ocasiones. Poco tiempo se tiene para vivir los procesos, pues el quehacer de la comunidad te jala rápido de regreso a la dinámica, estés sonriendo o estés pensativo. Estás ahí.

Han sido un par de días más que difíciles, decepcionantes. La desilusión y el desengaño son golpes duros para el estado de ánimo, tan duros que son capaces de tumbar hasta a los más firmes y más disciplinados soldados. Más vale vivir sin altas expectativas. La vida es más sencilla.

El que cae está obligado a levantarse

La táctica sin estrategia es el ruido de la derrota, y la estrategia sin táctica es el camino más largo a la victoria. Esfuerzos aislados, pusilánimes, sin convicción o futuro alguno. La táctica y la estrategia deben de ir de la mano para poder crear un sistema político y social que conlleve a la comunidad a generar políticas públicas que puedan fomentar el bien común dentro de la sociedad. Con rumbo, paciencia, ambición y visión se puede llevar un rumbo fijo dentro del argot cotidiano.

El poder nunca ha sido otorgado, tiene toda la historia siendo arrebatado. Cuando en los puestos de decisión se encuentran personas que no cumplen con el encargo, que no son capaces de llevar a cabo la misión que se les encomendó, cuando la soberbia se apodera de ellos, se generan vacíos o huecos de poder. Gracias a un perezoso que no desarrolla su labor esencial, sobresalen personas que aprovechan la oportunidad de destacar con, sin o a pesar de los demás.

El justo cae, pero siempre se vuelve a levantar; siempre atraviesa las peores adversidades y los obstáculos más imponentes. Pero nada se ha terminado. Es menester de nuestro propósito el desarrollar el hábito de no caer en vano. Y si caes, aprender a no juzgar nuestros hechos del pasado con la sabiduría del presente. Si tus palabras son verdad, ya vendrá la oportunidad; hay una fuerza intangible superior a nosotros que muchas veces se encarga de poner todo en su lugar, poco a poco.

De nosotros y para nosotros

La gran labor de generar tanta sociedad como sea posible es una tarea del día a día, del humanismo común que nos reúne en las plazas públicas. La encomienda que tenemos como seres pensantes es la de realizar, con atención y dedicación, nuestra labor de vida; comenzar por amar nuestro trabajo, aquel que nos da identidad y moldea nuestro espíritu. Sueña siempre, inventa, y así pronto triunfarás. Hazlo todo con amor y pon mucha atención.

Esto es de nosotros, en base a lo que construyamos como generación. Roma no se construyó en un día; se realizó la gran empresa con la acumulación de grandes y persistentes esfuerzos de muchas personas comprometidas con las causas trascendentales. Las causas que no son de este mundo; la realización, iluminación, elevación.

José Andrés Hernández Contreras